Las relaciones entre la vanguardia – los PP.CC, en la lucha por la unidad de los intereses de los trabajadores, a pesar del diferente nivel de desarrollo capitalista en diferentes países


Giorgos Marinos, miembro del BP del CC del KKE

“Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos. Proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente. Las clases dominantes pueden temblar ante una revolución comunista. Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar.

¡Proletarios de todos los países, uníos!”

Con estas frases de valor irreemplazable, K. Marx y F. Engels marcan en el Manifiesto Comunista la necesidad de una estrategia revolucionaria y de la lucha coordinada de los obreros que viven en diferentes países. Con esto, destacaron la gran importancia de la unidad obrera en contra de cualquier intento de separación basada en las diferencias de color, idioma, cultura, tradiciones religiosas, destacando que la clase obrera de diferentes países tiene intereses comunes y adversario común, en cualquier circunstancia.

El CC del KKE, en honor al aniversario del centenario de la fundación de la Internacional Comunista (IC) (2 al 6 de marzo de 1919), respeta la lucha del Movimiento Obrero Internacional y resume las principales conclusiones de su curso en un Comunicado del CC del Partido al respecto.

En conclusión, podemos decir que la IC y los esfuerzos anteriores expresan la necesidad de la unidad internacional del movimiento obrero revolucionario y la lucha constante contra la intervención burguesa y oportunista que impide la unidad internacional del movimiento obrero contra el adversario de clase internacional, contra el capital y sus representantes, independientemente de su base, su "patria" de origen.

La lucha internacionalista puede desarrollarse eficazmente cuando existe a nivel nacional una línea de conflicto con los monopolios, con el poder burgués y con las alianzas imperialistas. Cuando los PP.CC no se quedan atrapados en la lucha por reformas burguesas y la gobernanza burguesa, la participación y el apoyo de gobiernos que sirven los intereses del capital, y a través de la lucha constante por defender los intereses obreros y populares, establecen un terreno firme en cada país para que la lucha pueda coordinarse mejor a nivel regional e internacional, y concentrarse en el objetivo de derrocar el capitalismo, independientemente de la fase en la que se encuentra el movimiento obrero.

TEORÍAS - FABRICACIONES IDEOLÓGICAS QUE OCULTAN LA CONTRADICCIÓN ENTRE CAPITAL Y TRABAJO

Después de la contrarrevolución y el derrocamiento del socialismo en la Unión Soviética y en los otros países de construcción socialista, se reproducen teorías oportunistas antiguas y se agregan otras nuevas que intentan difuminar, oscurecer la contradicción básica capital-trabajo, y también socavar el principio del “Internacionalismo Proletario”.

Entre otras cosas, hay teorías de "rico Norte-pobre Sur", "Metrópolis-Periferia", de los "mil millones dorados", teorías que sostienen, por ejemplo, que la población de los estados capitalistas poderosos lo pasa bien y sufre (solo) la población de los estados capitalistas que tienen una posición más baja o intermedia en el sistema imperialista.

Estas teorías reflejan el profundo impacto de las percepciones burguesas dentro del movimiento obrero que reproducen y alimentan el oportunismo y son una gran retirada de los principios comunistas fundamentales, son un elemento de la crisis ideológica y política del movimiento comunista.

El capitalismo nunca y en ningún lugar se ha desarrollado de manera uniforme y equilibrada.

Las condiciones objetivas, los diferentes puntos de partida en las fuentes de riqueza y el potencial económico, la posición geográfica ventajosa o desfavorecida, la ruta histórica, las rivalidades y las guerras imperialistas, así como el tiempo, la frecuencia y la profundidad de las crisis capitalistas, desarrollan diferentes velocidades de desarrollo. El desarrollo desigual es una ley absoluta en el capitalismo.

En el sistema imperialista es diferente la posición, por ejemplo, de los Estados Unidos, Alemania, Francia, China, Rusia que están en los altos niveles de la pirámide, y de Grecia que tiene una posición intermedia. Cada estado capitalista tiene su propia posición en el sistema de acuerdo con su poder económico, político y militar, pero cada uno se rige por las leyes de la formación social-económica y política capitalista, en su fase monopolista.

