La contribución internacionalista de la URSS. Examen crítico de aspectos de su política exterior.


Elisseos Vagenas, Miembro del CC del KKE y jefe de la Sección de Relaciones Internacionales

El triunfo de la Revolución de Octubre y la creación del primer Estado obrero en el mundo, la URSS, dio lugar a una nueva realidad también en las relaciones internacionales. Hasta entonces, los diferentes tipos de Estados -esclavistas, feudales, capitalistas- tenían una política exterior que, como resultado de las condiciones internas, respondía a los intereses de las clases explotadoras en cada fase. Al contrario, la política exterior que básicamente siguió la Unión Soviética fue diferente en términos cualitativos de la de los países capitalistas, pues su criterio no fue la satisfacción de los intereses de los monopolios capitalistas, de las clases burguesas explotadoras, sino de la clase obrera que había obtenido el poder, derrocando el poder del capital. Por primera vez en la historia, los trabajadores de todo el mundo encontraron en la Unión Soviética y en su política exterior un aliado estable en su lucha contra la guerra imperialista, por los derechos obreros y sociales, en la lucha por el socialismo.

Es cierto que la política exterior estaba marcada tanto por los elementos positivos que derivaban del poder obrero como por los elementos negativos a causa de la correlación de fuerzas negativa, las desviaciones, los errores cometidos por el poder obrero dentro del país, en particular después del XX Congreso del PCUS y que en última instancia condujeron a su derrocamiento. Sin embargo, estos últimos no pueden borrar la contribución internacionalista de la URSS. El estudio y las valiosas conclusiones que se sacan son condición previa para la preparación del factor subjetivo para que en condiciones revolucionarias se den pasos decisivos y estables para la construcción revolucionaria de la nueva sociedad, la sociedad comunista.

En este artículo no podemos abordar de manera exhaustiva todos los temas, pero queremos introducir al lector en la contribución internacionalista de la URSS, que actualmente está golpeada por fuerzas burguesas anticomunistas y es distorsionada por fuerzas oportunistas, así como en la investigación de errores subjetivos y debilidades. Intentaremos enfocar en temas respecto las relaciones internacionales y la política exterior de la URSS, aunque sabemos que estos están vinculados con las direcciones ideológicas y políticas del PCUS, así como con los desarrollos en ello.

La postura de la URSS ante la guerra imperialista

El poder obrero declaró desde el primer momento su oposición a la guerra imperialista. En el “Decreto sobre la paz” del gobierno obrero, la continuación de la Primera Guerra Mundial se caracteriza como “el mayor crimen contra la humanidad”.

Además, a través del Decreto sobre la Paz la Unión Soviética se dirigió a los trabajadores de los países que participaron en la Primera Guerra Mundial, a los obreros de Inglaterra, de Alemania, de Francia, subrayando que esperaba su ayuda para llevar a cabo la paz así como para liberar a los trabajadores, a las masas explotadas de todo tipo de esclavitud y explotación. Por lo tanto, la Unión Soviética desde los primeros años de su formación, vinculó la lucha por la paz, contra la guerra imperialista, con la causa de la liberación social de los trabajadores, que fue encarnada con el triunfo de Octubre.

Los historiógrafos burgueses y oportunistas han vertido mucha tinta para imponer en la conciencia de los trabajadores de todo el mundo la ecuación de la URSS con la Alemania nazi en el nombre del llamado “totalitarismo”. Un asunto de la política exterior de la URSS que utilizan en esta dirección es el “Pacto Molotov-Ribbentrop” (23/9/1939), incluso llegando al punto de acusar la URSS como co-responsable del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Se trata de una manipulación de la verdad histórica que borra las verdaderas causas del estallido de la Segunda Guerra Mundial imperialista, así como los acontecimientos históricos como el vergonzoso “Acuerdo de Múnich” anteriormente, el 30/9/1938 y la política de los Estados capitalistas “democráticos” de apoyo al nazismo, como “bastión del Occidente contra el bolchevismo”, socavando y rechazando iniciativas de la política exterior soviética. A través del “Pacto Ribbentrop-Mólotov” la URSS aprovechó de las contradicciones interimperialistas y logró 21 meses importantes para su preparación militar. Esta preparación en combinación con el sacrificio de millones de ciudadanos soviéticos encabezados por los comunistas, aseguraron la derrota militar del nazi-fascismo.

La ayuda de la URSS en la liberación de los pueblos del sistema colonial

La Rusia Soviética abogó por un alto al fuego inmediato, sin anexiones, apoyando al mismo tiempo el derecho de los pueblos a la autodeterminación. No dudó en renunciar a territorios que el poder burgués zarista había anexionado al imperio. El poder soviético reconoció la condición de Estado independiente de Polonia y Finlandia, así como de los regímenes soviéticos que habían prevalecido en los países bálticos (Estonia, Letonia, Lituania). Además, dimitió de una serie de acuerdos injustos y desiguales para los demás pueblos, que había logrado el imperio zarista, y dio un impulso la lucha de otros pueblos, como por ejemplo de Irán por la soberanía nacional y popular.

Lenin escribió que el gobierno soviético declaró “una completa ruptura con la bárbara política de la civilización burguesa, que basaba la prosperidad de los explotadores de unas pocas naciones elegidas en la esclavitud de centenares de millones de trabajadores en Asia, en las colonias en general y en los países pequeños” [1]. Al mismo tiempo pretende crear relaciones con movimientos revolucionarios, proporcionando toda asistencia posible en su lucha contra las potencias colonizadoras. La Gran Victoria Antifascista de los Pueblos, en 1945, cuyo peso principal se lo llevó la URSS, fortaleció la lucha por el derrocamiento del sistema colonial, tal como fue conocido hasta entonces. La URSS apoyó con medios económicos, políticos y militares la lucha de los pueblos que rompieron los grilletes del colonialismo.

La ayuda de la URSS a los pueblos por la victoria del poder obrero en la Segunda Guerra Mundial

La URSS salió victoriosa del enfrentamiento con el fascismo, que nació y se fortaleció en el marco del sistema capitalista. Pocos años antes del inicio de la guerra, se hizo un análisis oportuno y acertado en general de los acontecimientos internacionales, lo cual orientó correctamente la diplomacia soviética a impedir la formación de un frente unificado de potencias capitalistas en su contra. Al salir de la Segunda Guerra Mundial, el Ejército Rojo, que había liberado a varios países, fue una garantía de procesos positivos a favor de los pueblos de Europa del Este. Los trabajadores en Albania, Alemania del Este, Bulgaria, Yugoslavia, Hungría, Polonia, Rumania y Checoslovaquia pudieron asestar golpes a la burguesía cuyo poder había sido sacudido, con la presencia del ejército soviético en la mayoría de estos países. Abrieron el camino para la construcción de su propio poder contando con la ayuda internacionalista, incluso armada, de la URSS, cuando las fuerzas de la contrarrevolución, con el apoyo de las potencias imperialistas, intentaron desviar este rumbo en Alemania Occidental (en 1953), en Hungría (en 1956) y en Checoslovaquia (en 1968).

A la hora que el bloque imperialista se estaba reconstruyendo tras la Segunda Guerra Mundial y estaba formando sus alianzas político-económicas y militares, la URSS buscó una cooperación político-económica y militar más estrecha con los gobiernos que surgieron en estos países, brindando plena asistencia a los pueblos de estos países. Con la mayoría de estos países formó una nueva unión económica trasnacional, el Consejo de Ayuda Mutua Económica (COMECON) con el objetivo de desarrollar sus relaciones económicas, intercambiar tecnología y productos, materias primas, personal científico, etc. Además, después del establecimiento de la organización imperialista de la OTAN, formó el Pacto de Varsovia, en el otro extremo de la alianza imperialista.

