En 2009, el Fondo de la Academia Obrera, que coadyuva a la educación de los obreros de Rusia, editó la colección “Lo principal en el leninismo” que concentró en sí las tesis fundamentales que caracterizan las actitudes teóricas leninianas sobre el enfoque clasista al estudio de los fenómenos sociales y la dictadura del proletariado. [1] El conocimiento de su contenido ayuda a comprender la deserción y el renegadismo de liderazgo del PCUS. Ya en el XXII Congreso (1961) ocupó la posición revisionista en las cuestiones fundamentales de marxismo-leninismo, la fijó en el Programa del PCUS, con lo que predeterminó en mucho la descomposición consiguiente del Partido y la destrucción de la URSS. Esto se ha probado también el el artículo dado. Los autores trataron de prestar la mayor atención al hecho de que la mayoría de las lucubraciones, subterfugios y argumentos “modernos” de los oportunistas y renegados de nuestros días, ya habían sido contestados por Lenin en el período de su lucha contra los oportunistas y distorsionadores del marxismo en la época de la Segunda Internacional y el establecimiento del Poder Soviético en Rusia.
El carácter clasista del Estado
Lo que cualquier Estado tiene el carácter clasista es el abecé del marxismo; se puede afirmar que Lenin nunca dejaba de atraer la atención a este asunto.
En el artículo “Una posición pequeñoburguesa ante el problema de la ruina” V.I.Lenin escribe: “Ante el problema del Estado, distinguir en primer término a qué clase sirve “el Estado”, cuál es la clase cuyos intereses defiende”. [2] Y en el libro “El Estado y la revolución” se subraya que “según Marx, el Estado es un órgano de la dominación de clase”. [3] En la obra “La catástrofe que nos amenaza y como combatirla” V.I.Lenin plantea la cuestión: “¿Y qué es el Estado?” y contesta: “Es la organización de la clase dominante”. [4] Esta misma idea es explicada por Lenin en el artículo “¿Se sostendrán los bolcheviques en el poder?”: “El Estado, amables señores, es un concepto de clase. El Estado es un órgano o una máquina de violencia de una clase sobre otra”. [5] En el Informe presentado al II Congreso de los Sindicatos de toda Rusia, 20 de enero de 1919, V.I.Lenin subraya de modo aún más categórico: “No hay ni puede haber más que una alternativa: o dictadura de la burguesía encubierta con asambleas constituyentes, con sistemas electorales de todo tipo, democracia y demás engaños burgueses que se emplean para deslumbrar a bobos y de los que sólo pueden hacer gala hoy quienes han renegado por completo y en todo del marxismo y del socialismo;o dictadura del proletariado”. [6] Por esta razón y con mayor lógica, en el Programa del PC(b) R preparado por Lenin fue escrito tajantemente: “En oposición a la democracia burguesa, que ocultaba el carácter clasista de su Estado, el Poder soviético reconoce abiertamente la inevitabilidad del carácter clasista de cualquier Estado mientras no ha desaparecido del todo la división de la sociedad en clases y, a la vez, todo poder estatal». [7] En el folleto «Carta a los obreros y campesinos con motivo de la victoria sobre Kolchak» V.I.Lenin subraya con mayor decisión el carácter clasista del Estado: «O la dictadura (es decir, el poder férreo) de los terratenientes y de los capitalistas, o la dictadura de la clase obrera.
No hay término medio. Con el término medio sueñan en vano los señoritos, los intellectualillos, los sujetos que han estudiado mal en malos libros. En ninguna parte del mundo hay término medio ni puede haberlo. O la dictadura de la burguesía (disfrazada con pomposas frases de los eseristas y mencheviques sobre el gobierno del pueblo, la Asamblea Constituyente, las libertades, etc.), o la dictadura del proletariado. El que no lo haya aprendido en la historia de todo el siglo XIX es un idiota incurable». [8]
La esencia del Estado socialista
En el Discurso de Resumen de la Discusión del Informe presentado por el Consejo de Comisarios del Pueblo 12(25) de enero 1918 en el III Congreso de los Soviets de Diputados Obreros, Soldados y Campesinos V.I.Lenin dijo: «La democracia es una forma del Estado burgués defendida por todos los traidores al verdadero socialismo, quienes figuran hoy al frente del socialismo oficial y afirman que la democracia está en contradicción con la dictadura del proletariado. Mientras la revolución no rebasó el marco del régimen burgués, fuimos partidarios de la democracia; pero en cuanto vimos los primeros destellos de socialismo en todo el curso de la revolución, ocupamos posiciones que defienden firme y resueltamente la dictadura del proletariado». [9] En el folleto «Exitos y dificultades del Poder soviético» V.I.Lenin ridiculizó a aquellos seudo-comunistas que negaron la dictadura del proletariado. Escribió: “Naturalmente, no estamos en contra de la violencia; nos reímos de quienes se oponen a la dictadura del proletariado y decimos que son gente necia, incapaz de comprender que debe haber dictadura del proletariado o dictadura de la burguesía. Quién diga lo contrario o es un idiota o es tan ignorante en política que sería vergüenza no digo ya dejarle subir a una tribuna, sino permitirle que entre en una asamblea.”. [10] Esta misma idea Lenin defendió en el Informe sobre la situación interior y exterior de la República Soviética en la Reunión Plenaria y Extraordinaria del Soviet de Moscú de Diputados Obreros y del Ejército Rojo, 3 de abril de 1919: “o la dictadura de la burguesía o el poder y la dictadura completa de la clase obrera; en parte alguna pudo dar ni dió nada ningún término medio”. [11] En la obra “Acerca de la dictadura del proletariado” V.I. Lenin escribió lo siguiente:
“La razón principal por la cual los “socialistas” no comprenden la dictadura del proletariado es que no llevan hasta su conclusión lógica la idea de la lucha de clases” (cf. Marx 1852).
La dictadura del proletariado es la continuación de la lucha de clase del proletariado, bajo nuevas formas. Eso es lo esencial, y eso es lo que no comprenden.
El proletariado, como clase aparte, es el único que prosigue su lucha de clase.