El poder político del capital y la propiedad capitalista en los medios de producción, el criterio del lucro como la fuerza motriz del desarrollo, la estructura social-clasista basada en la división de la sociedad capitalista en la clase burguesa, que es la clase dominante, y la clase obrera, que es la clase explotada, las capas intermedias que sufren las consecuencias de la concentración y centralización del capital y una parte de ellas se destruye o es dependiente de los monopolios, son características comunes de todas las sociedades capitalistas.

Marx en la Declaración de Fundación de la Asociación Internacional de Trabajadores afirma sobre el desarrollo de Inglaterra a mediados del siglo XIX que "el aumento de la riqueza y el poder restringido exclusivamente a las clases poseedoras" fue realmente "embriagador" ... pero "por todas partes, la gran masa de las clases laboriosas descendía cada vez más bajo, en la misma proporción, por lo menos, en que los que están por encima de ella subían más alto en la escala social. ... ni el perfeccionamiento de las máquinas, ni la aplicación de la ciencia a la producción, ni el mejoramiento de los medios de comunicación, ni las nuevas colonias, ni la emigración, ni la creación de nuevos mercados, ni el libre cambio, ni todas estas cosas juntas están en condiciones de suprimir la miseria de las clases laboriosas; al contrario,mientras exista la base falsa de hoy, cada nuevo desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo ahondará necesariamente los contrastes sociales y agudizará más cada día los antagonismos sociales ... " [1]

Estas constataciones importantes de Marx fueron confirmadas y fortalecidas en la época del imperialismo analizado por Lenin, y han culminado en nuestros días.

Hoy en día, "a nivel global, la riqueza está muy concentrada: el 10% más alto posee más de 70% de la riqueza total en China, Europa y los Estados Unidos, mientras que el 50% más pobre posee menos de 2% y el 40% medio posee menos de 30% ". [2]

En los Estados Unidos, la riqueza tiene la mayor concentración desde la década de 1920. El 1% más rico de los estadounidenses ahora posee un impactante 40% de la riqueza total de los hogares.

La acumulación de riqueza se ha acelerado aún más, por ejemplo en 2018, con 26 multimillonarios que ahora poseen propiedades iguales a los ingresos de la mitad más pobre de la humanidad.

Los multimillonarios del planeta vieron aumentar su riqueza acumulativamente en un 12%, o $ 2,5 mil millones al día en 2018, mientras que 3.800 millones de personas, la mitad más pobre de la población mundial, vieron disminuir su riqueza acumulativamente en un 11% o $ 500 millones al día.

El número de multimillonarios se ha duplicado desde el estallido de la crisis financiera de 2008 ... " [3]

El New York Times sobre personas sin hogar informa que en Nueva York, los estudiantes que no tienen un hogar permanente, que se alojan en refugios para personas sin hogar o familiares, ascienden a 114.659. Esta cifra es la más alta registrada en la historia de la ciudad, ya que casi se ha duplicado desde 2010. Como la población escolar de las escuelas públicas de la ciudad asciende a aproximadamente 1,1 millones, esto significa que uno de cada diez alumnos no tiene hogar, haciendo de Nueva York un campeón. También hay áreas de Nueva York donde uno de cada tres estudiantes está sin hogar (en las escuelas degradadas en El Bronx los estudiantes sin hogar llegaron a representar un 44% del total).

En la Unión Europea, 110 millones de personas viven por debajo del umbral de pobreza. Los desempleados han superado los 16 millones, mientras que muchos más están empleados a tiempo parcial y trabajo temporal. En Alemania, la locomotora del capitalismo en Europa, más de 8 millones están empleados en los llamados mini empleos, con salarios miserables. En Escandinavia, la edad de jubilación se elevó a 70-74 años.

Estos ejemplos y muchos otros datos que registran la barbarie capitalista revelan la teoría infundada de los "mil millones dorados", de la “Metrópolis y Periferia” y los enfoques relacionados.

La contradicción de capital-trabajo se agudiza internacionalmente. La burguesía, tanto en los países capitalistas desarrollados como en aquellos con un nivel medio o inferior de crecimiento capitalista, aumenta su riqueza, mientras que no solo no se satisfacen las necesidades populares, sino que la clase obrera y las capas populares presentan un deterioro, relativo y absoluto. Y esto está sucediendo en todas partes del mundo, incluidos los "estados más pobres" en África, Asia y América Latina donde los grupos monopolistas solos o en cooperación con empresas multinacionales-transnacionales acumulan enormes fondos de la explotación de la clase obrera. Por lo tanto, la lucha unida de los partidos comunistas y obreros, la coordinación de su acción no tiene fronteras y debe extenderse a todo el mundo.

