La dimensión europea del oportunismo: El PIE y el papel del PCE


Ástor García, miembro del Comité Ejecutivo del Comité Central del Partido Comunista del los Pueblos de España y Raúl Martínez, miembro del Comité Central del Partido Comunista del los Pueblos de España .

«El proletariado lucha para derribar a la burguesía imperialista mediante la revolución; la pequeña burguesía propugna el “perfeccionamiento” reformista del imperialismo, la adaptación a él, sometiéndose a él» [1]

V.I. Lenin

La importancia de la lucha contra el oportunismo y su dimensión europea.

El capital es una fuerza internacional, lo que requiere que la clase obrera se transforme también en fuerza internacional organizada. El largo camino recorrido por el movimiento obrero y comunista, desde la creación de la Asociación Internacional de los Trabajadores hasta nuestros días, ha estado atravesado por un continuo debate entre dos posiciones: la revolucionaria, que expresa los intereses del proletariado; y la oportunista, expresión de la influencia de la política y de la ideología burguesa en el movimiento obrero.

En el plano europeo, la constitución del Partido de la Izquierda Europea (PIE) como instrumento para la construcción de un polo oportunista de dimensión continental y fuerza para la colaboración de clases en el marco de la Unión Europea, hace necesario que los partidos comunistas que fundamentan su política en el marxismo - leninismo expongan con claridad sus puntos de vista sobre esta nueva coalición de fuerzas oportunistas, como veremos, “recomendadas” por el capital.

La lucha antiimperialista que libramos se dirige contra el imperialismo como sistema, contra el capitalismo en su fase superior, lo que implica una confrontación directa contra las uniones imperialistas y contra las organizaciones políticas que las sostienen en uno u otro grado. Al igual que a lo largo de la historia, el triunfo de las posiciones revolucionarias en el movimiento obrero y popular implica una lucha decidida contra el oportunismo en todas sus formas y manifestaciones.

Ante las importantes luchas clasistas que están por venir, no puede haber ni tolerancia ni coexistencia con el oportunismo. Una de las tareas urgentes que debe afrontar el movimiento comunista es la de fortalecer el frente ideológico, permitiendo diputar en todos los terrenos la hegemonía que las fuerzas de la conciliación de clases, como el oportunismo y la socialdemocracia, mantienen en el movimiento obrero y sindical. La lucha contra el PIE y sus fuerzas en cada país no es una opción para las fuerzas marxistas – leninistas, es una necesidad derivada de las condiciones en que se desarrolla la lucha de clases.

¿De dónde viene el proyecto del PIE? ¿Qué fuerzas lo impulsan? ¿A qué intereses sirven esas fuerzas? Veamos.

Los orígenes eurocomunistas del PIE.

En el artículo Del “eurocomunismo” al oportunismo de nuestros días, publicado en el Nº 2 de la Revista Comunista Internacional, se definía al eurocomunismo como una corriente revisionista de derecha opuesta al socialismo científico y enemiga del marxismo – leninismo, que sirvió de vehículo a la penetración de la ideología burguesa en las filas de la clase obrera y del movimiento comunista.[2]

Esta corriente fue sumamente eficaz en su tarea de dividir y debilitar al movimiento comunista internacional, actuando en su seno como “quinta columna”, en abierta oposición a las fuerzas que se mantenían leales al marxismo – leninismo y a los países socialistas. Sus posiciones, en las condiciones capitalistas de gestión de la crisis de sobreproducción y sobreacumulación de capital iniciada en los años 70, fueron un muro de contención de la lucha obrera, canalizando la ira popular hacia los márgenes sistémicos de lo que se dio en llamar “Estado del Bienestar”.

El eurocomunismo no desapareció con el triunfo contrarrevolucionario en la URSS y los demás países socialistas del este europeo. Desde sus inicios estuvo orientado a fragmentar el movimiento comunista, generando un polo oportunista europeo con vocación hegemónica. Como veremos en esa tarea jugó y juega un importante papel el Partido Comunista de España (PCE).