2. El Estado solamente = instrumento del proletariado en su lucha de clase. Un tipo especial de garrote.” [12]
En el Discurso en el Congreso de los Obreros de Transporte de toda Rusia 27 de marzo de 1921 V.I.Lenin explicó otra vez que la cuestión se había planteado “uno u otro”: “Aquella clase que ha tomado en sus manos el dominio político, lo ha tomado dándose cuenta que lo toma a solas. Esto se contiene en el concepto de la dictadura del proletariado. Este concepto sólo tiene sentido cuando una clase sabe que toma en sus manos el poder político a solas, y no engaña a sí misma ni a los demás con la palabrería sobre un Poder “de todo el pueblo, de elección universal, sagrado por todo el pueblo”. Todos conocéis perfectamente que hay mucho, y más que mucho, los aficionados de la palabrería de este tipo, pero, en cualquier caso, no en las filas del proletariado, porque los proletarios han tomado ya la conciencia y han escrito en la Constitución, en las leyes fundamentales de la República, que se trata de la dictadura del proletariado.” [13] En el folleto “Sobre el impuesto en especies” V.I.Lenin subrayó de modo muy sencillo y conciso: “El socialismo es impensable también sin el dominio político del proletariado en el Estado » [14]
El concepto, las tareas y los límites históricos de la dictadura del proletariado
En el artículo “Los asustados por la quiebra de lo viejo y los que luchan por el triunfo de lo nuevo” V.I.Lenin señala que “la dictadura presupone y significa un estado de la guerra latente, un estado de medidas militares contra los enemigos del poder proletario”. [15] Al mismo tiempo, en el artículo “Un saludo a los obreros húngaros” subraya: “Pero la esencia de la dictadura del proletariado no reside sólo en la violencia, ni primcipalmente en la violencia. Su esencia fundamental reside en la organización y disciplina del destacamento avanzado de los trabajadores, de su vanguardia, de su único dirigente: el proletariado. Su objetivo es crear el socialismo, suprimir la división de la sociedad en clases, convertir a todos los mienbros de la sociedad en trabajadores, quitar el terreno a toda la explotación del hombre por el hombre”. [16] V.I.Lenin esclarece: “La abolición de las clases es obra de una larga, difícil y tenaz lucha de clases que no desaparece (como se lo imaginan los vulgares personajes del viejo socialismo y de la vieja socialdemocracia) después del derrocamiento del poder del capital, después de la destrucción del Estado burgués, después de la implantación de la dictadura del proletariado, sino que se limita a cambiar de forma, haciéndose en muchos aspectos más encarnizada todavía”. [17] En el folleto “Una gran iniciativa” V.I.Lenin da la siguiente definición de la dictadura del proletariado: “La dictadura del proletariado, si traducimos esta expresión latina, científica, histórico-filosófica, a un lenguaje más sencillo, significa lo siguiente:
Sólo una clase determinada – los obreros urbanos y, en general, los obreros fabriles, los obreros industriales – está en condiciones de dirigir a toda la masa de trabajadores y explotados en su lucha por derrocar el yugo del capital, en el proceso mismo de su derrocamiento, en la lucha por mantener y consolidar el triunfo, en la creación del nuevo régimen social, del régimen socialista, en toda la lucha por la supresión completa de las clases. (Hagamos notar, entre paréntesis, que la diferencia científica entre el socialismo y el comunismo consiste únicamente en que el primer término designa la primera fase de la sociedad nueva que brota del capitalismo, mientras que el segundo término designa una fase superior y más avanzada de dicha sociedad.)
El error de la Internacional amarilla, “de Berna” consiste en que sus líderes reconocen sólo de palabra la lucha de clases y el papel dirigente del proletariado, temiendo llevar sus ideas hasta el fin, temiendo precisamente la inevitable deducción que tan singular horror causa a la burguesía y que ésta no puede admitir de ninguna manera. Tienen miedo de reconocer que la dictadura del proletariado es también un período de lucha de clases, la cual es inevitable mientras las clases no hayan sido suprimidas y reviste diversas formas, siendo particularmente violenta y específica durante el primer período después de derrocado el capital. Una vez conquistado el poder político, el proletariado no ceja en su lucha de clase, sino que la continúa hasta que las clases hayan sido suprimidas, pero, naturalmente, en otras condiciones, bajo otra forma y con otros medios.
¿Qué quiere decir “supresión de las clases”?Todos los que se llaman socialistas reconocen este objetivo final del socialismo, pero no todos, ni mucho menos, reflexionan sobre el alcance de dichas palabras. Las clases son grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en el sistema de producción social históricamente determinado, por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción (relaciones que en su mayor parte las leyes refrendan y formalizan), por el papel que desempeñan en la organización social del trabajo, y, consiguientemente, por el modo de percibir y la proporción en que perciben la parte de riqueza social de que disponen. Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse el trabajo del otro por ocupar puestos diferentes en un régimen determinado de economía social.
Es evidente que, para suprimir por completo las clases, no basta con derrocar a los explotadores, a los terratenientes y capitalistas, no basta con suprimir su propiedad, sino que es imprescindible también suprimir toda propiedad privada sobre los medios de producción; es necesario suprimir la diferencia existente entre la ciudad y el campo, así como entre los trabajadores manuales e intelectuales. Esta obra exige mucho tiempo”. [18]
En el artículo “Economía y política en la época de la dictadura del proletariado” V.I.Lenin sigue determinando los límites de la dictadura del proletariado y subraya su vigencia en el transcurrir de toda la fase del socialismo:
“El socialismo es la abolición de las clases. La dictadura del proletariado ha hecho en este sentido todo lo que estaba a su alcance. Pero no se pueden abolir de golpe las clases.
Y las clases han quedado y quedarán durante la época de la dictadura del proletariado. La dictadura dejará de ser necesaria cuando desaparezcan las clases. Y sin la dictadura del proletariado las clases no desaparecerán.
Las clases han quedado, pero cada una de ellas se ha modificado en la época de la dictadura del proletariado; han variado igualmente las relaciones entre ellas. La lucha de clases no desaparece bajo la dictadura del proletariado, lo que hace es adoptar otras formas”. [19]
Cabe subrayar que V.I.Lenin especialmente enumera estas formas en su libro “La enfermedad infantil del “izquierdismo” en el comunismo” para los comunistas de todos los países y de todos los tiempos por venir: “La dictadura del proletariado es una lucha tenaz, cruenta e incruenta, violenta y pacífica, militar y económica, pedagógica y administrativa, contra las fuerzas y las tradiciones de la vieja sociedad”. [20] En el socialismo, se libra la más aguda lucha de clase contra las fuerzas y tradiciones de la sociedad capitalista, ante todo, contra el espíritu pequeñoburgués y sus manifestaciones entre los representantes de las clases y estratos de la sociedad socialista, o sea, con las intenciones pequeñoburguesas a dar a la sociedad lo menos y lo peor, y cobrar de ella lo más y lo mejor. Esta lucha se libra dentro de la misma clase obrera, del mismo Partido, y prácticamente en la conciencia de cada individuo.
Hasta qué momento no se puede sin la dictadura del proletariado? En las “Tesis del Informe sobre la táctica del Partido Comunista de Rusia en el III Congreso de la Internacional Comunista” V.I.Lenin responde a esta pregunta así: “La dictadura del proletariado no significa el cese de la lucha de clases, sino su continuación en una forma nueva y con las nuevas armas. Mientras subsistan las clases, mientras la burguesía derribada en un país decuplique sus ataques contra el socialismo en el terreno internacional, seguirá siendo indispensable esta dictadura”. [21] Y porque, como se subraya en el “Informe sobre la táctica del PC de Rusia” en el III Congreso de la Internacional Comunista 5 de julio de 1921, “la misión del socialismo consiste en suprimir las clases, [22] el período de la dictadura del proletariado abarca a toda la primera fase del comunismo, o sea, todo el período del socialismo.
La forma de organización de la dictadura del proletariado
La esencia de cualquier Estado es la dictadura de la clase dominante. Sin embargo, sólo raras veces esta dictadura se asoma de modo inmediato en la superficie de la vida política. Con todos los repliegues y desviaciones temporales, cada tipo de la dictadura tiene una forma determinada de su manifestación en la forma de organización adecuada a la dictadura de la clase dada y no otra, que corresponde a ella y asegura su mantenimiento de mejor modo. La forma de organización inmanente, es decir, la internamente propia, a la dictadura burguesa es la democracia parlamentaria con las elecciones por las circunscripciones territoriales. La forma de organización de la dictadura del proletariado es el Poder soviético elegido por las fábricas y talleres.