En los últimos años, la proyección de los descubrimientos tecnológicos, científicos y su aplicación en la producción se presenta como una panacea a los impasses del capitalismo.

Se están promoviendo la tecnología robótica, la inteligencia artificial, los sistemas de informática modernos, la llamada 4ta Revolución Industrial. Este es un nuevo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas que conduce a la reorganización de las ramas de la economía, al aumento de la productividad.

Esta no es la primera vez que el desarrollo de las fuerzas productivas está acompañado por el cultivo de ilusiones con respecto a la resolución de los problemas populares, al distraer el desarrollo de la tecnología y la ciencia de las relaciones de producción capitalistas explotadoras, que es el marco que determina la orientación de las fuerzas productivas y las pone al servicio de la burguesía, la rentabilidad y la competitividad del capital.

La competencia, por ejemplo, entre los EE.UU, la UE, China, Alemania y Rusia por la primacía o la presencia fuerte en las nuevas tecnologías, se basa en los intereses y las necesidades de los grandes grupos financieros, de la economía capitalista en general y por supuesto está al servicio de los armamentos militares y los objetivos geoestratégicos.

La realidad da respuesta a la pregunta crucial, ¿quién se beneficia del desarrollo de las fuerzas productivas? Se benefician los monopolios; no se benefician la clase obrera y las capas populares. Los productores de la riqueza no pueden disfrutar de los resultados de su trabajo. Los nuevos servicios son muy difíciles de acceder, caros y no satisfacen las necesidades populares.

Nuevos puestos de trabajo prometidos por los defensores del capitalismo no pueden superar las causas que generan el desempleo. El círculo vicioso de no absorción de jóvenes que esperan integrarse a la producción,  los despidos, el trabajo parcial y temporal, existen en todos los países capitalistas, fuertes y no fuertes. La aplicación de nuevas tecnologías lleva a la destrucción de cientos de miles de puestos de trabajo (que ya existían) y los nuevos puestos de trabajo son crean con condiciones de mayor explotación, con mano de obra barata y formas de empleo flexibles. Los que pueden celebrar son las élites que cumplen un papel directivo en el proceso de producción y que forman parte de la burguesía.

Con los últimos métodos tecnológicos se aumenta bruscamente el terrorismo patronal, el monitoreo tecnológico del rendimiento laboral, la violación brutal de su vida privada, limitando el tiempo libre para la participación en los sindicatos y la acción política.

Esta situación responde a los defensores del capitalismo y las fuerzas oportunistas que fantasean su "humanización" y argumentan que en las "metrópolis" del sistema los trabajadores están bien y pueden disfrutar los resultados de los descubrimientos tecnológicos.

De hecho, los trabajadores pueden vivir mejor aprovechando los logros de la tecnología y la ciencia para reducir sustancialmente el trabajo físico pesado, el trabajo de rutina, el tiempo de trabajo y aumentar el tiempo libre, satisfacer las necesidades populares crecientes. Pero la condición previa para esto es el derrocamiento del sistema de explotación, la conquista del poder por parte de la clase obrera, la socialización de los medios de producción y la planificación científica central, la construcción del socialismo-comunismo.

" ... sea la dictadura de la burguesía o la dictadura del proletariado. Todo sueño en una tercera solución es un reaccionario gimoteo de pequeño burgués. Así lo evidencian tanto la experiencia de más de cien años de desarrollo de la democracia burguesa y del movimiento obrero en todos los países adelantados como, particularmente, la experiencia del último lustro. Así lo dice también toda ciencia de la economía política, todo el contenido del marxismo, que esclarece la inevitabilidad económica de la dictadura de la burguesía en toda economía mercantil, burguesía que nadie puede sustituir de no ser la clase que está siendo desarrollada, multiplicada, unida y fortalecida por el propio desarrollo del capitalismo, es decir, la clase de los proletarios". [4]

El desarrollo desigual del sistema capitalista y los estados constituyentes con los monopolios en su núcleo, define objetivamente las relaciones desiguales que caracterizan al sistema y sus estados constituyentes, que están entrelazados, conectados en el contexto de la internacionalización del capital con relaciones de dependencia e interdependencia desigual por los diferentes niveles de desarrollo capitalista, los diferentes poderes económicos, militares y políticos.