El VIII Congreso del PCE, celebrado en el año 1972, acordó apoyar el ingreso de España en la por entonces Comunidad Europea por considerar que ésta era <<una opción estratégica de fondo que respondía a la necesidad de actuar en un marco supranacional de actuar en el momento en que se estaba produciendo una clara internacionalización de la economía, la penetración de los mercados, el desarrollo de los comercios y de los medios de comunicación, junto con la necesidad de ir avanzando hacia espacios geográficos y políticos homogéneos>>.”[3]

Cuatro años después, en junio de 1976, se celebró en Berlín la Conferencia de Partidos Comunistas y Obreros de Europa, en la que los Partidos Comunistas de España, Francia e Italia, presentaron en un frente común la plataforma eurocomunista, en la que jugaba un papel determinante el respaldo al proceso de gestación de una unión interimperialista europea.

Esas posiciones serían ratificadas por el IX Congreso del PCE -el primero en la legalidad después de 46 años-, que sesionó en Madrid del 19 al 23 de abril de 1978, y en el que se acuerda formalmente el abandono del marxismo – leninismo y se elabora la definición ideológica que el PCE conserva hasta nuestros días. Las tesis de ese congreso vinieron a recoger los planteamientos revisionistas que la dirección eurocomunista había impuesto progresivamente desde mediados de los años 50, tal y como reconocería Santiago Carrillo[4] en su Informe al Congreso en nombre del Comité Central saliente:

<<Esa voluntad firme es la que nos ha llevado, no a abandonar el leninismo –como se ha dicho- sino a proponer en la definición que traemos al Congreso y que se discutirá en su momento, un texto que pensamos corresponde mejor a lo que viene siendo la práctica política del partido y a sus elaboraciones teóricas de la experiencia revolucionaria vivida desde hace más de veinte años.

Y a este respecto yo quiero decir que el debate sobre el fondo de estos problemas no es nuevo; que empezó, como poco, hace veintidós años, tanto sobre la reconciliación, la alianza de las fuerzas del trabajo y la cultura, el pacto para la libertad, el socialismo en libertad, la integración de los cristianos en el partido y otros temas, como sobre nuestras concepciones del movimiento obrero y comunista internacional y nuestras divergencias con grandes partidos comunistas que están en el poder>>[5]

El IX Congreso del PCE se posicionó de nuevo a favor de la participación de España en la Comunidad Económica Europea (CEE), con un discurso que sin duda recordará inmediatamente al lector lo defendido hoy por algunas fuerzas políticas en el ámbito europeo:

<<El PCE, al preconizar el ingreso de España en la CEE, afirma su voluntad de transformar, al lado de las demás fuerzas de izquierda de Europa, el actual carácter de la Comunidad, dominada por los grandes monopolios. Aspiramos a la Europa de los trabajadores, a la Europa de los pueblos: una Europa unida en los planos económico y político, que tenga una política propia, independiente; que no esté subordinada ni a los Estados Unidos ni a la Unión Soviética, pero que mantenga relaciones positivas con ambas potencias; una Europa que sea un factor autónomo de la política mundial, contribuyendo así a superar los bloques militares y el bipolarismo, a democratizar la vida internacional, facilitando a todos los pueblos mayor libertad para ser dueños de sus destinos. La distensión, la coexistencia tendrán así un contenido más efectivo y más profundo>>[6]

Al mismo tiempo se señalaba una política de alianzas muy concreta:

<<(…) consideramos esencial iniciar, con espíritu abierto, audacia y seriedad, un diálogo entre partidos comunistas, socialistas y socialdemócratas de Europa occidental, para buscar puntos de coincidencia que propicien la acción común por objetivos concretos, tendentes a buscar una salida progresiva a la crisis del sistema capitalista>>[7]

En las tesis de este congreso se definen las líneas esenciales de lo que será hasta el día de hoy la posición del PCE, en buena medida plasmadas también en las tesis del PIE. A riesgo de aburrir a los lectores, consideramos oportuno citar algunos pasajes de tesis congresuales posteriores del PCE que evidencian el importante papel jugado a nivel europeo por el revisionismo español.