En la obra “Tesis e Informe sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado” en el I Congreso de la Internacional Comunista 4 de marzo de 1919 г. V.I.Lenin escribió: “La vieja democracia, es decir, la democracia burguesa, y el parlamentarismo estaban organizados de manera que fueran precisamente las masas trabajadoras las que se vieran más apartadas que nadie del mecanismo de gobierno. El Poder soviético, es decir, la dictadura del proletariado, está, por el contrario, organizado de manera que aproxima las masas trabajadoras al mecanismo de gobierno. El mismo fin persiguen la unión del poder legislativo y el ejecutivo en la organización soviética del Estado y la sustitución de las circunscripciones electorales territoriales por las unidades de producción, como son las fábricas”. [23]
En el folleto de Lenin “Carta a los obreros y campesinos con motivo de la victoria sobre Kolchak” se dice: “el Poder soviético: he aquí lo que de hecho significa la “dictadura de la clase obrera”. [24] En el artículo “Las tareas inmediatas del Poder soviético” queda subrayado inequivocadamente: “el Poder soviético no es otra cosa que la forma de organización de la dictadura del proletariado”. [25]
El análisis de las formas de la organización de la dictadura de la burguesía, en su modificación más sostenible que es la democracia burguesa, y de la dictadura del proletariado en la forma de los Soviets, demuestra que la sostenibilidad y funcionamiento de cada una son asegurados por los fundamentos objetivos en los cuales se construyen, por la formación del poder.
En su formación, la democracia parlamentaria como una forma de la dictadura de la burguesía se apoya sobre el recurso financiero de los capitalistas, sobre el instituto de la propiedad privada capitalista. Utiliza también la ideología burguesa que es la dominante en la sociedad, porque el ser social determina la conciencia social.
La democracia proletaria se apoya sobre la organización objetiva de la clase obrera en el proceso del trabajo en las fábricas y los talleres, que se convierten en las circunscripciones electorales de los Soviets. No se trata de la denominación sino de cierta forma de la organización del poder, la forma característica del Poder de los Soviets que asegura la dictadura de la clase obrera.
El abandono de la forma de organización de la dictadura del proletariado es el peligro para su existencia
Los Soviets surgieron en Ivánovo-Voznesensk en 1905, como los órganos de la lucha huelguística y los órganos de la autogestión de los trabajadores, que se formaban por las fábricas y los talleres, por los colectivos laborales. Los Soviets que resurgieron en toda Rusia en 1917, se elegían por las fábricas y los talleres. La elección de los diputados por las fábricas y los talleres garantizando la posibilidad del control sobre la actividad de los diputados y la factibilidad práctica de su revocación y sustitución según la voluntad de los colectivos laborales, es el principio constituyente de los Soviets, lo que fue fijado en el Programa leniniano del PC (b) R adoptado por el VIII Congreso del Partido:
“El Estado soviético acerca también el aparato estatal a las masas haciendo que la circunscripción electoral y la célula fundamental del Estado no sean el distrito territorial, sino la unidad de producción (la fábrica o el taller)”. [26]
En contra de esta cláusula programática, con la adopción en 1936 de la nueva Constitución, supuestamente la más “democratica”, tuvo lugar el tránsito al sistema de las elecciones por las circunscripciones territoriales, característico para la democracia burguesa que aparta los órganos del poder respecto a los colectivos laborales y hace prácticamente imposible la revocación de los diputados apartados del pueblo. Por esto, se debe reconocer que eran erróneos los pronunciamientos de Stalin de aquel período acerca de la supuesta ampliación de la democracia con la adopción de la Constitución de 1936. Será más justo decir que de facto se había hecho un paso hacia el tránsito de la democracia soviética proletaria a la democracia parlamentaria burguesa que presupone la igualdad formal e ignora la desigualdad existente. Tampoco pudo acontecer alguna ampliación real de la democracia con la propagación momentánea y formal de derecho de voto a los representantes de las ex clases explotadoras. Con su salida paulatina de la escena histórica, sobre la base de la superación de toda explotación, la democracia soviética llegaba paulatinamente y de modo natural a la votación universal como la democracia para los trabajadores. A su vez, el abandono del principio carácterístico de los Soviets, o sea, de la elección de los diputados por los colectivos laborales en las fábricas y los talleres, y la transición a las elecciones por las circunscripciones territoriales, era igual al repliegue de los Soviets hacia el parlamentarismo y, consecuentemente, al debilitamiento del democratismo efectivo.
Es interesante recordar que Lenin, durante la elaboración del Segundo Programa del PC (b) R, tomó en cuenta la posibilidad de repliegue de la forma de los Soviets como un resultado del repliegue en la lucha general, resultante de la presión de las circunstancias y fuerzas adversarias, pero nunca como un movimiento hacia el desarrollo de la democracia de los trabajadores, la proletaria u obrera.
En la Resolución sobre el cambio de nombre del Partido y la modificación de su Programa del VII Congreso del PC (b) de R, Lenin escribió: «...La modificación de la parte política de nuestro programa ha de consistir en una definición lo más exacta y circunstanciada posible del nuevo tipo de Estado, de la República de los Soviéts, como una forma de la dictadura del proletariado y como continuación de las conquistas de la revolución obrera internacional que inició la Comuna de París. El programa debe indicar que nuestro Partido no renunciará tampoco al aprovechamiento del parlamentarismo burgués si el curso de la lucha nos hace retroceder durante cierto tiempo a esta etapa histórica, rebasada ahora por nuestra revolución. Pero, en todo caso y cualesquiera que sean las circunstancias, el Partido luchará por la República Soviética como tipo del Estado superior por su carácter democrático, y como forma de la dictadura del proletariado, del derrocamiento del yugo de los explotadores y del aplastamiento de su resistencia” (acentuado por los autores). [27]
Esto parece más claro que el agua. Sin embargo, se movieron hacia la democracia burguesa, hacia el parlamentarismo. A partir de aquel tiempo, por ser liquidada la posibilidad práctica de la revocación de los diputados que no reafirmaran la confianza de los electores organizados en los colectivos laborales, comenzó el proceso del contagio más y más intensivo de la máquina estatal por el burocratismo y arribismo, su ensuciamiento por los burócratas y arribistas que ponían sus intereses personales por encima de los sociales, el proceso de la maduración de unos Jruschevs y Gorbachevs en el seno del sistema partidista-estatal. De los Soviets quedaban los títulos, pero su esencia pasó a erosionarse. La dictadura del proletariado, privada de su forma internamente propia de organización, fue puesta en la condición de amenazada. Ahora, el caracter proletario de los órganos del poder que seguían llamándose de los Soviets era asegurado sólo por los elementos mantenidos de la vinculación con su clase: mediante la postulación de los candidatos por los colectivos laborales, mediante sus informes periódicos ante los trabajadores, mediante la regulación de su compuesto social por los órganos partidistas, así como por la inercia del carácter proletario del mismo Partido. Sin embargo, ya con Stalin, quién ante el féretro de Lenin había jurado a fortalecer la dictadura del proletariado y luchó por esto durante toda su vida, en el Comité Central comenzó a acumularse la mayoría antiobrera, con el oportunismo que iba creciendo al revisionismo, tendiente a cambiar la naturaleza clasista del Estado después del fallecimiento de Stalin.