En este contexto se expresa la cuestión de entrega de derechos soberanos de acuerdo con los intereses de la burguesía, por ejemplo, para beneficiarse de la membresía en asociaciones y organizaciones imperialistas como la UE y la OTAN con el fin de mantener su poder y la perpetuación del capitalismo.

En conclusión, podemos decir que la desigualdad en las relaciones internacionales entre los estados capitalistas poderosos y otros con una posición intermedia en el sistema imperialista es un elemento constitutivo del funcionamiento del capitalismo que se eliminará al derrocarlo mediante la construcción de una sociedad socialista-comunista. Comprender este tema básico contribuye a la maduración de la conciencia política de la clase obrera y las capas populares, es parte de la estrategia de los partidos comunistas. Porque a lo contrario, con la desvinculación de la cuestión de la dependencia y la interdependencia desigual, la soberanía o la independencia en caso de ocupación, de la lucha por el socialismo, se pierde el objetivo estratégico y esta es la base de las desviaciones, de la búsqueda utópica de soluciones en el marco del capitalismo, por ejemplo con gobiernos que gestionan sus leyes.

LA NEGACIÓN DEL INTERNACIONALISMO PROLETARIO ES CATASTRÓFICO

La teoría de los “mil millones dorados” y de “la Metrópolis y la Periferia” conducen a posiciones profundamente peligrosas que llegan a la negación del principio del Internacionalismo Proletario.

Marx elaborando aún más el principio del Manifiesto Comunista, que llamaba los proletarios de todos los países a unirse, en la declaración de fundación de la Asociación Internacional de los Trabajadores subrayó que “la conquista del poder político ha venido a ser, por lo tanto, el gran deber de la clase obrera...” y conectó ese deber con la necesidad de la lucha común de la clase obrera en todo el mundo, notando que “la experiencia del pasado nos enseña cómo el olvido de los lazos fraternales que deben existir entre los trabajadores de los diferentes países y que deben incitarles a sostenerse unos a otros en todas sus luchas por la emancipación, es castigado con la derrota común de sus esfuerzos aislados”.

En los Estatutos de la Asociación Internacional de los Trabajadores Marx dice que “la emancipación del trabajo no es un problema nacional o local, sino un problema social que comprende a todos los países en los que existe la sociedad contemporánea” colocando el tema de la “combinación inmediata de los movimientos todavía aislados.” [5]

El KKE en su historia de 100 años ha acumulado rica experiencia y ha hecho grandes esfuerzos para cumplir con sus deberes internacionalistas. Con el apoyo a la Revolución de Octubre, su participación a la Federación Balcánica, su incorporación en la Internacional Comunista, con enviar fuerzas a las Brigadas Internacionales durante la Guerra Civil española contra el dictador Franco, con la lucha contra el anticomunismo y el antisovietismo, con su solidaridad internacionalista con la lucha de los PP.CC y de la clase obrera en todo el mundo.

El KKE, en las complejas condiciones que configuró la contrarrevolución, tomó iniciativas importantes para la coordinación, la acción común de los Partidos Comunistas y Obreros. Con esfuerzos laboriosos, con encuentros bilaterales y cooperaciones multilaterales, a través de convergencias y desacuerdos, pudo sentar los fundamentos para el 1er Encuentro Internacional de los Partidos Comunistas y Obreros (EIPCO) el 1998 en Atenas y mantener esa responsabilidad por muchos años, y siempre ha tenido una contribución importante.

El KKE contribuyó a la fundación de la revista teórica “Revista Comunista Internacional” (RCI), que acoge en sus páginas artículos-análisis importantes sobre temas actuales de la lucha ideológica-política, con orientación hacia la constitución de un polo distintivo marxista-leninista que contribuirá al reagrupamiento y la unidad del movimiento comunista internacional. Contribuyó a la creación de la “Iniciativa Comunista Europea” para la coordinación de la actividad de los PP.CC de Europa contra la explotación capitalista, la UE y la OTAN.