El XII Congreso del PCE, celebrado en Madrid en febrero de 1988, en el que se eligió a Julio Anguita como Secretario General, se afirma:

<<Es, pues, necesaria una profunda transformación de la CE. Para realizarla, apostamos por la construcción de amplias alianzas, a partir del movimiento obrero y otras fuerzas sociales de progreso, sustentadas en el terreno político por la convergencia de los partidos comunistas, socialistas, socialdemócratas, laboristas y verdes.>>[8]

En el Documento Base de la V Conferencia Nacional del PCE, reunida en Madrid en 1989, se condensan las posiciones favorables a la Unión Europea adoptadas ya en líneas generales desde 1972. En síntesis, la posición oportunista respecto a la UE se caracteriza por la defensa del ingreso y permanencia de España en la Unión Europea, por la defensa de una UE unida política y económicamente, con una política internacional independiente, bajo la consigna de Europa social o Europa de los pueblos; por la organización de una fuerza de izquierdas de dimensión europea nacida de la confluencia de comunistas, socialdemócratas, laboristas y verdes; y por el apoyo a la consolidación de la Confederación Europea de Sindicatos, impulsando la incorporación a la CES de CCOO, la CGT francesa y la Intersindical Portuguesa.[9]

Tal y como demuestran los pasajes reproducidos, el denominado Partido Comunista de España ha jugado un papel relevante en la elaboración de las posiciones políticas que posteriormente adoptaría el Partido de la Izquierda Europea, cuya creación fue prevista por los oportunistas españoles hace más de tres décadas. Igualmente, se demuestra la continuidad entre las posiciones fundacionales del eurocomunismo respecto a la Unión Europea y la actual posición de los Partidos Comunistas mutados que forman parte del PIE, entre ellos y de manera destacada el PCE.

El mito fundacional del PIE: la utopía reaccionaria de la Europa social.

Con la activa implicación de las instituciones europeas, se fundó en 2004 la amplia alianza oportunista de dimensión europea perseguida por el PCE desde el triunfo del eurocomunismo. Las fuerzas oportunistas del PIE convinieron, en el denominado Llamamiento de Berlín para la constitución del Partido de la Izquierda Europea, firmado el 11 de enero de 2004, defender una <<Europa democrática, social, feminista, ecológica, pacífica, una Europa de la solidaridad>>.[10]

Bonitas palabras, sin duda. Si no fuera porque, como se suele decir, de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno. Y así lo advertía Lenin en su conocido artículo titulado La consigna de los Estados Unidos de Europa, en el que además de exponer la ley de la desigualdad del desarrollo económico y político en el capitalismo, fundamentando la posibilidad del triunfo de la revolución socialista en unos cuantos países, e incluso en un solo país, desarrolló el análisis marxista sobre el carácter de una posible alianza de países europeos en las condiciones del imperialismo. Reproduzcamos algunos pasajes:

<<Desde el punto de vista de las condiciones económicas del imperialismo, es decir, de la exportación de capitales y del reparto del mundo por las potencias coloniales “avanzadas” y “civilizadas”, los Estados Unidos de Europa son imposibles o son reaccionarios en el capitalismo…

La guerra no está en contradicción con los fundamentos de la propiedad privada, sino que es el desarrollo directo e inevitable de tales fundamentos. En el capitalismo es imposible un proceso uniforme de desarrollo económico de las distintas economías y de los distintos Estados. En el capitalismo, para restablecer de cuando en cuando el equilibrio alterado, no hay otro medio posible que las crisis en la industria y las guerras en la política.

Desde luego, son posibles acuerdos temporales entre los capitalistas y entre las potencias. En este sentido son también posibles los Estados Unidos de Europa, como un acuerdo de los capitalistas europeos… ¿sobre qué? Sólo sobre el modo de aplastar juntos el socialismo en Europa, de defender juntos las colonias robadas contra el Japón y Norteamérica…

Con la actual base económica, es decir, con el capitalismo, los Estados Unidos de Europa significan la organización de la reacción para detener el desarrollo más rápido de Norteamérica. Los tiempos en que la causa de la democracia y del socialismo estaba ligada sólo a Europa han pasado para no volver>>[11]

El análisis leninista no deja en pié ni uno de los planteamientos del PIE. ¿Cómo es posible hablar de una UE democrática en plena tendencia a la reacción del imperialismo? ¿Cómo se puede hablar, con un mínimo de seriedad, de una UE pacífica, cuando la guerra imperialista es una constante y los monopolios europeos se unen para la disputa con otras potencias imperialistas? ¿Cómo se permiten hablar de una Europa social cuando la UE se organiza para demoler los derechos sociales e intensificar la explotación de la fuerza de trabajo?