La renuncia a la dictadura del proletariado es la renuncia al marxismo
En el XX Congreso del PCUS se había emprendido algo como la preparación de artillería para la ofensiva frontal contra lo fundamental en el marxismo. Por los esfuerzos de grupo revisionista jruschevista, se puso en tela de juicio, en la forma calumniosa, lo positivo que se había hecho por el liderazgo staliniano, y se hizo una demanda a la revisión de las tesis claves del marxismo sobre la lucha de clases y la dictadura del proletariado. Sin embargo, el Programa leniniano del PC(b)R seguía siendo vigente. Por esto, los jruschevistas se pusieron a prepararse a sustituirlo con aquello del cual sería sustraído lo que constituye la misma esencia del marxismo-leninismo. En el Informe del Primer Secretario del PCUS N.S. Jruschev en el ХХII Congreso del PCUS “Sobre el Programa del Partido Comunista de la Unión Soviética” se postuló la tesis sobre la victoria definitiva del socialismo en la URSS, [28] siendo esta tesis desanimadora y desmovilizadora para los comunistas, la clase obrera y todos los trabajadores. Se afirmaba que la lucha de clases fuera restringida con el período de transición al socialismo. [29] En todo el Informe, el socialismo no era entendido como una fase del comunismo sino como el no comunismo – de hecho, como una formación específica. De modo correspondiente, en lugar de la tarea propia al socialismo, la abolición completa de las clases en la primera fase de la sociedad sin clases, sólo se planteaba la tarea de la construcción de la sociedad sin clases y, con esto, también la tarea puramente revisionista y antimarxista: “Del Estado de la dictadura del proletariado, al Estado de todo el pueblo”. [30] Se afirmaba que supuestamente “la clase obrera de la Unión Soviética, por la iniciativa propia, partiendo de las tareas de la construcción de comunismo, se ha transformado el Estado de su dictadura al Estado de todo el pueblo… Por primera vez, en nuestro país se ha formado el Estado que no es la dictadura de una sola clase… la dictadura del proletariado ha dejado de ser necesaria”. [31] Igualmente, el Partido era proclamado de ser el Partido de todo el pueblo y no el Partido de la clase obrera, en contra del concepto leniniano del Partido político como la vanguardia de la clase.
Estas ideas revisionistas no habían encontrado la resistencia en el Congreso, siendo aprobado unánimamente el Programa revisionista, antileninista y antimarxista de hecho. En él se afirmaba que supuestamente “la dictadura del proletariado se ha cumplido su misión histórica, y desde el punto de vista de las tareas del desarrollo interno, dejó de ser necesaria en la URSS. El Estado que había surgido como el Estado de la dictadura del proletariado, en la nueva etapa actual se ha convertido en el Estado de todo el pueblo… El Partido se parte de lo que la dictadura de la clase obrera deja de ser necesaria antes de que el Estado se desaparece como tal”. [32]
Para evaluar esta posición de manera más plena, recurramos nuevamente a Lenin. El su libro “El Estado y la revolución” V.I.Lenin subrayó el carácter clasista de cualquier Estado, siempre y cuando se mantenga como tal, y la necesidad para la victoria de la revolución proletaria que sea destruida la vieja máquina estatal y creado el nuevo aparato estatal que sea capaz de resolver las tareas de la dictadura proletaria. Elaboró varias condiciones que hubiera que cumplir para que el Estado no se convirtiera del instrumento de la clase obrera y medio para asegurar su dominación política, en una fuerza dominante sobre esta misma clase.
En el mismo libro, así como en el cuaderno “Marxismo sobre el Estado”, V.I.Lenin promovió, de modo bien definido, la idea que el Estado desaparece como tal sólo con la abolición completa de las clases; y hasta que se mantenguen las clases, se mantiene también el Estado como el órgano de la clase políticamente dominante. Cita y desarrolla la idea de Engels: “Cuando el Estado se convierta, finalmente, en representante efectivo de toda la sociedad, será por sí mismo superfluo”. [33] Así como contestara a todos los hesitantes, tambaleantes e indecisos, V.I.Lenin subrayó: «Unicamente es marxista quien hace extensivo el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado. En ello estriba la más profunda diferencia entre un marxista y un pequeño (o un gran) burgués adocenado. En esta piedra de toque es en la que debe contrastarse la comprensión y el reconocimiento verdaderos del marxismo”. [34] En la obra “Acerca del Estado” (conferencia en la Universidad Sverdlov 11 de junio de 1919) V.I.Lenin señala que el Estado capitalista es lo que “declara como consigna suya la libertad de todo el pueblo y dice que expresa la voluntad de todo el pueblo, negando ser un Estado de clase”. [35]
Al desorientar y de hecho engañar al Partido y al pueblo acerca de la cuestión de la dictadura del proletariado, sin la cual es imposible el desarrollo del socialismo al comunismo pleno, el grupo revisionista jruschevista sustituyó también los objetivos del movimiento de la producción y de la sociedad. Nos cabe detenernos en esto especialmente.
El objetivo de la producción socialista
La esencia de la historia, el progreso de la sociedad consta en el movimiento hacia el pleno bienestar y el desarrollo libre multifacético de todos los miembros de la sociedad.
En el comunismo primitivo-comunal esta esencia, por el bajo desarrollo de las fuerzas productivas, se manifestaba de modo muy limitado, como la satisfacción de las necesidades más urgentes de los miembros de la sociedad, partiendo de los recursos obtenidos y de la jerarquía tribal.
En el esclavismo, a los esclavos no se los consideraban de seres humanos, y la producción se desenvolvía con el objetivo de asegurar el bienestar y el desarrollo multifacético de los miembros de la clase dominante, o sea, los esclavistas.
En el feudalismo, tuvo lugar de modo prioritario la elevación del bienestar y el desarrollo multifacético de la clase de los feudales, y los campesinos y artesanos se restringían con la satisfacción bastante escueta de sus necesidades.
En el capitalismo, el objetivo de la producción es la producción de la plusvalía, de las ganancias, lo que lleva al crecimiento del bienestar y al desarrollo multifacético de los capitalistas y restringe el consumo de los obreros con la satisfacción de sus necesidades sólo en aquella medida que abastezca la reproducción de su fuerza de trabajo indispensable para que se continúe el proceso del autocrecimiento del capital.
Como escribió Lenin en los “Materiales para la elaboración del Programa del POSDR”, en el capitalismo “el gigantesco desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo social, cada vez más socializado, trae consigo el hecho de que una insignificante minoría de la población monopoliza los principales beneficios de ese desarrollo. A la par con el aumento de la riqueza social crece la desigualdad social, se ahonda y ensancha el abismo existente entre la clase de los propietarios (la burguesía) y la clase del proletariado”. [36]
Sin embargo, bajo el capitalismo se inicia la lucha de la clase obrera para que no sólo tenga lugar el desarrollo de los miembros de la sociedad pertenecientes a la clase dominante, sino sea creada la sociedad comunista en la cual sea revelada la esencia de la historia, y el aseguramiento del pleno bienestar y del desarrollo libre multifacético de todos los miembros de la sociedad se hagan el objetivo real de la producción.