Los Partidos Comunistas y Obreros, independientemente de su posición geográfica y el nivel de desarrollo de los estados donde luchan, es imperativo percibir el Internacionalismo Proletario como deber principal y distinguirse en sus tareas internacionalistas.

Por cierto, el intercambio de opiniones y las acciones comunes hacia objetivos concretos, contra la arremetida del capital y de los partidos que sirven sus intereses, contra el imperialismo y sus uniones, contra la unión imperialista interestatal de la UE y de la OTAN.

Es necesario apoyar la lucha de clases en todo el globo, defender las luchas de los trabajadores y condenar masivamente la represión capitalista. Confrontarse con el anticomunismo que es la ideología oficial de la UE y de las demás organizaciones imperialistas, con la distorsión de la historia y con la equiparación provocativa del monstruo del fascismo con el socialismo-comunismo, es un deber importante.

Hoy más que nunca el Movimiento Comunista puede estar al lado de los PP.CC que están bajo persecuciones por parte de los gobiernos burgueses y que se enfrentan a la legislación que prohíbe su acción y sus símbolos.

La experiencia acumulada demuestra el valor que tiene la solidaridad internacionalista con los comunistas de Polonia, Hungría, de los países Bálticos, y de otros países.

El Movimiento Comunista puede reaccionar de manera aún más decisiva e inmediata contra el bloqueo de Cuba por EE.UU, estar al lado del pueblo cubano, defender la revolución cubana. Condenar masivamente por ejemplo el golpe de Estado en Bolivia, las injerencias imperialistas en Venezuela y otros estados de América Latina, manifestar su solidaridad con el pueblo de Siria, con todos los pueblos que sufren la arremetida imperialista, con los pueblos que se encuentran en condiciones de ocupación extranjera, para fortalecer el movimiento para los derechos de los pueblos palestino y chipriota.

Los comunistas con el arma del Internacionalismo Proletario tienen la fuerza de enfrentarse decisivamente al Nacionalismo, a la ideología y la política de la clase dominante que apunta a causar enemistad, odio entre los trabajadores y los pueblos de países diferentes.

Los comunistas tienen la fuerza de plantear en la clase obrera, en los pueblos la cuestión de que en cada país existen “dos patrias”: la patria de los capitalistas y la patria de los trabajadores.

El Patriotismo que expresa los intereses obreros, populares en contradicción con los intereses de los capitalistas, se vincula con el Internacionalismo Proletario y forma un escudo de protección contra el nacionalismo y el cosmopolitismo, que ambos expresan la ideología burguesa reaccionaria.

El cosmopolitismo es utilizado por los monopolios y los estados capitalistas para expandir su actividad, extender sus intereses, abrir caminos para la internacionalización del capital y para su libre acción explotadora, para crear y hacer crecer uniones imperialistas periféricas e internacionales como por ejemplo la Unión Europea, la OTAN u otros organismos imperialistas que actúan en contra de los pueblos.

El nacionalismo y el cosmopolitismo como componentes de la ideología y política burguesas andan codo con codo, uno complementa el otro y sirven los intereses de los monopolios, concediendo derechos soberanos que es una característica de las clases burguesas para poder defender sus intereses de clase, protegerse del desarrollo de la lucha revolucionaria.

Los intereses de la clase obrera son totalmente contrarios al nacionalismo y al cosmopolitismo. Los pueblos no se benefician de los llamamientos de la burguesía para “la mejora del papel geoestratégico” y la búsqueda de mejor posición en la pirámide imperialista, o de los llamamientos para “la unidad nacional” que significan la subordinación de los intereses obreros-populares a los intereses de los capitalistas.

Hoy día podemos desarrollar aún mas la lucha obrera y popular contra las guerras e intervenciones imperialistas, fortalecer la lucha contra la OTAN, para el cierre de las bases militares de los EE.UU y la OTAN en todos los países, para no se utilicen las fuerzas armadas nacionales en el extranjero.

Los PP.CC en cada país, el movimiento comunista internacional en su totalidad tiene el deber de tomar aquellas medidas organizativas, políticas e ideológicas apropiadas y preparar constantemente a la clase obrera y sus aliados en la lucha contra las guerras imperialistas con la orientación de conectar la defensa de las fronteras y de la integridad territorial con la lucha para el derrocamiento del poder del capital.