Ni ha existido ni puede existir una Europa social en el capitalismo, digan lo que digan las fuerzas oportunistas del PIE. Engels le dedicó a la necedad del Sr. Dühring las siguientes palabras: <<No basta que a mí se me antoje clasificar un cepillo de botas en la unidad “animales mamíferos”, para que en él broten por ensalmo glándulas mamarias>>[12]. Pues bien, ni a los cepillos de botas les salen glándulas mamarias ni se puede convertir la Unión Europea en un instrumento de paz, igualdad, respeto al medio ambiente y políticas sociales.

Las fuerzas del PIE han trasladado al ámbito europeo las posiciones oportunistas que décadas atrás adoptaron en sus propios países. Negaron la revolución socialista, negaron la dictadura del proletariado, renunciaron al objetivo de construir el socialismo – comunismo, negaron el internacionalismo proletario y abrazaron el antisovietismo, practicaron y practican el cretinismo parlamentario y el reformismo extremo. Esas posiciones, trasladadas al ámbito de la Unión Europea, conllevan la aplicación de una línea contraria a los intereses del movimiento obrero y del movimiento comunista internacional que se sustancia en la defensa de los siguientes planteamientos:

-          Defensa de la Unión Europea como contrapeso en el escenario internacional, especialmente respecto a los EEUU, mediante el cambio en la correlación de fuerzas a favor de un mundo supuestamente “más justo” y “más democrático”, asentado en la denominada multipolaridad.

-          Defensa de frentes amplios de la “izquierda”, que diluyen el papel de los Partidos Comunistas, niegan sus funciones revolucionarias y presionan para la mutación e integración de las fuerzas comunistas.

-          Participación en gobiernos capitalistas, como ha sucedido en Francia o en distintas comunidades autónomas españolas, donde Izquierda Unida gobernó o gobierna con el PSOE, como ha sucedido en Euskadi, Cataluña, Asturias y en Andalucía, donde IU votó favorablemente los recortes y la reducción de salarios de los trabajadores y trabajadoras del sector público.

-          Defensa del reformismo sindical, asentado en el compromiso y la conciliación de clases que practica la Confederación Europea de Sindicatos.

-          Negación de todo lo relacionado con la construcción del socialismo – comunismo, rechazando de plano las tradiciones revolucionarias, en oposición abierta al socialismo científico, a la lucha de clases y a la revolución socialista.

El PIE, creado al amparo de las directivas europeas y de las instituciones de la UE, no es una fuerza ingenua. Está llamada a jugar, y de hecho juega en la práctica, el papel propio del oportunismo en todo momento y lugar: la integración del movimiento obrero, su adaptación al capitalismo, su conversión en un movimiento de carácter burgués.

Al respecto cobra especial interés el análisis que los oportunistas realizan de la crisis capitalista actual. Las causas de la crisis no están, para las fuerzas del PIE, en la propia lógica interna de la economía capitalista, sino en un determinado tipo de gestión, la neoliberal, que habría llevado al capitalismo a cometer ciertos excesos que se convierten en causantes de la crisis. Por tanto, las fuerzas del PIE se oponen a las actuales políticas de recorte impulsadas por una fracción de la oligarquía (que identifican con la derecha - neoliberal), para abrazar, acto seguido, las políticas expansivas impulsadas por el sector oligárquico que históricamente ha representado la socialdemocracia. De ahí su discurso retórico sobre la necesidad de volver la vista al sector productivo o economía real, al que contraponen acientíficamente con el sector financiero – especulativo, y las consigas que impulsan: <<las personas antes que los beneficios>> o <<no es una crisis, es una estafa>>, coincidiendo con los movimientos de “indignados”, funcionales al sistema de dominación y expresión de los intereses de clase de la pequeña burguesía.

Su programa de acción sirve a la reanudación del ciclo de reproducción ampliada del capital a través de políticas inversoras típicamente socialdemócratas. En palabras del actual Secretario General del PCE, José Luis Centella, <<ir a un modelo donde la economía real se imponga a la especulativa>>[13]. En el caso del PCE, su llamada Alternativa Social Anticapitalista, condensa la propuesta política oportunista para enfrentar la crisis sistémica defendiendo las siguientes posiciones: <<papel principal de los ICO (créditos públicos a la pequeña empresa) y de una banca pública, reforma fiscal contraria a la subida del IVA que aumente la progresividad de los impuestos (Impuesto de Sociedades e Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas), mientras se hace disminuir los indirectos (IVA) a la vez que se pone de nuevo en marcha el Impuesto sobre el Patrimonio. De igual forma debemos defender que las Cajas de Ahorros aplacen los desahucios para las familias que estén en paro>>.[14] ¿Qué son estas propuestas sino medidas típicamente socialdemócratas? ¿Qué tienen estas propuestas de anticapitalista?