La ayuda hacia China, Cuba, Vietnam y otros países

Al mismo tiempo, en aquel período se separaron del sistema imperialista mundial con su lucha varios países: China, Corea del Norte y Vietnam en Asia, y Cuba en el continente americano. La lucha de los pueblos por la liberación nacional en dichos países se vinculó rápidamente con la lucha por cambios sociales, por el derrocamiento en el nivel de poder.

La URSS apoyó con medios económicos y militares la lucha de los pueblos de estos países. Jugó un papel principal en el reconocimiento de los gobiernos revolucionarios que surgieron en la Organización de Naciones Unidas, y para que China se convirtiera en miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. 

Se necesitaría varias páginas para ilustrar la ayuda internacionalista que proporcionó la URSS a China, Vietnam, Cuba, Corea del Norte y otros países en fondos económicos, tecnología, personal científico, ayuda militar. Sin embargo, es digno mencionar los siguientes datos:

A partir de 1945, la URSS entregó a China miles de cargamentos de armas, cientos de aviones y naves de guerra. Más de 3.500 asesores militares soviéticos jugaron un papel importante en las victorias del Ejército Popular de Liberación de China.

En Vietnam, sólo en 1967, la URSS proporcionó 2.057 tanques, 700 aviones, 120 helicópteros y entrenó en su territorio a 13.500 soldados vietnamitas. Tuvo una contribución importante en la defensa anti-aérea y anti-misiles de Vietnam del Norte. Desde 1965 hasta 1974 se encontraron en Vietnam 6.359 asesores militares soviéticos, de los que murieron 13.

En Corea, la URSS, además de armas y municiones, ayudó también con asesores militares, pero sobre todo con pilotos soviéticos que volaban con características militares chinas y realizaron 63.229 vuelos, participaron en 1.790 batallas aéreas, derribaron 1.309 aviones enemigos, mientras perdieron 355 aviones y tenían 120 pilotos muertos.

La URSS apoyó con diversos medios la lucha de los pueblos en Angola y Sudáfrica, El Salvador y Chile, Yemen y Palestina. Hizo varias intervenciones cruciales tanto con medios militares como a nivel político-diplomático, contra los planes de EE.UU y de sus aliados, en las guerras árabe-israelíes y en otras decenas de casos. Hasta incluso hoy día los medios de comunicación burgueses expresan mucho odio por la ayuda económico-política y particularmente la ayuda militar que proporcionó la URSS al gobierno revolucionario de Afganistán (1979-1989), que chocó con las fuerzas burguesas armadas y los remanentes feudales que contaron con el pleno apoyo de EE.UU, de Arabia Saudita etc. con el objetivo de hacer volver al país al anterior régimen explotador, con 14.453 muertos y 53.700 heridos.

La URSS hizo grandes sacrificios internacionalistas en estas grandes batallas y momentos heroicos de la lucha de los pueblos, por un mundo sin explotación del hombre por el hombre. El pueblo soviético mostró con grandes campañas su solidaridad con los pueblos en lucha cuando por ejemplo los mineros soviéticos recolectaron y enviaron ayuda económica a sus compañeros en huelga en Gran Bretaña. El verdadero internacionalismo proletario para el trabajador en la URSS significaba que se privaría conscientemente de algunos productos o que los llevaría con cartilla de racionamiento para que el pueblo soviético pudiera enviar armas a los pueblos luchadores en Nicaragua, El Salvador, etc. 

En ocasión del 55o aniversario de la llamada “Crisis de los misiles” en Cuba (1962-1964), el Ministerio de Defensa de Rusia dio a la publicidad algunos datos que muestran que EE.UU estaba planteando una nueva invasión militar inmediata en Cuba, lo cual condujo al gobierno revolucionario de Cuba a un acuerdo con la URSS para el traslado e instalación de armas nucleares en la isla de la revolución. Entonces llegaron a Cuba para apoyar la Revolución Cubana unos 50 mil militares soviéticos, con poderosos sistemas de armas y con misiles y armas nucleares. En aquellos dos años, 64 militares soviéticos perdieron la vida en diversas circunstancias (la mayoría de ellos en su intento de ayudar al pueblo de Cuba durante un fuerte huracán) y 1.001 recibieron medallas.

Cabe destacar además la ayuda internacionalista de la URSS al movimiento comunista y obrero-popular de nuestro país, Grecia, en momentos críticos de la lucha de clases, como fue por ejemplo el momento culminante de la lucha de clases en Grecia, los tres años de lucha del heroico Ejército Democrático de Grecia (DSE) en la guerra civil (1946-1949). Sin el apoyo de la URSS, los demás países socialistas de los Balcanes no hubieran podido librar esta lucha [2]. Sin embargo, varios factores parece que han ejercido influencia y este apoyo no estuvo acompañado siempre de la ayuda correspondiente [3]. Por supuesto, este tema se aclarará plenamente tras el acceso al material conocido y desconocido del archivo. Tras la derrota militar del DSE en la guerra civil (1946-1949), el poder soviético intervino para terminar las ejecuciones, las torturas y las persecuciones en Grecia, acogió y cuidó a decenas de miles de refugiados políticos griegos que a su vez participaron activamente durante décadas en la construcción del socialismo en Uzbekistán y otras Repúblicas de la Unión Soviética.

La postura de la URSS hacia la Sociedad de las Naciones y su papel en la ONU

La relación de la URSS con las diversas organizaciones internacionales es el objeto de un estudio particular; sin embargo, es importante destacar, lo más brevemente posible, las dos organizaciones mundiales principales que ha conocido la humanidad (la Sociedad de las Naciones y la Organización de Naciones Unidas) y la postura de la URSS, el primer Estado socialista en el mundo, ante estas organizaciones. 

Después del fin de la Primera Guerra Mundial, las potencias victoriosas, en un esfuerzo de asegurar el “status quo” y continuar la división de los territorios y de los mercados en su beneficio, así como para impedir el desarrollo del movimiento revolucionario mundial y la influencia que ejercía a los pueblos la Unión Soviética, fundaron en 1919 la Sociedad de las Naciones (SDN) que operó hasta 1939 y se disolvió oficialmente en 1946. Por supuesto, la SDN, igual que todas las uniones imperialistas, actuó en nombre de la “conservación de la paz”, “la consolidación de la seguridad”, la solución de las controversias a través de medios pacíficos y diplomáticos.

Lenin, en el Programa del PCR (bolchevique), destacó las verdaderas razones de su fundación: “El creciente embate del proletariado y sobre todo sus victorias en diversos países concretos incrementan la resistencia de los explotadores y originan la formación por estos últimos de nuevos tipos de agrupación internacional de los capitalistas (la Sociedad de las Naciones, etc.) que, al organizar a escala mundial la explotación sistemática de todos los pueblos, orientan sus esfuerzos inmediatos hacia el aplastamiento directo de los movimientos revolucionarios del proletariado de todos los países”. [4]

La SDN rápidamente enseñó los “dientes” a la joven República Soviética, apoyando abiertamente la contrarrevolución y por supuesto los 14 países que intentaron mediante una ofensiva militar a sofocar la revolución rusa de los bolcheviques. Lenin, con su manera cáustica, no faltó comentar este apoyo: “Recientemente han aprobado la resolución según la cual la Sociedad de Naciones de las potencias de Entente reconoce a Kolchak como el único gobierno legítimo de Rusia. Y después de eso Kolchak puso pies en polvorosa”. [5]