En el proyecto del programa del Partido, preparado por la Comisión ante el II Congreso del POSDR, el objetivo de la producción socialista fue formulado como la organización planificada del proceso productivo social “con el fin de satisfacer las necesidades de toda la sociedad y de cada uno de sus miembros”. Respecto a esto, V.I.Lenin replica: «Inexacto. Tal “satisfacción” la “da” también el capitalismo, pero no a todos los miembros de la sociedad ni tampoco en la misma medida”. [37] En sus “Observaciones al segundo proyecto de programa de Plejánov” escribió: «Tampoco es afortunado el final del párrafo: “organización planificada del proceso social de producción para satisfacer las necesidades de toda la sociedad y las de cada uno de sus miembros, en particular”. Esto no basta. Tal organización quizás puedan también darla los trusts. Más exacto sería decir “por toda la sociedad” (pues esto incluye la planificación y, además, señala a quienes la orientan), y no sólo para satisfacer las necesidades de sus miembros, sino también para garantizar el pleno bienestar y el desarrollo pleno e integral de todos los miembros de la sociedad”. [38] Finalmente, V.I.Lenin logró que en el programa del Partido aprobado por el II Congreso del POSDR fuese escrito: “Al sustituir la propiedad privada de los medios de producción y circulación con la propiedad social y al instaurar la organización planificada del proceso social de producción para asegurar el bienestar y el desarrollo universal de todos los miembros de la sociedad, la revolución social del proletariado acabará con la división de la sociedad en clases, con lo que liberará a toda la humanidad oprimida”. [39]
Orientándose hacia este objetivo programático, el Partido de los bolcheviques levantó a la clase obrera de Rusia a la victoriosa revolución socialista.
Es natural que durante la redacción del Segundo Programa del Partido, V.I.Lenin consideró de prima importancia mantener en el nuevo Programa el mismo objetivo que había sido escrito ya en el primer Programa, y de ser cumplido, conduce a la supresión total de las clases, o sea, al comunismo pleno.
En el Programa aprobado por el VIII Congreso del PC (b) R, se reproduce la misma formulación del objetivo de la producción socialista que se contenía en el primer Programa del Partido, o sea:
“Al sustituir la propiedad privada de los medios de producción y circulación con la propiedad social y al instaurar la organización planificada del proceso social de producción para asegurar el bienestar y el desarrollo universal de todos los miembros de la sociedad, la revolución social del proletariado acabará con la división de la sociedad en clases”. [40]
Este objetivo de la producción comunista planteado ante la clase obrera como la creadora de la sociedad comunista, se mantenía en el Programa del Partido, mientras el Partido siga siendo el Partido de la clase obrera, dirigente de la realización de su dictadura.
Ya no estaba presente este objetivo en el tercer Programa partidista de corte revisionista, que era aprobado por el ХХII Congreso del PCUS. Era sustituido con sólo la satisfacción de las necesidades crecientes, a lo que, es bien conocido, no se reduce el desarrollo de los seres humanos, ni tampoco su bienestar, ni mucho menos su desarrollo multifacético. De por sí, la satisfacción de las necesidades no lleva a la liquidación de la desigualdad social, ni tampoco a la abolición de las clases. Hablando de modo más concreto, en el tercer Programa del Partido fue escrito que en el comunismo “se alcanza el grado superior de la organización planificada de toda la economía social, se asegura el uso más efectivo y racional de las riquezas materiales y recursos laborales para la satisfacción de las crecientes necesidades de la sociedad”. [41] Los miembros trabajadores de la sociedad, el desarrollo de los cuales es el objetivo en sí, se habían convertido ya en los “recursos laborales” usados efectivamente para la satisfacción de las necesidades no de todos sino de algunos miembros selectos de la sociedad, los que posteriormente se arribarían hasta oligarcas. Al omitir del objetivo de la producción el desarrollo de todos los miembros de la sociedad, la formulación programática del objetivo de la producción se convirtió en el camuflaje del abandono del objetivo real del socialismo.
En el tercer Programa revisionista está escrito: “El objetivo del socialismo es la satisfacción cada vez más plena de las crecientes necesidades materiales y culturales del pueblo”. [42] A la primera vista, parece que sea bello, pero es profundamente erróneo, porque el objetivo del socialismo definido por los fundadores del comunismo científico es la abolición de las clases, la que no se reduce a la satisfacción de las necesidades. Resulta claro que presupone también la satisfacción de las necesidades, pero no de las cualesquiera necesidades y no cualquiera satisfacción, sino preferiblemente aquella que conduzca al abastecimiento del pleno bienestar y el desarrollo libre multifacético de todos los miembros de la sociedad, a la supresión de toda la desigualdad social.
La renuncia a la dictadura del proletariado y del objetivo del socialismo cambió la esencia clasista del Estado. Este se hizo incapaz de realizar los intereses de la clase obrera, que son también los intereses sociales en la época de la dictadura del proletariado. Por esto, paulatinamente la propiedad estatal iba dejando de ser una forma de la propiedad social y cada vez más se convertía en una forma específica de la propiedad privada de aquellos quienes se disponían de la propiedad estatal de hecho, o sea, de la cúpula de la burocracia partidista-estatal. De tal modo, la cúpula de la nomenclatura partidista-estatal logró apropiarse de la propiedad de la sociedad y crear las condiciones para que sólo la quedara repartirla y apropiarla ya por separado, privatizarla formulándolo en las leyes del Estado “de todo el pueblo”. Esto ocurrió por la iniciativa de Gorbachev y en el período de Eltsin, primero con la consigna revisionista del “movimiento hacia el mercado”, y después en la forma más descarada: ¡Viva la privatización! En lo ideológico, este proceso iba acompañado con el concepto revisionista del “socialismo desarrollado” que incluía y reafirmaba el notorio “Estado de todo el pueblo” revisionista.
La renuncia del PCUS en su XXII Congreso a lo principal en el marxismo, la dictadura del proletariado, al objetivo de la producción y al objetivo del socialismo, no pudo sino conducir y sí condujo en fin de cuentas, pese a la resistencia activa de la minoría comunista, a la destrucción del Partido, del Estado y del país.
Esta renuncia pasó no solo por la culpa de la cúpula renegada del PCUS, sino también por la culpa de aquellos miembros del Partido quienes, lejos de estudiar y comprender el leninismo, recitaban las citas y consignas y creían a pie juntillas en las palabras de la cúpula revisionista del Partido. Por eso, las fuerzas comunistas consecuentes no pudieron vencer a los oportunistas, revisionistas y renegados traidores al socialismo. Es una lección no sólo para los comunistas de la exURSS y Rusia actual. Es también la lección para todo el movimiento obrero y comunista internacional.
El carácter no mercantil, sino inmediatamente social, de la producción socialista
La actualidad de esta cuestión es determinada por lo siguiente: a fin de cuentas, es la cuestión de para qué los comunistas luchan por el poder de su clase. Es la pregunta de qué van a hacer en el caso de la llegada de la clase obrera al poder. ¿Hasta qué se han sacado las lecciones de los errores del PCUS y de la práctica de la construcción del socialismo en la URSS? ¿Qué y como hay que construir en la economía?