Las posiciones del PIE, y de sus partidos miembros, generan ilusiones utópicas en las masas trabajadoras, embellecen la unión interimperialista que constituye la Unión Europea y orientan las luchas obreras y populares al camino sin salida de su reforma. Baste como ejemplo decir que el PCE defendía ante las elecciones europeas de 1989 lo siguiente: <<Las próximas elecciones deberán abrir un proceso constituyente, que dote al Parlamento Europeo de un mandato para elaborar una Constitución democrática>>[15]. Esa fue la posición defendida por el PCE ante la clase obrera española. Los monopolios recogieron años más tarde la propuesta del PCE y trataron de imponer una brutal Constitución a los pueblos de la UE ante la que Izquierda Unida se lamentó lanzando la patética consigna de <<Europa sí, pero no así>>.

El PIE contra los Partidos Comunistas: el trabajo de zapa del PCE.

El PCPE conoce en primera persona el doble juego que practica el PCE en sus relaciones internacionales. En los últimos tiempos, su política internacional se orienta a acercar a Partidos Comunistas que en su momento se negaron a formar parte del PIE. Para ello, edulcoran el papel que en realidad juega el propio PCE en España, exponiendo por doquier un inexistente fortalecimiento basado en el ejercicio de la autocrítica. Fundamentan su discurso en la necesidad de que el PIE se fortalezca con la presencia de más partidos comunistas, lo que permitiría corregir algunas cuestiones con las que se muestran cínicamente críticos.

Lo cierto es que el PCE ocupa la Vicepresidencia del PIE. Desde esa posición, apuesta sin ambages por fuerzas oportunistas como SYRIZA en Grecia o el Bloque de Izquierdas en Portugal, con quienes comparten filas en el escenario europeo y puestos de dirección en el PIE.

Pero el papel del PCE no se limita al entorno europeo. Los oportunistas españoles, utilizando las relaciones históricas y la coincidencia idiomática con distintos países latinoamericanos, defienden para América Latina la misma posición oportunista que el PIE defiende en Europa, en este caso abrazando las tesis del denominado socialismo del siglo XXI. Cuentan para ello con los ingentes recursos de los que la UE dota al PIE y que son empleados para promover la mutación de las fuerzas comunistas en los cinco continentes.

Ejemplo paradigmático de la labor de zapa jugada por el PCE y el PIE es la organización del Seminario Crisis y Democracia en Bielorrusia, en apoyo de la fuerzas proimperialista Mundo Mejor, al que el PCE e Izquierda Unida enviaron al señor Pedro Marset, que fue expulsado por las autoridades bielorrusas el 8 de junio de 2012.[16]

No hay posición intermedia: ¿revisionismo o marxismo –leninismo?

La posición de los partidos marxistas-leninistas consecuentes respecto a la naturaleza y el carácter de una unión imperialista como es la Unión Europea es clara. Se trata de una posición de principios basada en el análisis del proceso de “construcción europea” desde categorías científicas y que se opone diametralmente a las valoraciones de las organizaciones que conforman el Partido de la Izquierda Europea y, en coherencia, rechaza y combate las posiciones políticas tácticas a las que éstas conducen y que se han mencionado anteriormente.

En este sentido, la declaración de 21 Partidos Comunista y Obreros de Europa con motivo de las elecciones europeas de 2009 es meridianamente clara: <<La UE es una opción del capital. Promueve medidas a favor de los monopolios, de la concentración y centralización del capital. Con el “Tratado de Lisboa”, sus características de bloque económico, político y militar imperialista se han fortalecido en contra de los intereses de los trabajadores y los pueblos. Se está reforzando el armamentismo, el autoritarismo y la represión estatal>>[17].

No ha variado ni un ápice la posición que manteníamos en la declaración bilateral firmada por nuestro Partido y el Partido Comunista de Grecia en marzo de 2012, acerca de que la realidad de la crisis capitalista está haciendo quedar en evidencia a las fuerzas burguesas y oportunistas y ha servido para ver con claridad que <<las propuestas del PIE relativas a “un desarrollo capitalista favorable a los pueblos” y al recurso a préstamos variados por medio del BCE, que la clase obrera y los sectores populares pobres van a tener que pagar, están hechas a la medida del gran capital y de sus intereses>>[18].