El líder de la Revolución de Octubre cauterizaba al mismo tiempo a las fuerzas de la socialdemocracia que apoyaban abiertamente la SDN: “el principal y fundamental de los oportunismos ha sido el que adoptó la forma de socialchovinismo, esto es, el apoyo a 'la defensa de la patria', lo cual equivalía de hecho, en aquella guerra, a la defensa de los intereses de rapiña de la burguesía del 'propio' país; después de la guerra, la defensa de la sociedad de bandidos llamada 'Sociedad de Naciones'; la defensa de las alianzas francas o indirectas con la burguesía del propio país contra el proletariado revolucionario y el movimiento 'soviético'; la defensa de la democracia y del parlamentarismo burgueses contra al 'Poder de los Soviets'. Estas fueron las manifestaciones principales de estos compromisos inadmisibles y traidores...”. [6]

Lenin distinguió las graves contradicciones interimperialistas que llevaba esta alianza depredadora, incluso en su actitud futura hacia la Unión Soviética: “A cada paso, los intereses de los miembros de esta Sociedad de las Naciones están evidentemente en pugna. […] Resultó que la Sociedad de las Naciones no existía, que la alianza de las potencias capitalistas era puro engaño y que, en realidad, es una alianza de asaltantes, cada uno de los cuales trata de arrebatar algo al otro”. [7]

Lenin había previsto mucho antes del colapso de la Sociedad de Naciones la evolución de esta “gran organización unitaria de todas las naciones avanzadas del mundo”, como decía burlando: “La unidad de este tipo es pura ficción, un fraude total, una falsedad absoluta. Y hemos visto que la conocida 'Sociedad de Naciones' -y esto es un gran ejemplo- que intentó repartir mandatos de administración de Estados, de dividir el mundo, pues hemos visto que esta unión famosa resultó una burbuja que se desinfló de inmediato, porque tenía como base la propiedad capitalista”. [8]

La Rusia Soviética, en condiciones de aislamiento, especificó con claridad la línea principal de sus relaciones internacionales. Por una parte la mayor cooperación comercial, económica y política posible con los Estados capitalistas con el fin de romper su aislamiento, y por otra parte el firme apoyo del movimiento revolucionario en todo el mundo. 

Como demostró su participación en la conferencia económica internacional en Génova (1922) la Rusia Soviética buscó y logró aprovecharse de las contradicciones interimperialistas que existían acerca de esta misma. Frente a la demanda de los Estados extranjeros acreedores de pagar todas las deudas del gobierno zarista y provisional (18,5 mil millones de rublos de oro), contrapuso la demanda de indemnización por los daños que había provocado la intervención imperialista extranjera (39 mil millones de rublos de oro). Además, con una maniobra, aceptó la simultánea y recíproca prescripción de créditos de ambas partes a cambio de la restauración de las relaciones diplomáticas y económicas, rompiendo el “frente unificado” contra la URSS. Al mismo tiempo, aparte de la Conferencia en Génova la URSS participó en varios comités de la SDN en materia de desarme, aunque no fue miembro de ésta, apoyando la posición del desarme inmediato y total, revelando el papel de la SDN: “Tomemos, por ejemplo, las recientes propuestas de la delegación soviética en Ginebra sobre el desarme verdadero (no de apariencias). ¿Cómo se puede explicar el hecho que la declaración honesta y sincera del camarada Litvinoff de desarme general sorprendió a la Sociedad de Naciones y era algo 'completamente inesperado'? ¿No indica eso que la Sociedad de Naciones no es un instrumento de paz y desarme, sino un instrumento que oculta los nuevos armamentos y la preparación de nuevas guerras? [9]

Stalin, refiriéndose al aumento armamentista (1925), caracterizó la paz imperialista como “paz armada” haciendo crítica al papel de la SDN y a la Segunda Internacional: “Les doy un ejemplo de la hipocresía sin precedentes de la diplomacia burguesa que con gritos y canciones para la paz trata de ocultar la preparación de la nueva guerra […] ¿Qué han hecho la Sociedad de Naciones y la Segunda Internacional para detener el frenético aumento armamentista? ¿Es que no saben que el aumento armamentista 'hace que truenen los cañones'? No esperen que la Sociedad de Naciones y la Segunda Internacional les contesten. La cuestión es que el conflicto de intereses entre los países ganadores está creciendo y es cada vez más intenso. Así pues, una colisión entre ellos es inevitable y en la espera de la guerra los países se están armando con todas sus fuerzas. No es exagerado decir que en este caso no existe paz amistosa entre los países ganadores, sino una paz armada, una situación de paz armada que conlleva la guerra. Lo que ocurre ahora en los países ganadores recuerda a la situación que existía antes de la guerra de 1914, es decir, un estado de paz armada. Los gobernantes en Europa están tratando de ocultar este hecho con clamor por el pacifismo. Sin embargo, les he dicho ya para qué vale este pacifismo y qué valor puede tener. Los bolcheviques llevan demandando el desarme desde la época de Génova. ¿Por qué los demás que están hablando de pacifismo no han apoyado nunca nuestra propuesta?” [10]

Poco después (1927), refiriéndose al bombardeo de Nankin (China) por los británicos y los estadounidenses, señalaba que: “Se ha dado una bofetada más a la Sociedad de Naciones. Porque ¿quién, aparte de los lacayos del imperialismo, puede considerar 'normal' el hecho que un miembro de la SDN bombardea al pueblo de otro miembro, mientras la SDN se ve obligada a callar considerando que eso no le importa?” [11]

 El dirigente de la URSS explicaba al mismo tiempo por qué la URSS no se unía a la SDN: “La Unión Soviética no es miembro de la Sociedad de Naciones ni participa en esta en primer lugar porque no quiere asumir la responsabilidad de la política imperialista de la SDN, porque está en contra de los 'mandatos' otorgados por la SDN que tienen como objetivo la explotación y la represión de las colonias. La Unión Soviética no participa en la Sociedad de Naciones porque está contra el imperialismo, contra la represión de las colonias y de los países dependientes.

En segundo lugar, la Unión Soviética no participa en la Sociedad de Naciones porque no quiere tener responsabilidad para las preparaciones de guerra y el aumento armamentístico, las nuevas alianzas militares etc., encubiertas y justificadas por la Sociedad de Naciones y que seguramente llevarán a nuevas guerras imperialistas. La Unión Soviética no participa en la Sociedad de Naciones porque está plenamente en contra de las guerras imperialistas. [...] En las condiciones actuales, la Sociedad de Naciones es un club para los tiburones imperialistas que promueven su negocio nefasto detrás de la escena. Sus declaraciones oficiales en la SDN son palabras vacías, destinadas a engañar a la gente mientras los actos no oficiales de los tiburones imperialistas detrás de la escena son los verdaderos negocios imperialistas, que los grandilocuentes oradores de la Sociedad de Naciones los ocultan de manera hipócrita”. [12]

Stalin reveló las causas económicas más profundas de las contradicciones dentro de la SDN: “La conferencia económica de la Sociedad de Naciones en 1927, que tuvo como objetivo 'unir los intereses económicos' de los países capitalistas, también fracasó. La vía pacífica de solucionar el problema de los mercados permanece cerrada para el capitalismo. La única 'salida' que existe para el capitalismo es: el nuevo reparto de colonias y esferas de influencia por la fuerza, a través de conflictos militares y nuevas guerras imperialistas”. [13]

La política exterior de la URSS buscó obstaculizar el frente unificado de los imperialistas contra la URSS utilizando las contradicciones interimperialistas. Stalin señaló la contradicción de intereses en el campo de los imperialistas, el interés general de algunos países en mantener relaciones económicas con la URSS, la reacción de la clase obrera en Europa, el temor de los imperialistas del estallido de una revolución en sus países en caso de guerra contra la URSS. Al mismo tiempo añadió que esto no significaba que Gran Bretaña abandonaría los esfuerzos para la organización de un frente unido contra la URSS, que no sería capaz de organizar tal frente. La amenaza de guerra no dejó de existir a pesar de los fracasos temporales de Gran Bretaña. 