Hoy se ha quedado claro que intercambiar opiniones y organizar actividades comunes separadas no es suficiente. El internacionalismo proletario no expresa solo los sentimientos de solidaridad de la clase obrera, su reacción a la explotación, a la injusticia social y a la opresión capitalista.

Los PP.CC tienen el deber de comprender profundamente y de contribuir decisivamente para que se entienda que el contenido del principio duradero de la consigna “Proletarios de todos los países, uníos” es que la clase obrera tiene la misión histórica de derrocar el poder burgués, el capitalismo, y construir el socialismo-comunismo.

Los PP.CC que adoptaron las posiciones burguesas con respecto al fin de la clase obrera, quitando de ella su papel de vanguardia que deriva de su propia posición en la producción, y recurrieron a la búsqueda de otros sujetos, por ejemplo de las capas pequeñoburguesas, habían ya negado la lucha para el derrocamiento del capitalismo, la revolución socialista, la esencia del internacionalismo proletario.

En esta base descubrieron el “nuevo internacionalismo”, promovido por una masa confusa de fuerzas pequeñoburguesas, con el fin de llevar al movimiento popular al abrazo de la socialdemocracia, del oportunismo y de la gestión capitalista. Esto ha quedado demostrado por los llamados “foros sociales”, el llamado “movimiento de los indignados” que, incluso, jugó el papel de criadero de fuerzas de la extrema derecha y del fascismo.

Los llamados partidos de la izquierda, de la socialdemocracia vieja y nueva en colaboración con los PP.CC mutados, formaciones como el “Partido de la Izquierda Europea” (PIE), no tienen ninguna relación con el socialismo científico. Toman una posición hostil hacia la revolución socialista y participan en la campaña de las fuerzas burguesas que calumnian el socialismo de la URSS, derraman su veneno anticomunista utilizando el método burgués del “anti-estalinismo”. Apoyan el desarrollo capitalista y fomentan la ilusión y la utopía de la humanización del capitalismo y de la Unión Europea imperialista.

Estos partidos son portadores de la llamada “unidad de la izquierda” oponiéndose verbalmente al neoliberalismo, una versión de la gestión burguesa, promovida por partidos liberales y también por socialdemócratas, para atrapar el movimiento obrero en el apoyo de la gestión socialdemócrata del sistema de la explotación capitalista.

Utilizan esa misma práctica respecto a la extrema derecha y el fascismo, ocultando que estos nacen del sistema capitalista, están apoyados por mecanismos del estado burgués y se alimentan de la defraudación de las expectativas populares por la política antipopular de los gobiernos burgueses, liberales y socialdemócratas, y también de los llamados partidos de izquierda como SYRIZA en Grecia, Podemos en España, etc.

Esa experiencia es valiosa para los Partidos Comunistas y Obreros y subraya que aquellas fuerzas que han rechazado la revolución socialista y han asumido posiciones de gestión del capitalismo no pueden oponerse de manera consistente a la extrema derecha y al fascismo. Los llamados “frentes antifascistas” que ellos apoyan funcionan como vehículos de respaldo de la democracia parlamentaria burguesa, de la dictadura de los monopolios. Solo los PP.CC que luchan orientados al derrocamiento del capitalismo y de la eliminación de las causas que generan las fuerzas reaccionarias pueden ser fuerza consistente contra la extrema derecha y el fascismo.

TÉRMINOS Y CONDICIONES PARA SUPERAR LA CRISIS DEL MOVIMIENTO COMUNISTA INTERNACIONAL Y PARA FORTALECER EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO

El retroceso del MCI que siguió a la contrarrevolución requiere un examen auto-crítico y una profunda conciencia de las dimensiones de la crisis política e ideológica a la que se enfrenta para sacar conclusiones esenciales y tomar las medidas necesarias para fortalecer los PP.CC, la unidad y el refuerzo de la acción del movimiento comunista.

En este sentido, es necesario confirmar los principios básicos que impulsarán la superación de las debilidades, la lucha contra las desviaciones, para formar una base sólida en la gran tarea de lograr una estrategia revolucionaria única. Porque solo a través de este proceso será posible que el internacionalismo proletario adquiera su posición debida y tenga un impacto significativo en los desarrollos de los próximos años.