La crisis capitalista ha hecho patente para grandes sectores de la clase obrera y el pueblo trabajador que la Unión Europea sólo obedece a los intereses de los grandes monopolios, y va haciendo calar entre las masas el planteamiento de que no valen ya posiciones intermedias, sino una posición clara de derrocamiento del poder de los monopolios y de las estructuras políticas que les sirven, en definitiva de derrocamiento del poder burgués, que pasa necesariamente por la desvinculación, unilateral, de cada uno de los estados miembros de estas uniones imperialistas.

El PCPE afirma en las tesis del IX Congreso, sin ambages, que la posición de principios acerca de la naturaleza y características de la Unión Europea delimita el campo entre las organizaciones revolucionarias y las organizaciones reformistas. Sobre esa base, es fácilmente comprobable cómo las posiciones reformistas no sólo imperan en el seno del PIE, sino que también se pueden hallar, con sorprendente coincidencia, en organizaciones procedentes de corrientes en principio tan aparentemente antagónicas como el maoísmo o el trotskismo.

Las dinámicas políticas más recientes están sirviendo para constatar que las posiciones de izquierda y derecha en el seno del movimiento obrero acaban confluyendo con el reformismo, en nombre de una supuesta flexibilidad táctica que termina poniendo en entredicho y negando toda estrategia revolucionaria.

Veámoslo con unos ejemplos. En el seno del PIE, como se ha señalado ya, conviven organizaciones procedentes del eurocomunismo, del trotskismo y del maoísmo. Por ejemplo, en el Bloco de Esquerda portugués convivían (hasta la disolución de las organizaciones que lo formaron originalmente) la maoísta Unión Democrática Popular y el trotskista Partido Socialista Revolucionario. En la Syriza griega encontramos a la maoísta Organización Comunista de Grecia –KOE– junto con la trostkista, entre otras, Izquierda Obrera Internacionalista –DEA-). En la Alianza Rojiverde danesa están el Partido Socialista Obrero –SAP-, trotskista, y el Partido Comunista Obrero –KAP-, maoísta. En todos los casos, independientemente de las propuestas o los análisis con que adornen sus documentos o páginas web cada uno de estos partidos, el apoyo a las propuestas del PIE, en nombre de la táctica o de lo que sea, pone en entredicho cualquier otro enfoque que puedan hacer.

Pero esta confluencia no se queda sólo en el seno del PIE. No deja de ser llamativo que otras organizaciones, procedentes asimismo de este tipo de corrientes ideológicas, coincidan con el PIE en cuanto a su percepción de la UE. Tomemos el ejemplo del Partido Socialista (SP) holandés y el partido español Izquierda Anticapitalista, hermanado con el NPA francés.

Dennis de Jong, eurodiputado del SP, escribía recientemente un artículo titulado “La cara social de Europa”, publicado en la web de su partido, en el que abiertamente declaraba lo siguiente: “Seguramente ayudaría si el pueblo trabajador supiera que Bruselas busca reforzar sus derechos más que socavarlos. Un proyecto social de este tipo mejoraría la posición de Bruselas y tendría el apoyo del SP”[19]. En otro texto, titulado “Una Europa mejor empieza ahora”[20], el SP declara sus propuestas para lograr el objetivo mencionado, entre ellas: el fortalecimiento de los parlamentos nacionales, el fortalecimiento de los gobiernos nacionales, introducir la iniciativa legislativa popular o hacer más transparente al Consejo. En definitiva, medidas que, desde fuera del PIE, podrían ser suscritas por todos y cada uno de sus miembros.

Por su parte, Izquierda Anticapitalista, en su programa marco para las elecciones europeas de 2009[21], afirmaba sin tapujos que <<la construcción de la Unión Europea durante las últimas décadas ha estado más centrada en el establecimiento de un bloque comercial y económico que en garantizar la “europeización” y la generalización de los derechos sociales>>, dejando entrever la posibilidad de que sí cabría una construcción “defensora de los derechos sociales” sin poner en tela de juicio el marco capitalista. Quizás el resumen sea lo siguiente que proponen dentro de sus “10 medidas urgentes y alternativas contra la Crisis y la Europa capitalista”:

<<Otra Europa es posible: derogación del Tratado de Maastricht y del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. No al Tratado de Lisboa, por una Europa basada en la armonización por arriba de los derechos y conquistas logrados y en la solidaridad con los pueblos del sur>>.