Stalin señaló: “Hay que recordar las palabras de Lenin que en cuanto a la tarea de construcción mucho depende de si vamos a retrasar la guerra con el mundo capitalista, que es inevitable; que, sin embargo, la podemos retrasar hasta que se madure la revolución proletaria en Europa o hasta que las revoluciones coloniales se maduren completamente o hasta que los capitalistas se enfrenten unos a otros por el reparto de colonias. Así que para nosotros es un deber imperativo mantener relaciones pacíficas con los países capitalistas”. [14]

Sin embargo, la política exterior de la URSS, caracterizada por la búsqueda de relaciones pacíficas con los países capitalistas, proclamaba al mismo tiempo la promoción de objetivos para el desarrollo del movimiento comunista como la lucha por:

  1. El desarrollo de los partidos comunistas en todo el mundo
  2. La consolidación de los sindicatos revolucionarios y del frente unificado de los trabajadores contra la ofensiva del capital
  3. La consolidación de la amistad entre la clase obrera de la URSS y la clase obrera de los países capitalistas
  4. El fortalecimiento de la alianza entre la clase obrera en la URSS y el movimiento de liberación en las colonias y los países dependientes. [15]

Al mismo tiempo desarrolló un frente ideológico contra el pacifismo burgués con la Sociedad de Naciones, contra los anhelos por la “paz”, con la “prohibición” de la guerra y las declaraciones de “desarme”: “Hay gente ingenua que piensa que dado que existe el pacifismo imperialista, no habrá guerra. Esto no es nada cierto. Todo lo contrario, él que quiere encontrar la verdad debe invertir esta posición y decir que puesto que el pacifismo imperialista y la Sociedad de Naciones florecen, seguramente habrá nuevas guerras e intervenciones imperialistas. Y lo más importante es que la socialdemocracia constituye el portador principal del pacifismo imperialista a la clase obrera y es, consiguientemente, el principal apoyo del capitalismo en la clase obrera para la preparación de nuevas guerras e intervenciones”. [16]

Después de la salida de Japón (marzo 1933) y de Alemania (octubre 1933) de la SDN, 30 Estados miembros de la SDN encabezados por Francia, invitaron a la URSS a participar en la Sociedad de Naciones. La URSS intentó aprovechar de su adhesión a la SDN para cumplir con su tarea principal, es decir, impedir la formación de un frente unificado de los imperialistas en su contra. 

Stalin respondió a la pregunta de un periodista americano de si la URSS mantenía su posición negativa frente a la SDN, explicando:

“No, ni siempre, ni bajo cualquier condición. Probablemente no entendieron nuestro punto de vista. A pesar de la salida de Alemania y de Japón de la SDN, o quizás exactamente por eso, la SDN puede convertirse en un cierto factor de retraso en la realización de operaciones militares o incluso impedirlas. Si es así, si la Sociedad de Naciones logra convertirse en obstáculo en el camino y dificultar al menos un poco la guerra y facilitar, en cierta medida, la paz, entonces no estamos en contra de la Sociedad de Naciones. Y si va a ser este curso de los acontecimientos históricos, es posible que apoyemos la Sociedad de Naciones, a pesar de sus enormes deficiencias”. [17]

Por lo tanto, la URSS aceptó la invitación, ocupó una posición permanente en el Consejo de la SDN y, después de la salida de los dos países anteriormente mencionados, intentó impedir en la medida posible el estallido de guerra. Sin embargo, el gobierno soviético advirtió que no asumiría ninguna obligación en cuanto a las resoluciones y acuerdos de la Sociedad de Naciones que se habían llevado a cabo antes del ingreso de la URSS en la Sociedad de Naciones. 

Poco antes del cese de función de la Sociedad de Naciones, la URSS fue expulsada en 1939 por responder a las provocaciones militares de Finlandia. En aquellos años el eje fascista (Alemania, Italia, Japón) desplegó una serie de operaciones militares cambiando el “escenario” formado después de la Primera Guerra Mundial. El poder soviético consideraba que ya “la nueva guerra imperialista era un hecho”. [18]

Al mismo tiempo, pronto se vio que había dos razones para la sumisión constante de las “democracias occidentales” a los fascistas. Por una parte tenían miedo que una segunda guerra mundial imperialista podría llevar a la victoria de la revolución en uno o en ciertos países [19], y al mismo tiempo las “democracias occidentales” intentaban dirigir los países fascistas contra la URSS: “En la política de no intervención se observa la intención, el deseo de no impedir que los atacantes realicen su tarea oscura, de no impedir, por ejemplo, que Japón entre en guerra con China y, aún mejor, con la Unión Soviética, de no impedir por ejemplo Alemania intervenir en los asuntos europeos, entrar en guerra con la Unión Soviética, dejar todos los involucrados en la guerra entrar profundamente en el lodazal de la guerra, alentarlos de manera subrepticia, dejarles debilitarse, agotarse y luego bastante debilitados, aparecer en el escenario con nuevas fuerzas y naturalmente 'en aras de la paz' y dictar condiciones a sus beligerantes debilitados. [20]

Así, el objetivo principal de la URSS fue hacer estas maniobras para que los planes anteriores fracasaran. Hoy en día, sabemos que esto se llevó a cabo a través del “Pacto de no agresión” (1939), conocido también como Pacto Molotov-Ribbentrop, firmado después del Pacto de Múnich (1938) y entre Gran Bretaña, Francia, Italia y Alemania para la desintegración de Checoslovaquia y la anexión de sus territorios al Reich alemán.

La ONU fue fundada en 1945 y reflejaba una nueva realidad en cuanto a la correlación de fuerzas, en que la URSS ocupaba una posición mejorada debido a su papel en el resultado de la Segunda Guerra Mundial. Al mismo tiempo, el peligro de guerra estaba cambiando de dimensiones debido a la aparición de las armas atómicas.

En 1944 Stalin expresó las posiciones siguientes: “Por esta razón, aparte del desarme total de las naciones agresoras solo hay un camino: establecer una organización especial para defender la paz y garantizar la seguridad que esté constituida por representantes de naciones pacíficas y disponer al órgano dirigente de esta organización un número mínimo de fuerzas armadas necesarias para impedir el ataque. En caso de emergencia esta organización debe obligarse a utilizar sin demora estas fuerzas armadas para prevenir o eliminar el ataque y castigar a sus autores […] ¿Podemos esperar que la acción de esta organización internacional vaya a ser bastante eficaz? Va a ser eficaz si las grandes potencias que llevaron en sus espaldas el mayor peso de la Guerra contra la Alemania de Hitler seguirán actuando con espíritu de unanimidad y consenso. No va a ser eficaz si se viola este requisito previo”. [21]

En las declaraciones anteriores se discierne cierta subestimación del carácter agresivo del imperialismo, como quedó demostrado posteriormente. Por supuesto, en ello tuvo un efecto de que tuvieron lugar en condiciones históricas marcadas por un antagonismo feroz sobre la ventaja de producir armas nucleares. Hoy sabemos que los EE.UU fueron los primeros en producirlas. En 1945 las utilizaron contra Japón, pero su verdadero objetivo fue aterrorizar la URSS que adquirió esta arma más tarde, en 1949, lo cual estableció el llamado “equilibrio nuclear” que impidió un nuevo ataque imperialista contra la URSS durante décadas. 