Los PP.CC son partidos de la clase obrera, su vanguardia ideológica y política, consciente y organizada, su forma suprema de organización, la organización revolucionaria que lucha por conquistar el poder obrero, la dictadura del proletariado, para derrocar al capitalismo y construir la sociedad socialista- comunista.

Los PP.CC son dirigidos por la cosmovisión revolucionaria del marxismo-leninismo y están obligados a hacer el mayor esfuerzo posible para asimilarla para seguir y analizar sistemáticamente los desarrollos a través del método dialéctico-materialista para darse cuenta a tiempo de los fenómenos contemporáneos de la lucha de clases y para generalizar la experiencia del movimiento obrero y popular, para proporcionar a la clase obrera y las capas populares los recursos necesarios para llevar a cabo la lucha de clases, el conflicto con el capitalismo y la burguesía.

Los PP.CC luchan por la unidad de la clase obrera, independientemente de su raza, origen étnico e idioma, herencia cultural y religiosa. La preparación ideológica y la vigilancia, la constante confrontación con el oportunismo es un término para dirigir efectivamente el conflicto con los mecanismos del poder burgués.

Es cierto que la estructuración, el funcionamiento y la acción de los PP.CC en sus países e internacionalmente están lejos del nivel necesario que plantea la complejidad de la lucha de clases y que se requiere en el conflicto con la explotación capitalista, con la agresión imperialista.

La tarea por partidos revolucionarios fuertes, marxistas-leninistas, es urgente, y es imperativo sacar partido de los pasos dados para reagrupar el movimiento comunista y sentar bases sólidas en cada país.

El tema crucial es aclarar las direcciones estratégicas que han sido golpeadas por el oportunismo antes y después de la contrarrevolución, y conquistar los principios que restaurarán el daño que se ha hecho.

En primer lugar, para conquistar una percepción común de que el capitalismo actual es el capitalismo monopolista, el imperialismo que no puede ser tratado solo como una política exterior reaccionaria y agresiva, por ejemplo de los EE.UU. Porque eso constituye separación de la política y la economía, de la base económica del imperialismo, los monopolios que se expanden y dominan todo el globo.

Las revoluciones burguesas - democráticas escribieron su propia historia, llevaron al derrocamiento del feudalismo, pero ya han pasado. Nuestra época es la época de transición del capitalismo al socialismo-comunismo, una época de revoluciones proletarias, y este asunto crucial alumbra la lucha de los PP.CC.

El carácter de la revolución, que es el tema central de la estrategia del Partido Comunista, no está determinado por la correlación de fuerzas existente. Está determinado por nuestra época, por la necesidad de resolver la contradicción fundamental entre el capital y el trabajo asalariado, en el terreno de la maduración de las condiciones materiales para el socialismo que surgieron en el contexto del desarrollo capitalista, el nacimiento y el crecimiento de las sociedades anónimas, de los grandes monopolios.

La contrarrevolución no ha cambiado estas reglas. El carácter de la revolución en nuestra época es socialista y este es un tema crucial para el curso del movimiento comunista.

La lucha por el socialismo, con una linea de agrupar fuerzas en dirección anticapitalista-antimonopolista, el reagrupamiento del movimiento obrero y la alianza social de la clase obrera con las capas populares oprimidas puede dar fuerza a los partidos comunistas y obreros, a confrontar el capitalismo, la burguesía, sus representantes políticos y sindicales.

En esta dirección puede adquirir dinámica el esfuerzo de formar una conciencia anticapitalista, de preparar adecuadamente a la clase obrera y sus aliados para la revolución socialista que es el faro de la lucha de los Partidos Comunistas.

El desarrollo desigual del capitalismo también crea diferentes condiciones en la lucha de clases. Los partidos comunistas deben tener en cuenta las particularidades de la economía, de la situación política, de la cultura, en la configuración de las fuerzas sociales. Pero en todas las circunstancias y con todas las peculiaridades, sigue existiendo la lucha de clases, la lucha entre el capital y el trabajo. En las diferentes circunstancias de cada estado, hay que cumplir con la tarea internacional unificada de la preparación del factor subjetivo para la revolución socialista, el poder obrero, la dictadura del proletariado. Esta relación protege a los partidos comunistas del oportunismo de “derechas” y del dogmatismo.