Todo propuestas de reforma, que pueden sonar bien al pueblo trabajador por cuanto se oponen a expresiones concretas del carácter capitalista de la UE, pero sin hacer referencia alguna a cómo acabar con la UE.

En definitiva, constatamos la confluencia de ciertas organizaciones procedentes del trotskismo y del maoísmo con el oportunismo del PIE a la hora de enfocar las prioridades de lucha de la clase obrera de los pueblos de Europa contra la UE, puesto que, independientemente de los análisis sobre los que se sustenten, la posición práctica final siempre acaba suponiendo no confrontar contra la UE de los monopolios de manera directa.

Y todo esto no en cualquier momento, sino en una situación de crisis estructural del sistema capitalista internacional, que caracteriza a la época como de transición del capitalismo al socialismo.


[1] LENIN. La revolución proletaria y el renegado Kautsky. O.C. Editorial Progreso, tomo 37, página 304.

[2] REVISTA COMUNISTA INTERNACIONAL Nº 2, diciembre de 2009, edición española, páginas 25 a 39.

[3] EL SOCIALISMO. UNA BUSQUEDA PERMANENTE (Materiales del PCE entre el XII y el XIII Congreso). Páginas 114 y 115.

[4] Santiago Carrillo ocupó la Secretaría General del PCE desde el VI Congreso, reunido en Praga de diciembre de 1959 a enero de 1960, hasta el año 1982.

[5] Noveno Congreso del PCE. Informes, debates, actas y documentos. Ediciones PCE. Impreso en Bucarest (Rumanía) en 1978. Página 41.

[6] Idem. página 410 y 411. Los subrayados son nuestros.

[7] Idem. página 411.

[8] EL SOCIALISMO. UNA BUSQUEDA PERMANENTE (Materiales del PCE entre el XII y el XIII Congreso). Página 32.

[9] En los documentos de la V Conferencia del PCE se afirma: “Para impulsar este proceso de articulación, el PCE considera necesaria la incorporación a la CES de la Confederación Sindical de CC.OO., así como de la CGT francesa y de la Intersindical Portuguesa, comprometiéndose a realizar cuantas acciones sean necesarias en el apoyo de esta incorporación”.

[10] IZQUIERDA EUROPEA. Publicación en castellano distribuida por el Partido de la Izquierda Europea, con el patrocinio del Parlamento Europeo, en el año 2004. Página 5.

[11] V.I.LENIN. Obras Completas. Tomo 26. Editorial Progreso. Páginas 374 a 378.

[12] F. ENGELS. Anti – Dühring. La subversión de la ciencia por el señor Eugenio Dühring.

[13] Declaraciones de José Luis Centella en un desayuno con los medios de comunicación celebrado en Madrid el 28 de junio de 2012: www.pce.es/secretarias/seccomunicacion/pl.php?id=5080

[14] El documento del PCE titulado POR LA UNIDAD DE LA IQUIERDA EN TORNO A UNA ALTERNATIVA SOCIAL ANTICAPITALISTA (ASA) A LA CRISIS, puede consultarse en www.pce.es/docpce/pl.php?id=3725.

[15] EL SOCIALISMO. UNA BUSQUEDA PERMANENTE (Materiales del PCE entre el XII y el XIII Congreso). Página 131.

[16] http://www.larepublica.es/2012/06/bielorrusia-impide-la-entrada-a-pedro-marset-pce-que-iba-a-un-acto-del-opositor-mundo-mejor/.

[17] http://inter.kke.gr/News/2009news/2009-05-join-euelections

[18] Declaración conjunta del Partido Comunista de Grecia (KKE) y el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE). 16 de marzo de 2012. http://www.solidnet.org/greece-communist-party-of-greece-/2728-cp-of-greece-joint-statement-kke-pcpe-en-sp

[19] http://international.sp.nl/bericht/97960/120923-weeklog_dennis_de_jong_the_social_face_of_europe.html

[20] http://international.sp.nl/goals/better_europe/more_democratic.shtml

[21] http://www.anticapitalistas.org/wiki/index.php?title=Programa