En términos de guerra, con armas convencionales, muy pronto se demostró que el carácter de la ONU fue similar al de la SDN. Las potencias imperialistas, antes de 1955, utilizaron la ONU en sus planes p.ej. en contra de la República Popular de China, en la guerra contra Corea (1950), mientras intentaron abolir el derecho al veto de la URSS en el Consejo de Seguridad de la ONU, y rechazaban varias propuestas de la Unión Soviética en cuanto al desarme. 

El líder de la URSS condenó las intervenciones imperialistas en China y Corea y analizó las decisiones tomadas por la ONU comentando: “Considero que [N.d.T. la utilización de la [3]ONU contra la República Popular de China y Corea] fue una decisión vergonzosa. Para que alguien sostenga que los EE.UU –que han ocupado territorios chinos, la isla Taiwán y han invadido Corea en las fronteras de China- son las fuerzas de defensa y que la República Popular de China que defiende sus fronteras e intenta recuperar la isla Taiwán ocupada por los norteamericanos es el agresor, debe haber perdido lo que le quedaba de conciencia. 

La Organización de Naciones Unidas, que fue creada como bastión que garantizaría la paz, se transformó en un arma de guerra, en un medio para el lanzamiento de una nueva guerra mundial. El núcleo ofensivo de la ONU consiste de diez Estados miembros del Tratado del Atlántico Norte ofensivo (EE.UU, Gran Bretaña, Francia, Canadá, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Dinamarca, Noruega, Islandia) y veinte países de América Latina (Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela). Los representantes de estos países son los que decidieron en la ONU sobre la guerra y la paz. Estos fueron los países de la ONU que tomaron la decisión vergonzosa de agresión de la República Popular de China. […] 

Por lo tanto, la ONU se convirtió en instrumento de guerra ofensiva y dejó de ser una organización mundial de naciones equitativas. De hecho, la ONU no es tanto una organización mundial, sino una organización que toma acción según demanda el agresor norteamericano. EE.UU y Canadá no son los únicos países que promocionan el estallido de una nueva guerra. Este camino también lo siguen veinte países de América Latina cuyos terratenientes y comerciantes anticipan una nueva guerra en algún lugar en Europa o Asia para vender en estos países sus mercancías en precios muy altos y ganar millones de esta operación sangrienta. Todos conocen ya que los veinte representantes de los veinte países de América Latina constituyen el ejército más comprometido de los EE.UU en la ONU.

La Organización de Naciones Unidas sigue, por lo tanto, el camino vergonzoso de la Sociedad de Naciones, entierra su prestigio moral y se condena a disolución”. [22]

En la misma entrevista en “Pravda”, Stalin definía el carácter de la lucha por la paz: “¿Cómo va a terminar esta lucha entre fuerzas reaccionarias y pacíficas? La paz va a continuar y consolidarse, si los pueblos asuman el deber de garantizar la paz y defenderla hasta el final. La guerra puede que sea inevitable, si los instigadores de la guerra consiguen influir a las masas populares con sus mentiras, engañarlas y dirigirlas hacia una nueva guerra mundial.

Por eso es de importancia principal la amplia campaña para garantizar la paz como medio que desvela los planes criminales de los instigadores de la guerra.

En lo que respecta a la Unión Soviética, seguirá aplicando firmemente una política de prevención de la guerra y de mantenimiento de la paz”. [23]

En breve, podemos decir que la construcción socialista en la URSS, a pesar de los enormes daños (humanos y materiales) provocados por la Segunda Guerra Mundial, su fortalecimiento en combinación con la existencia de otros países socialistas fue un factor importante que influyó en la correlación de fuerzas y tuvo un impacto en la ONU.

La URSS, como estado miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, ejerció casi 120 veces el derecho al veto (las 79 en los primeros 10 años).

Gracias a la existencia de la URSS y de los demás países socialistas (desde 1955), así como de países de África y Asia, la ONU adoptó una serie de decisiones positivas e importantes a expensas de los planes y las potencias imperialistas p.ej. la condena de las acciones de los EE.UU contra Cuba (1960-1962), con respecto al Medio Oriente y la cuestión chipriota. 

Bajo la presión de la URSS se adoptó una serie de convenios, tratados y resoluciones sobre la limitación de armamento, la prohibición de pruebas nucleares, la guerra bacteriológica y el espacio.

Sin embargo, es claro que el carácter del imperialismo no ha cambiado. El Derecho Internacional y sus resoluciones fueron resultado de la correlación de fuerzas a nivel mundial, así que los imperialistas se vieron obligados a hacer maniobras y concesiones sin renunciar sus planes, como demuestran las intervenciones imperialistas, los golpes de Estado, el antagonismo de armamentos etc. De hecho, había casos que, a pesar de las reacciones de la URSS, las potencias imperialistas utilizaron tropas de la ONU para llevar a cabo sus planes reaccionarios, como p.ej. por un período de 3 años en Congo (1960-1963). Sin embargo, la falta de la URSS y del sistema socialista destaca actualmente tanto en la ONU como en las relaciones internacionales, el empeoramiento de la correlación de fuerzas mundial que produjo el derrocamiento del socialismo. 

La existencia y la acción de Comintern

Un gran proyecto que condujo al auge del movimiento revolucionario en todo el mundo fue la constitución de la Tercera Internacional, la Internacional Comunista (Comintern) en 1919. Su existencia dio fuerza a los partidos comunistas recién fundados, en su lucha contra el mundo político burgués y el oportunismo. Este proyecto fue claramente mayor en cuanto a sus capacidades que las dos anteriores Internacionales. Esto se debió por una parte a la influencia que ejerció la victoriosa Revolución de Octubre y por otra parte a la construcción del primer Estado obrero en el mundo. Stalin escribió que “…la Revolución de Octubre creó con la primera dictadura proletaria una base potente y abierta para el movimiento revolucionario mundial, base que este movimiento no había tenido jamás antes y en la que ahora puede apoyarse”. [24]

A pesar de las debilidades estratégicas y los errores en la política de la Internacional Comunista, a los cuales nos hemos referido en una serie de documentos de nuestro Partido, su contribución en el desarrollo de la solidaridad internacionalista fue indiscutible.

El Estado soviético apoyó la Internacional Comunista con todas sus fuerzas, en su intento de organizar el movimiento comunista y su lucha. Uno de los momentos más destacados de este apoyo internacionalista de la URSS en las resoluciones de Comintern fue la resolución a favor de la España Republicana, contra las fuerzas del fascismo español y sus aliados imperialistas. Así, la URSS corría peligro de perder la mitad de su flota mercante en su intento de proveer con ropa, medicamentos y armas a los luchadores españoles, pues las flotas de Franco, Portugal, Gran Bretaña, Italia y Alemania hundían los barcos dirigidos a la España Republicana. La Internacional Comunista decidió y organizó la misión de voluntarios antifascistas que formaron tropas militares, las “Brigadas Internacionales” (siete brigadas constituidas de 35 mil hombres). Unos quinientos griegos y chipriotas comunistas y antifascistas, muchos refugiados en otros países, así como marinos, arriesgando su vida, llegaron a España y lucharon mediante la compañía griega “Nikos Zachariadis”.

Enfoque crítico de algunos aspectos de la política exterior de la URSS

Como ya hemos mencionado, en el estudio de la historia de las relaciones internacionales del primer Estado socialista partimos de la extracción de conclusiones para el presente y el futuro del movimiento comunista. Debemos examinar cómo los errores teóricos y errores en las evaluaciones del PCUS a continuación afectaron también la política exterior de la URSS.