La teoría marxista-leninista y la práctica revolucionaria, la experiencia insustituible de la revolución socialista de Octubre han demostrado que no hay una etapa intermedia de transición entre el capitalismo y el socialismo. Los llamados gobiernos “antimonopolistas” funcionan en el marco del sistema, perpetuando el poder de los monopolios. El apoyo o la participación de los PP.CC en los gobiernos burgueses, la cooperación con la socialdemocracia conduce a la gestión del capitalismo, sirve a los intereses de los monopolios, su poder, hace retroceder al movimiento obrero.

La experiencia del movimiento comunista internacional y del KKE confirma que la clase obrera no puede cumplir con su misión histórica si no tiene su propio partido fuerte, bien organizado y armado con su teoría, el Partido Comunista, preservando su independencia ideología, política y organizativa en todas las condiciones, sin retroceder ante la presión que provocan los desarrollos vinculados al riesgo de guerra imperialista, de crisis capitalista, de auge de las fuerzas fascistas de ultraderecha.

Los PP.CC deben sacar lecciones de la experiencia positiva y negativa de la construcción socialista en el siglo XX, de la experiencia de la Unión Soviética y los otros países de construcción socialista, para comprender profundamente que la lucha de clases continúa hasta la eliminación de todas las fuentes de desigualdad social, de la propiedad privada de los medios de producción, sacar conclusiones substanciales a partir de los derrocamientos contrarrevolucionarios, por la necesidad del conflicto con el oportunismo y la implementación de las leyes de la construcción socialista.

El llamado "socialismo de mercado", "socialismo del siglo XXI" o diversas variaciones que usan las leyes y categorías económicas del capitalismo como un elemento de la construcción socialista, no se basan en el socialismo científico y en las leyes de construcción socialista-comunista.

China, donde predominan desde hace años las relaciones de producción capitalistas y los monopolios chinos se están expandiendo por todo el mundo acumulando un enorme capital, es el ejemplo más ilustrativo.

Las leyes de la construcción socialista-comunista se forman objetivamente y su violación lleva a la restauración capitalista. La coexistencia de relaciones productivas socialistas y capitalistas es incompatible, es la receta de la contrarrevolución, de la restauración del capitalismo, y los pueblos lo han experimentado de manera dolorosa.

El socialismo se identifica con el poder político de la clase obrera, la socialización de los medios de producción concentrados, la planificación central de la producción y los servicios sociales, el control obrero social.

Hoy en día, el carácter internacional de la lucha de clases se destaca más que antes debido a la rápida internacionalización del capital, el aumento de asociaciones regionales e internacionales de monopolios y estados capitalistas, la agudización de los antagonismos imperialistas en todo el mundo.

Por lo tanto, la organización internacional del movimiento obrero revolucionario es necesaria, independientemente de la forma que le dará el desarrollo de nuestra lucha y el curso del reagrupamiento revolucionario del movimiento comunista.

Este es un tema clave que se debe abordar con gran responsabilidad para fortalecer a los partidos comunistas a nivel organizativo, político e ideológico para que se vinculen con la clase obrera y su movimiento, las capas populares y los jóvenes, a fin de sentar bases sólidas de importancia estratégica en las industrias y las empresas.

El KKE está desarrollando iniciativas para formar las condiciones que darán un impulso a la adopción de una estrategia única de los Partidos Comunistas a través de varias formas, como por ejemplo la "Iniciativa Comunista Europea", la "Revista Comunista Internacional", mientras sigue siendo actual y necesario el objetivo de crear un polo marxista-leninista en el Movimiento Comunista Internacional.

El lema del “Manifiesto Comunista”: "¡Proletarios de todos los países, uníos!" es vigente e inspira la lucha de los comunistas en todo el mundo, independientemente del nivel de desarrollo de los países en los que luchan los Partidos Comunistas.


[1] Obras Escogidas Marx-Engels, Edición Griega p. 446

[2] www.capital.gr/forbes (20/2/2019).

[3] www.eea.gr 21/1/2019 (Cámara de Comercio de Atenas)

[4] V.I Lenin, Tomo 37, p.498, “El I Congreso de la Internacional Comunista – Tesis y contribución sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado”

[5] Obras Escogidas Marx-Engels, Edición Griega p. 450