Hoy día, esta cuestión sigue apasionar y hasta dividir el movimiento comunista, lo de Rusia también. No vamos a abordar a los apologistas descarados del “socialismo sueco” y los demás mejoradores del capitalismo. Vamos a hablar sólo de aquellos quienes siguen llamándose de marxistas y comunistas. Entre ellos, por un lado, hay la nutrida representación de los partidarios del así llamado socialismo de mercado, últimamente cada vez más confirmado con el adjetivo “a lo chino”; por el otro, no deja de oirse la voz de los que se llaman de pragmáticos y realistas. Perciben como locura al discurso de los comunistas ortodoxos sobre el carácter no mercantil de la producción socialista. Dicen: miren alrededor, en la calle está el mercado, no hay otra salida y tendremos que comenzar de la economía de mercado.
Ahora sí, lo que está en la calle es el mercado. Por esto, consideramos que es ya la hora para definirse: qué es lo mercantil en el capitalismo y en el socialismo, y qué se hace o debe hacerse con él en el proceso de la construcción socialista.
Ya en el Primer y Segundo Programas de los bolcheviques (y también en el Programa del PCOR), la naturaleza del capitalismo y de la sociedad burguesa se han caracterizado por las tesis siguientes: “La principal peculiaridad de esta sociedad es la producción mercantil basada en las relaciones de producción capitalistas, en las que la parte más importante y considerable de los medios de producción y circulación de las mercancías pertenece a una clase de personas numéricamente pequeña, mientras que la inmensa mayoría de la población consta de proletarios y semiproletarios obligados por su situación económica a vender permanente o periódicamente su fuerza de trabajo, es decir, alquilarse a los capitalistas y crear con su trabajo los ingresos de las clases superiores de la sociedad”. [43]
O sea, el capitalismo es ante todo la producción mercantil. Siendo así, V.I.Lenin escribió acerca de este acápite programático en sus Notas del Segundo Proyecto del Programa de Plejánov: “En cierto modo, la expresión es desacertada. Desde luego, la producción mercantil plenamente desarrollada sólo es posible en la sociedad capitalista (cuando la misma fuerza de trabajo se convierte también en una mercancía – nota de autores), pero la “producción mercantil” en general es, tanto lógica como históricamente, prius (anterior, precedente – Ed.) con respecto al capitalismo”. [44]
O sea, Vladímir Illich Lenin precisó que el propio capitalismo es el resultado de desarrollo de la producción mercantil, y no cansó en señalar en muchas de sus obras que la producción mercantil en su desarrollo genera el capitalismo de modo inevitable y permanente.
Una mercancía es una cosa producida para el intercambio. La producción mercantil es la producción de las mercancías, de valor. La producción mercantil capitalista es orientada hacia la venta de las mercancías para la obtención de la plusvalía, la ganancia a favor de los capitalistas (propietarios de los medios de producción, redes del comercio, capital financiero y los demás formas de su existencia). El papel regulador de la producción mercantil desempeña su ley fundamental, o sea, la ley de valor que encauza los capitales y respectivamente la producción mercantil hacia aquellas areas que prometen la mayor ganancia.
A su vez, el objetivo de la producción socialista no consta en la obtención de la ganancia de capital, sino en la satisfacción de los intereses sociales. En los Programas ya mencionados del PC(b) de R y del PCOR está escrito:
“Al sustituir la propiedad privada de los medios de producción y circulación con la propiedad social y al instaurar la organización planificada del proceso social de producción para asegurar el bienestar y el desarrollo universal de todos los miembros de la sociedad, la revolución social del proletariado acabará con la división de la sociedad en clases, con lo que liberará a toda la humanidad oprimida, ya que pondrá fin a todas las formas de la explotación de un sector de la sociedad por el otro”. [45]
En la base de la producción socialista no está la ley de valor sino la ley de valor de uso que consta en el aseguramiento del pleno bienestar y el desarrollo multifacético de todos los miembros de la sociedad. Es claro que esto sólo se puede asegurarlo no vía la autorregulación del mercado de los productores privados de mercancías, aislados entre sí, sino vía la socialización de los medios de producción y de la gestión, lo que se asegura políticamente por el establecimiento de la dictadura del proletariado.
Sin embargo, bajo el socialismo se mantengan aparentemente, de modo formal, tanto el dinero como la entera serie de las así llamadas relaciones de las mercancías y de dinero, aunque no encontramos tal concepto ni en Marx ni en Engels ni en Lenin en ninguna parte de sus obras.
Acaso este aprovechamiento de las formas y denominaciones externas mercantiles signifique que la producción socialista sea mercantil por su carácter? Claro que no. Los billetes de banco, que se usan en la sociedad socialista, tampoco son el dinero en el sentido de la economía política. Sirven del medidor complementario indirecto de los volúmenes de la producción y cantidades del trabajo gastado y necesario, siendo unidades de descuento para el cálculo y la planificación que aseguran las funciones del descuento y control sobre la producción inmediatamente social y la distribución, sin lo cual el socialismo sería imposible. No por azar, en el Programa del Comintern aprobado en 1928 se decía: «Las formas y métodos aparentemente capitalistas de la actividad económica (el cálculo de valores, el pago en efectivo de trabajo, la compraventa, el crédito y la banca, etc.) desempeñan el papel de las palancas de la revolución socialista, porque en grado cada vez mayor estas palancas sirven a las empresas del tipo socialista consecuente, o sea, al sector socialista de la economía». [46]
Los partidarios de un “socialismo de mercado” suelen de recordar de la NEP: Lenin mismo había dicho que era la revision radical de todo nuestro punto de vista sobre el socialismo, lo que era en serio y por mucho tiempo.