“Coexistencia pacífica” y división de las fuerzas burguesas

El KKE, tras estudiar la Historia de la URSS, ha evaluado que “la línea de 'coexistencia pacífica', tal como se desarrolló durante los primeros años de la posguerra, y hasta cierto punto en el XIX Congreso del PCUS (1952) y fundamentalmente en el XX Congreso del PCUS (1956), reconocía la barbarie y la agresión capitalistas de EE.UU y Gran Bretaña, de ciertos sectores de la burguesía y de las respectivas fuerzas políticas en los Estados capitalistas de Europa occidental, pero no como elemento inherente del capitalismo monopolista, del imperialismo. Así, permitió el surgimiento de percepciones utópicas de que es posible que el imperialismo acepte a largo plazo la coexistencia con fuerzas que rompieron su predominio mundial”. [25]

Nuestro Partido no se distrae del hecho que la Unión Soviética fue el único Estado socialista hasta los finales de la Segunda Guerra Mundial y el ataque extranjero (imperialista) y la contrarrevolución dieron lugar y reforzaron las fuerzas y acciones contrarrevolucionarias internas. Era pues necesario avanzar a una serie de movimientos diplomáticos de tácticas con el objetivo principal de sobrevivir –algunos movimientos se hicieron cuando Lenin estaba en el liderazgo del Partido. Tales fueron la participación en la Conferencia de Génova, el Tratado de Rapallo con Alemania, que sufría las consecuencias del Tratado de Versalles, el intento de acercamiento a China y al dirigente de Kuomintang, Sun Yat Sen (cuyo nombre se dio a la universidad de Moscú en 1925), así como a otras “potencias anticoloniales antiimperialistas” –no comunistas– en varios países, como India, Turquía, Persia, Afganistán, Sudáfrica, etc. La supervivencia del primero y, todavía en aquel entonces, único Estado socialista, la Unión Soviética, necesitaba la solidaridad obrera internacional, así como formar condiciones para una postura relativamente no agresiva de los Estados capitalistas y al menos abiertos a ciertas relaciones comerciales y diplomáticas.

Sin embargo, es una cosa la tarea que se planteó desde el principio por la diplomacia soviética de utilizar cualquier “grieta”, cualquier “brecha”, cualquier contradicción entre las potencias imperialistas en beneficio de la URSS y por su fortalecimiento, y otra cosa la “división de los centros imperialistas en pacíficos y beligerantes” a nivel teórico. [26]

Los acontecimientos demostraron que aquellas fuerzas burguesas que aparecían como “amantes de la paz” y “democráticas” no dudaron en cometer grandes crímenes a expensas de los pueblos, para asegurar las ganancias de sus monopolios y su poder. La realidad demostró que el imperialismo –cuyo elemento inherente también es la guerra- utiliza los acuerdos interestatales según le convenga y los pueblos no deben tener falsas ilusiones de supuestas intenciones “pacíficas”. Siguen siendo vigentes las posiciones de Lenin: “las consignas de pacifismo, de desarme internacional en el capitalismo, los tribunales de arbitraje etc., no constituyen solamente una utopía reaccionaria, sino un engaño total de los trabajadores y un intento de desarmar al proletariado y alejarlo de la tarea de desarmar a los explotadores. Solamente la revolución proletaria, comunista puede sacar a la humanidad del impasse que creó el imperialismo y las guerras imperialistas. Cualesquiera que sean las dificultades de la revolución y los posibles fracasos temporales o las olas de la contrarrevolución, la victoria final del proletariado es inevitable”. [27]

Por eso la división errónea de las fuerzas burguesas que distorsionaba “la referencia de Lenin a la coexistencia pacífica, que tenía que ver con las relaciones económicas y comerciales entre los dos sistemas socio-económicos, se mutó y adquirió un contenido ideológico y estratégico. [28]

Sobreestimación de los cambios positivos en la correlación de fuerzas internacional

Después de la Segunda Guerra Mundial no sólo se desmanteló el sistema colonial sino que además varios países en Europa, Asia y más tarde en América declararon que seguirían el camino de la construcción socialista. Además, la URSS que había llevado la mayor parte de la carga de la victoria contra el fascismo, influyeron la configuración de la ONU, y en general del derecho internacional que entonces se estuvo formando como resultado de la correlación entre las fuerzas del capitalismo y del socialismo. La URSS obtuvo el derecho de “veto” en el Consejo de Seguridad de la ONU, y poco más tarde China también obtuvo este derecho. Todo lo anterior dio la impresión que no solo se estaban fortaleciendo algunas tendencias positivas en la correlación de fuerzas internacional, sino que ésta se había vuelto positiva para las fuerzas del socialismo. En otras palabras, se había sobreestimado cualquier cambio positivo tanto por parte de la URSS como en general por el movimiento comunista.

Por supuesto, las decisiones tomadas por la ONU, bajo la influencia de la diplomacia soviética, facilitaron su lucha por un tema u otro, sin embargo, esto no significa que las resoluciones siempre se pusieron en práctica, es decir que fueron implementadas por los imperialistas. Sabemos por ejemplo que resoluciones justas del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la cuestión chipriota, la cuestión palestina, etc, solo se quedaron en el papel y no se implementaron nunca puesto que chocaron con los intereses de EE.UU y otras potencias imperialistas poderosas. Seguía existiendo una red de interdependencia desigual (política, económica, militar) entre los países integrados en el sistema imperialista mundial. El Partido, al estudiar la construcción del socialismo en la URSS evaluó en su XVIII Congreso que después de la II Guerra Mundial “El sistema imperialista, liderado por EE.UU, estaba formando coaliciones militares, políticas, económicas y organizaciones crediticias internacionales (OTAN, Comunidades Europeas, FMI, Banco Mundial, acuerdos comerciales transnacionales). Estas aseguraban la coordinación de los Estados capitalistas, superaron ciertas contradicciones entre ellos, con el fin de servir al objetivo estratégico común de la presión multifacética sobre el sistema socialista. Organizaron intervenciones imperialistas, provocaciones sistemáticas y multifacéticas y campañas anticomunistas. Utilizaron las más modernas armas ideológicas de manipulación de los pueblos, para crear un ambiente hostil a expensas de los Estados socialistas y del movimiento comunista en general. Aprovecharon las desviaciones oportunistas y los problemas de unidad ideológica del movimiento comunista internacional. Apoyaban económica, política y moralmente, incluso la más mínima expresión de descontento o desacuerdo con el PCUS y la Unión Soviética. Asignaron miles de millones de dólares, a través de sus presupuestos estatales, para estos fines. 

La sobreestimación del equilibrio mundial de poder también fue facilitada por la sobreestimación de ciertos avances tecnológicos, como los misiles balísticos intercontinentales, a principios de la década de 1960. A.Gromyko, Ministro de Asuntos Exteriores de la URSS de 1957 a 1985, y B.Ponomariov, miembro del Buró Político del PCUS y jefe del Departamento Internacional del PCUS de 1955 a 1986, evaluaron que: “La construcción de cohetes intercontinentales y espaciales de alta precisión del país soviético, el lanzamiento de los primeros satélites y el lanzamiento de un cohete a la Luna, todo ello demostró el enorme éxito del país soviético en esferas muy importantes de la ciencia y la tecnología moderna, incluida la militar. El logro del misil balístico intercontinental hizo que la invulnerabilidad estratégica de EE.UU fuera cosa del pasado. La correlación estratégica de fuerzas ha cambiado en beneficio del campo socialista”. [29]

Los acontecimientos refutaron trágicamente estas estimaciones. En la Resolución del XVIII Congreso del KKE sobre el socialismo se hace una evaluación relevante: “Ambas secciones del movimiento comunista (la que estaba en el poder y la que no) sobreestimaron la fuerza del sistema socialista y subestimaron la dinámica de reconstrucción capitalista de posguerra. [30]