La Nueva Política Económica (NEP), a comienzos del período de transición del capitalismo al comunismo, estipuló, como un repliegue temporal, cierta liberalización de la producción e intercambio mercantiles, ante todo entre los campesinos y el sector estatal socialista. Pero con todo esto Lenin comprendió perfectamente que se trataba de la lucha de la tendencia socialista con la capitalista. El libro de Bujarin “La economía del período de transición” contuvo la tesis: “la dictadura del proletariado inevitablemente va acompañada con la lucha oculta o más o menos abierta entre la tendencia organizadora del proletariado y la tendencia mercantil-anárquica del campesinado”. Acerca de esto Lenin remarcó: “Hizo falta decir: entre la tendencia socialista del proletariado y la tendencia mercantil-capitalista del campesinado”. [47] Aquí mismo, Lenin apoya la análisis siguiente de Bujarin: “En las ciudades, la lucha principal por el tipo de economía [después de la toma del poder por el proletariado - nota de redacción] se acaba con la victoria del proletariado. En el campo, se acaba también en lo que se trata de la victoria sobre el gran capitalista. Pero al mismo tiempo, en otras formas se regenera como la lucha entre el plan estatal del proletariado que encarna el trabajo socializado, y la anarquía mercantil, el desenfreno especulador del campesinado que encarna la propiedad fragmentada y la espontaneidad del mercado”. Esa idea Lenin hizo acompañar con una breve evaluación: “Esto sí es cierto!”A renglón seguído, la afirmación de Bujarin “Y porque la producción simple mercantil no es otra cosa que el embrión de la economía capitalista, la lucha entre las tendencias arriba descritas es por su esencia la continuación de lucha entre el comunismo y el capitalismo” - Lenin apoyó al escribir: “Es cierto. Y es mejor que “anarquía”. [48]
Anotemos que Lenin jamás hacía el planteamiento de la abolición inmediata del carácter mercantil de la producción. Siempre subrayaba que se trata de la superación de lo mercantil, el escape de lo mercantil, la negación de lo mercantil en la producción social del socialismo. Partiendo de la tesis marxiana “Sólo los productos de los trabajos privados apartados, independientes uno del otro, se contraponen uno al otro como las mercancías”, Lenin expresó su comprensión del objetivo de la revolución socialista en las palabras siguientes:
“la supresión de la propiedad privada sobre los medios de producción, su transformación en la propiedad social, y la sustitución de la producción capitalista de mercancías por la organización socialista de la producción de objetos, a cargo de toda la sociedad, para asegurar el pleno bienestar y el libre y múltiple desarrollo de todos sus miembros”. [49]
Y en la “Instrucción del Consejo del Trabajo y Defensa a las instituciones locales de los Soviets” preparada en 1921, en el período de transición, Lenin señaló: “El producto público de la fábrica socialista, intercambiado con el alimento campesino, no es la mercancía en el sentido de la economía política, en todo caso no es sólo la mercancía, no es la mercancía ya, deja de ser la mercancía”. [50]
Esta idea de la superación de la producción mercantil ya en el período de la construcción de la economía socialista, fue confirmada por Lenin una vez más en sus notas al libro de Bujarin, al reproducir en sus apuntes la idea: «La mercancía puede ser la categoría general sólo en la medida en que haya la vinculación social, constante y no temporal, sobre la base anárquica de la producción. Consecuentemente, en la medida en que desaparece la irracionalidad del proceso productivo, o sea, en que en el lugar de lo elemental se pone el regulador social conciente, en la misma medida la mercancía se convierte en el producto y pierde su carácter mercantil”. Lenin contesta: “Es cierto!”, y acerca del parte final escribe: “no es preciso: no se convierte al “producto” sino de algún otro modo. ETWA (aproximadamente – nota de redacción): “al producto que va al consumo social no via el mercado”. [51]
Los partidarios del “mercado”suelen de dar el ejémplo de la NEP como un supuesto viraje de Lenin hacia la comprensión del socialismo como una economía mercantil, como un retorno al mercado no como una necesidad provisoria sino como un objetivo y una perspectiva. Los más atrevidos entre ellos inventaron hasta una metodología de NEP y mercado socialista, supuestamente la leninista. Sin embargo, hay que anotar, primero, que la NEP no es metodología sino política, y con la introducción de la NEP, Lenin y bolcheviques reconocían su repliegue al aceptar los elementos del capitalismo, y no lo llamaban del desarrollo de las cualidades propias a la producción socialista. Y segundo, al mismo tiempo se desarrollaban las palancas más potentes para la superación de los elementos del carácter mercantil de la economía transitoria al socialismo. Se creaban el Gosplán, el Gossnab, la gran industria, se elaboraba el Plán GOELRO, etc. O sea, con el aumento del volumen físico de la llamada producción mercantil (ya no por su esencia), iba fortaleciéndose el carácter inmediatamente social de la producción socialista y se preparaban las condiciones para la subsiguiente superación de lo mercantil.
Stalin promovió en la práctica la línea de Lenin a la superación de lo mercantil en la producción transitoria al socialismo, para dar a la producción socialista la cualidad de la producción inmediatamente social. Sus ideas fundamentales al respecto, las expuso en su obra “Problemas económicos del socialismo en la URSS”. En particular, Stalin así formula los objetivos de la economía socialista: “¿Existe la ley fundamental económica del socialismo? Sí, existe. ¿En qué constan los rasgos y demandas esenciales de esta ley? Los rasgos y demandas esenciales de la ley fundamental económica del socialismo se podría formular de modo aproximadamente tal: el aseguramiento de la satisfacción máxima de las permanentemente crecientes necesidades materiales y culturales de toda la sociedad por la vía del incesante crecimiento y perfeccionamiento de la producción socialista sobre la base de la técnica superior”. [52] O sea, Stalin subraya con claridad que en el sistema del socialismo, los intereses de toda la sociedad están por encima de todo. Con esto, en su análisis Stalin partió no sólo de su ideario “marxista” sino del escrutinio objetivo de la realidad actual. Stalin desentrañaba qué garantías las asegura el Estado proletario para prevenir la restoración de los elementos capitalistas en la economía.
Sin embargo, parece que subestimara en algo lo inevitable de que la producción mercantil genera las tendencias y deseos a mover hacia la producción mercantil capitalista cabal y hacia el mercado cabal, lo que en las correspondientes condiciones se implementó en la URSS posteriormente.
Stalin decía que la ley de valor en el socialismo, aunque carece de significado regulador, sí actúa parcialmente, ante todo en la producción de los bienes de consumo. Lo último es discutible. Pues la ley de valor es la ley del capitalismo, y por esto no puede de ningún modo ser una ley del socialismo. F. Engels subrayó en Anti-Dühring que “la ley de valor, es precisamente la ley fundamental por la que se rige la producción de mercancías y, por tanto, la forma suprema de ésta: la producción capitalista”. [53]
En la economía socialista, lo mercantil existe sólo como la negación de su carácter inmediatamente social; pertenece a aquellas huellas del capitalismo que se superan en el proceso del desarrollo del socialismo, como el comunismo incompleto, hacia el comunismo completo. Por esto, podemos afirmar que el desarrollo de la economía socialista es el fortalecimiento de su esencia inmediatamente social y la superación de lo mercantil. Cualesquiera que sean las condiciones ante las cuales los comunistas encuentren una revolución, cualesquiera repliegues o transacciones tengan que efectuar, debe haber la orientación clara hacia el objetivo – la superación de la producción mercantil y la transición a la socialista como la inmediatamente social. El movimiento progresivo de la economía socialista había sido asegurado, siempre y cuando el Poder trataba de organización suya como de la producción inmediatamente social.
La decisión de la dirección jruschevista en 1961 de renunciar a la base política del socialismo, la dictadura del proletariado, y la reforma económica de 1965 generaron el proceso de la acumulación paulatina de las tendencias negativas en la economía socialista y en las relaciones sociales. Hablando de modo figurativo, desde allí comenzó la preparación de la perestroika gorbachevista como el cambio de stroi, o sea, del sistema social.
Digan lo que digan los actuales apologistas del capitalismo, la economía de la Unión Soviética tenía el carácter de la producción inmediatamente social. Esto se siente con mayor claridad hoy día, porque al contraste con la existencia actual, el hombre soviético recibía mediante los fondos de consumo social más de la mitad de los bienes vitales consumidos. Y la gran serie de las necesidades vitales importantisímas se satisfacían casi “por necesidad”. Así se aseguraban la vivienda gratuita (aunque haya que esperar su turno), el agua fria y caliente, la energía eléctrica, el pan, la salud pública y la educación, el transporte público urbano y muchas otras cosas.