“Emulación pacífica” y otras posiciones utópicas

Entre otras cosas, particularmente después del XX Congreso del PCUS, la posición sobre la “coexistencia pacífica” se convirtió en posición de “emulación pacífica” entre los dos sistemas socio-políticos. Sin embargo, tal posición en la práctica “embellecía el capitalismo y consolidaba la percepción errónea de que al menos para un período histórico, estos dos sistemas pudieran coexistir y competir entre sí pacíficamente” [31]. En este terreno se desarrollaron posiciones utópicas, políticas oportunistas sobre “sistemas de seguridad” internacionales y periféricos, que asegurarían la “coexistencia pacífica” y el “respeto” mutuo de los dos sistemas socio-políticos, subestimando la naturaleza “depredadora” del imperialismo. Así, por ejemplo, en 1955 la URSS pidió a las potencias imperialistas de EE.UU y la UE a avanzar junto con ella en un sistema de seguridad, cuyos Estados-miembros “se comprometerían a renunciar a todo uso de las Fuerzas Armadas y las disputas se resolverían a través de medios pacíficos”. [32]

Por supuesto, tal posición no tiene que ver simplemente con un intento de aprovecharse de las contradicciones interimperialistas pero fue característica del viraje oportunista del PCUS y, en conclusión, de la política exterior de la URSS, que llevaban a grandes errores teóricos. Nuestro Partido ha evaluado que “lo mismo se aplica también para evitar una guerra termonuclear. Las negociaciones transnacionales realistas para evitarla de ningún modo deben conducir a generalizaciones ideológicas sobre una posición sincera y firme de los Estados capitalistas en la cuestión de la paz (…) Durante la posguerra, las guerras imperialistas fueron una realidad. En último análisis, incluso cuando los partidos tienen armas nucleares, la lucha más consistente y efectiva contra las guerras imperialistas es la preparación y la disposición revolucionaria integral para que en las condiciones económicas y políticas respectivas se realice la revolución socialista que impondrá la paz. La constante acumulación y el perfeccionamiento de las armas nucleares en la carrera de armamentos aunque fueron necesarios para el equilibrio estratégico entre los dos sistemas, de un punto en adelante tuvieron un impacto negativo en la estrategia ya problemática del movimiento comunista internacional. [33]

Además, “la división de los Estados y gobiernos capitalistas en subordinados y no subordinados, en amantes de la paz y beligerantes no tomó en cuenta la estrategia unificada del capitalismo internacional en su objetivo de derrocar el socialismo”. [34]

El 14 de mayo de 1955, la URSS y los demás Estados socialistas de Europa firmaron en Varsovia el “Pacto de Amistad, Cooperación y Ayuda Mutua” conocido como el “Pacto de Varsovia” que fue un medio de defensa. Sirvió a la seguridad de los Estados socialistas y al mantenimiento de la paz mundial. “Contenía el elemento utópico de estar abierto a la adhesión de nuevos Estados, independientemente de su sistema social, y de auto-abolirse en caso de formación de un sistema de seguridad colectiva en Europa”. [35]

La actitud de la URSS hacia los “Países No Alineados”

Cabe destacar particularmente que la URSS sobreestimó el papel de los llamados Países no Alineados. Nuestro Partido ha evaluado que fue equivocada y sin fundamento la expectativa y el objetivo de unir en una dirección antiimperialista firme a las clases burguesas “nacionales” de estos países, como intentaron hacer la Unión Soviética y otros Estados. La no adhesión a medio plazo de muchos nuevos Estados en organizaciones imperialistas internacionales se debía principalmente a las necesidades de sus burguesías “nacionales” de fortalecer sus posiciones, en combinación con la correlación de fuerzas de entonces dentro de estos países y a nivel internacional.

Sin duda, la conquista de la independencia nacional fue para los países coloniales una condición previa básica para superar el atraso que existía en todos los ámbitos de la vida social. En muchos casos su desarrollo industrial fue apoyado por sus relaciones económicas beneficiosas con la URSS y otros países del Consejo de Ayuda Mutua Económica (COMECON). Sin embargo, este desarrollo también significó el fortalecimiento de las fuerzas burguesas internas y, por lo tanto, la agudización de la lucha de clases dentro de estos países y la lucha por su integración futura en uno de los sistemas socio-económicos antagónicos.

La URSS y los demás Estados socialistas desarrollaron una política de cooperación económica y de otro tipo y de apoyo a los nuevos regímenes, los llamados Países No Alineados, para que no se integraran en el mercado capitalista internacional y las organizaciones imperialistas, y para que se fortalecieran las fuerzas de orientación socialista.

De hecho, los acontecimientos llevaron rápidamente al fortalecimiento de las fuerzas reaccionarias internas. La URSS y los demás Estados de construcción socialista no evaluaron a tiempo y efectivamente la nueva situación”.

Así, el intento de la Unión Soviética de desarrollar relaciones económicas, e incluso alianzas, con algunos Estados capitalistas, contra potencias imperialistas más poderosas, era legítima y comprensible, pues debilitaba el frente unificado de los imperialistas, apartaba fuerzas de ello, aunque fuera temporalmente, utilizaba las contradicciones en el campo socialista. El problema fue que esta elección coyuntural (estatal) de la URSS que se manifestaba a nivel económico, diplomático y de otro tipo con ciertos países, llegó a considerarse un principio, fue teorizado e incluso se habló de la llamada “vía no capitalista de desarrollo” en estos países, que estaba vinculada con la percepción sobre la “vía pacífica” al socialismo, condujo a las fuerzas comunistas, y por lo tanto al movimiento obrero a convertirse en cola de fuerzas burguesas.

En la práctica “los movimientos diplomáticos y de negociación soviéticos, así como la actitud hacia otros partidos comunistas, no estaban exentos del problema de ideologización de la política exterior de la URSS”. Es decir, se teorizaron a nivel estratégico opciones políticas concretas, un problema que tuvo un efecto negativo al desarrollo de la lucha de clases internacional por la victoria del socialismo. [36]

Sobre las relaciones económicas internacionales de la URSS

Un tema significativo con muchas implicaciones son las relaciones económicas internacionales de la URSS, tanto con los países de COMECON, como la búsqueda de formación de relaciones económicas transnacionales mutuamente beneficiosas también con las economías capitalistas. Este tema requiere un estudio más profundo, pero aquí podemos notar que en la discusión acerca del manual de Economía Política, en 1941, Stalin destacó que “....la economía se debe planear de manera que asegure la independencia de la economía popular, para que nuestra economía no se convierta en recambio de los países capitalistas. Está en nuestras manos no convertirnos en recambio de la economía capitalista”. [37]

El desarrollo de los acontecimientos, en el marco de la “emulación pacífica”, de la llamada política de “puentes” (OST POLITIK) muestra que las cosas cambiaron de orientación lo cual afectó no solo la estabilidad de la economía soviética, p.ej. la fuerte caída de los precios mundiales del petróleo en la década de 1970, sino además los desarrollos políticos.

Sobre las organizaciones antiimperialistas internacionales

Bajo la influencia de la URSS y la Victoria Antifascista, tras el fin de la Segunda Guerra Imperialista Mundial, se formó, con su contribución, una serie de grandes organizaciones internacionales antiimperialistas de masas como fue la Federación Sindical Mundial (FSM), el Consejo Mundial de la Paz (CMP), la Federación Mundial de la Juventudes Democráticas (FMJD), y la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM), la Federación Internacional de Combatientes de la Resistencia (FIR). En estas organizaciones internacionales la debilidad ideológica, política y organizativa de los PP.CC y la intervención de fuerzas oportunistas y burguesas tienen actualmente un efecto negativo. En estas organizaciones internacionales, que gracias a la activa intervención de los comunistas resistieron la “marea” de la contrarrevolución, se están fortaleciendo las concepciones oportunistas y socialdemócratas, que muchas veces tienen la primera palabra y dominan la lucha ideológico-política. Incluso fuerzas burguesas buscan explotar la trayectoria histórica y el legado de estas organizaciones, para beneficiarse de la disminución de los reflejos anticapitalistas, de la confusión ideológica que prevalece en las fuerzas comunistas, por ejemplo, sobre el contenido económico-político del imperialismo, para promover sus propios planes, el apoyo de una alianza imperialista contra otra. Se necesita más discusión sobre la correlación en cada una de estas organizaciones, su perspectiva, su marco de lucha, la intervención de los comunistas.