Lástimamente, la renuncia al rumbo socialista en los aspectos político y económico fue efectuada por la dirección del mismo Partido que seguía llamándose de comunista. En el ХХII Congreso del PCUS fue aprobado el nuevo Programa del Partido que excluyó de sus principios fundamentales la necesidad de la dictadura del proletariado. Y en el XXVIII Congreso del PCUS fue aprobada ya la transición hacia el mercado. En aquel Congreso, el Partido y el pueblo habían sido advertidos que el tránsito hacia el mercado llevaría al capitalismo, a la bancarrota del PCUS y a las calamidades del pueblo. En el informe de Prof. A.A. Serguéev, representante de Movimiento de Iniciativa Comunista, se había dicho: “Además del mercado de las mercancías, hay dos mercados más. Existe el mercado del capital privado representado por las bolsas de valores, y el mercado de la fuerza de trabajo. Pues estos dos mercados, tomados juntos, dan de modo inevitable el mercado capitalista clásico, aunque sea llamado de mercado regulado. No se puede evadirlo… Tal tipo de la perestroika no la sostendrá nuestro pueblo, y también se derrumbará por ello el Partido como un Partido comunista – pasará a la nulidad”. [54]
Como vimos, los pronósticos de la ciencia se han cumplido, y ahora tenemos que comenzar de nuevo, hablando de modo figurativo, de la pregunta “Qué hacer?” que V.I.Lenin había desentrañado en su libro del mismo nombre.
Los conceptos de la construcción del socialismo mediante el desarrollo del mercado, de lo mercantil, de las relaciones de mercancías y dinero, o sea, de las relaciones capitalistas, así como las planes de la construcción de las distintas variantes de la economía de mercado con orientación social, aunque sean con las mejores intenciones, aunque sea bajo la dirección del más patriotico gobierno de confianza popular, es el mismo camino del gorbachevismo. Su resultado sólo puede ser el capitalismo. El oportunismo y el revisionismo se han aprendido ya a inventar las múltiples variantes y no menos numerosas excusas para estos modelos del capitalismo.
La práctica se ha mostrado lo siguiente: apartar la economía de su base política dentro de la teoría integral de socialismo; escrutinar alguna economía “pura”, no politizada y carente del contenido clasista – todo esto es un error, una tontería, y por parte de los comunistas, hasta un crimen ante la clase obrera. En la URSS en los últimos años de la gobernación del PCUS se construían el socialismo de mercado, y se habían construído el capitalismo.
Parafraseando a Vladímir Illich, se puede decir que sin la lucha contra esta enfermedad “mercantil” contagiosa, hablar de su fidelidad al socialismo o a la opción comunista es nada más que pronunciar unas frases sonoras pero falsas.
¡Vamos a verificar nuestro rumbo con Lenin, con la ciencia de comunismo!
[1] Lo principal en el leninismo. V.I. Lenin sobre el enfoque clasista al análisis de los fenómenos sociales /Comp. Doct. en C. Filos. M.V.Popov. – S.Petersburgo: Ed. del Instituto Politécnico, 2009 – 311 p. (en ruso). http://rpw.ru/
[2] V.I.Lenin. Obras completas. Moscú: Ed. Progreso, 1985. T. 32, p. 264.
[3] V.I.Lenin. Obras completas. T. 33, p. 7.
[4] V.I.Lenin. Obras completas. T. 34, p. 197.
[5] V.I.Lenin. Obras completas. T. 34, p. 328.
[6] V.I.Lenin. Obras completas. T. 37, p. 453.
[7] V.I.Lenin. Obras completas. T. 38, p. 450.
[8] V.I.Lenin. Obras completas. T. 39, p. 166-167.
[9] V.I.Lenin. Obras completas. T. 35, p. 290.
[10] V.I.Lenin. Obras completas. T. 38, p. 61.
[11] V.I.Lenin. Obras completas. T. 38, p. 267.
[12] V.I.Lenin. Obras completas. T. 39, p. 271-272.
[13] V.I.Lenin. Obras completas. T. 43, p. 132 (en ruso).
[14] V.I.Lenin. Obras completas. T. 43, p. 210–211 (en ruso).
[15] V.I.Lenin. Obras completas. T.35, p. 202.
[16] V.I.Lenin. Obras completas. T. 38, p. 410.
[17] V.I.Lenin. Obras completas. T. 38, p. 412.
[18] V.I.Lenin. Obras completas. T. 39, p. 15–16.
[19] V.I.Lenin. Obras completas. T. 39, p. 289.
[20] V.I.Lenin. Obras completas. T. 41, p. 28.
[21] V.I.Lenin. Obras completas. T. 44, p. 10.
[22] V.I.Lenin. Obras completas. T. 44, p. 37-38.
[23] V.I.Lenin. Obras completas. T. 37, p. 518-519.
[24] V.I.Lenin. Obras completas. T. 39, p. 167.
[25] V.I.Lenin. Obras completas. T. 36, p. 201.
[26] V.I.Lenin. Obras completas. T. 38, p. 451.
[27] V.I.Lenin. Obras completas. T. 36, p. 62.
[28] ХХII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, 17–31.10. 1961 года. Versión taquigráfica. М., Gospolitizdat, 1962. Т. I, p.151. (en ruso)
[32] ХХII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, 17–31.10. 1961 года. Versión taquigráfica. М., Gospolitizdat, 1962. Т. III. P. 303.
[33] V.I.Lenin. Obras completas. T. 33, p. 16.
[34] V.I.Lenin. Obras completas. T. 33, p. 35.
[35] V.I.Lenin. Obras completas. T. 39, p. 84.
[36] V.I.Lenin. Obras completas. T. 6, p. 455.
[37] V.I.Lenin. Obras completas. T. 6, p. 263.
[38] V.I.Lenin. Obras completas. T. 6, p. 246.
[39] El Programa del Partido Social-Demócrata Obrera Ruso, aprobado en el II Congreso del Partido. Segundo Congreso del PSDOR. Julio - agosto de 1903. Protocolos. Moscú, 1959. P. 419. (en ruso)
[40] V.I.Lenin. Obras completas. T. 38, p. 445.
[41] ХХII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, 17–31.10. 1961 года. Versión taquigráfica. М., Gospolitizdat, 1962. Т. III. P. 274. (en ruso)
[43] V.I.Lenin. Obras completas. T. 38, p. 443.
[44] V.I.Lenin. Obras completas. T. 6, p. 235.
[45] V.I.Lenin. Obras completas. T. 38, p. 445.
[46] La Internacional Comunista en los documentos. 1919- 1932. М..1933. P.24 (en ruso)
[47] Recopilación Leniniana (Ленинский сборник) Т. XI. 1931. 2-a ed., p.368 (en ruso)
[48] Recopilación Leniniana (Ленинский сборник) Т. XI. 1931. 2-a ed., p.370 (en ruso)
[49] V.I.Lenin. Obras completas. T. 6, p. 217.
[50] V.I.Lenin. Obras completas. T.43, p. 276 (en ruso).
[51] Recopilación Leniniana (Ленинский сборник) Т. XI. 1985. P. 388.
[52] Stalin I.V. Problemas económicos del socialismo en la URSS. S.Petersburgo, 2010. P.31-32.
[53] Engels F. Anti-Dühring. – La Habana: Ed. Pueblo y Educación, 1970. P. 380.
[54] XXVIII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, 2-13.07.1990. Versión taquigráfica. Т. I. М., Politizdat, 1991, p. 504.