Una respuesta a las calumnias de los oportunistas

Por supuesto, los errores anteriores, las desviaciones, los malos cálculos, de ninguna manera pueden borrar la contribución positiva de la URSS, su ayuda internacionalista a los pueblos.

Como se desprende de lo anterior, el KKE, abordando críticamente la construcción socialista en el siglo XX, rechaza tanto su idealización, como el ataque calumnioso a expensas de la Unión Soviética, tanto por las fuerzas burguesas, como por fuerzas del oportunismo, que en el pasado reciente en los asuntos de política exterior buscaban incluso identificar de modo inaceptable y ahistórico la asistencia internacionalista que proporcionaba la URSS a otros partidos comunistas y movimientos populares y revolucionarios con las intervenciones del imperialismo estadounidense en otros países, hablando supuestamente de “socialimperialismo”. Tales acusaciones, que han sido y son “agua en el molino” de la reacción, fueron dirigidas contra la URSS por las corrientes ideológicas oportunistas pequeñoburguesas del trotskismo, el “eurocomunismo”, el “maoísmo”, que habían retrocedido de los principios del internacionalismo proletario, ignorando el hecho de que “es obligación del Estado socialista apoyar abiertamente los movimientos revolucionarios de otros países”. [38]

Estas percepciones oportunistas, y otras burguesas acusaban la URSS de “defender su interés estatal a expensas del interés de clase” en varios países del mundo. Sin embargo, como ha evaluado nuestro Partido, el principio del internacionalismo proletario "es inseparable del interés del Estado socialista, del interés de clase de la clase obrera en cada país (...) La división anterior ignora conscientemente el interés general de la clase obrera internacional, del cual surgen objetivos comunes para los diversos sectores del movimiento revolucionario internacional, del que el PCUS formaba parte, como su componente más fuerte". [39]

Se hace evidente que el enfoque crítico del KKE hacia la URSS y su política exterior contribuye a un estudio más profundo de los temas de la construcción socialista y tiene un frente fuerte contra los enfoques de las fuerzas burguesas y oportunistas. El KKE respeta y honra la contribución de la revolución bolchevique, del primer Estado socialista y busca estudiar y sacar conclusiones, tanto de los aspectos positivos como de los errores y debilidades que tuvo. Sobre la base de tal enfoque, consideramos y creemos que debe registrarse como una conclusión importante que "los elementos de la política exterior de un Estado socialista en ningún caso se deben teorizar, ideologizar, no deben convertirse en elementos de la estrategia del Movimiento Comunista Internacional, ni por parte de la URSS, ni por parte de los partidos comunistas de los Estados capitalistas”. [40]

Hoy, el movimiento comunista en todos los países está llamado a estudiar estos aspectos, a intercambiar opiniones en torno a ellos, a mantener una discusión de camaradas. Creemos que en esta dirección se fortalecerá la lucha de clases por el socialismo-comunismo.


[1] V.I.Lenin, “Declaración de los derechos del pueblo trabajador y explotado”, Obras Completas, ed. “Synchroni Epochi”, vol. 35 p. 222.

[2] “Ensayo de Historia del KKE. 1939-1949. B2”, ed. “Synchroni Epochi”, p. 497.

[3] Declaración del Comité Central del KKE en el 70 aniversario del Ejército Democrático de Grecia.

[4] V.I.Lenin, “Programa del Partido Comunista de Rusia (b)”, Obras Completas, ed. “Synchroni Epochi”, v. 38, p. 421.

[5] V.I.Lenin, “Sobre la cuestión de alimentación y de la guerra”, Obras Completas, ed. “Synchroni Epochi”, v. 39, p. 126.

[6] V.I.Lenin, “La enfermedad infantil del 'izquierdismo' en el comunismo”, Obras Completas, ed. “Synchroni Epochi”, v. 41, pp. 53-54.

[7] V.I.Lenin, “Discurso en la Conferencia de presidentes de comités ejecutivos”, Obras Completas, ed. “Synchroni Epochi”, v. 41, p. 350.

[8] V.I.Lenin, “El ΙΧ Congreso del PCR (b)”, Obras Completas, ed. “Synchroni Epochi”, v. 40, pp. 241-242.

[9] J.V.Stalin, “Informe Político del CC del PCR (b) en el XV Congreso”, “La creciente crisis del Capitalismo Mundial y la Política exterior de la URSS”, Obras Completas, ed. “Synchroni Epochi”, vol .10, pp. 312-313.

[10] J.V.Stalin, “El XIV Congeso del PCUS (b), Informe Político”, 18-31 de diciembre de 1925, Obras Completas, ed. “Synchroni Epochi”, vol.7, pp. 303, 307-308.

[11] J.V.Stalin, “Discurso en la V Conferencia de la Unión Comunista de la Juventud”, Obras Completas, ed. “Synchroni Epochi”, vol. 9, p. 229.

[12] J.V.Stalin, “Entrevista con delegaciones obreras del extranjero”, 5 de noviembre de 1927, Obras Completas, ed. “Synchroni Epochi”, vol. 10, pp. 244-245.

[13] J.V.Stalin, “Informe Político del CC del PCUS (b) en el XIV Congreso”, “La creciente crisis del Capitalismo Mundial y la Política exterior de la URSS”, Obras Completas, ed. “Synchroni Epochi”, vol. 10, p. 320.

[14] J.V.Stalin, “Informe Político del CC del PCUS (b) en el XIV Congreso”, “La creciente crisis del Capitalismo Mundial y la Política exterior de la URSS”, Obras Completas, ed. “Synchroni Epochi”, vol. 10, pp. 335.

[15] J.V.Stalin, “Informe Político del CC del PCUS (b) en el XIV Congreso”, “La creciente crisis del Capitalismo Mundial y la Política exterior de la URSS”, Obras Completas, ed. “Synchroni Epochi”, vol. 10, pp. 336-337.

[16] J.V.Stalin, “Resultado de la Sesión Plenaria de julio del CC del PCR (b)”, Obras Completas, ed. “Synchroni Epochi”, v. 11, pp. 241.

[17] J.V.Stalin, “Entrevista con un corresponsal de New York Times”, Obras Completas, ed. “Synchroni Epochi”, v. 13, p. 327-328.

[18] J.V.Stalin, “Informe en el XVIII Congreso sobre la tarea del CC del PCUS (b), 19.3.1939”, Obras Completas, ed. “Synchroni Epochi”, v. 14, p. 376.

[19] J.V.Stalin, “Informe en el XVIII Congreso sobre la tarea del CC del PCUS (b), 19.3.1939”, Obras Completas, ed. “Synchroni Epochi”, v. 14, p. 379.

[20] J.V.Stalin, “Informe en el XVIII Congreso sobre la tarea del CC del PCUS (b), 19.3.1939”, Obras Completas, ed. “Synchroni Epochi”, v. 14, pp. 379-380.

[21] J.V.Stalin, “El XXVII aniversario de la gran Revolución de Octubre”, Obras Completas, ed. “Synchroni Epochi”, v. 15, p. 236.

[22] J.V.Stalin, “Entrevista con un corresponsal de 'Pravda'”, Obras Completas, ed. “Synchroni Epochi”, v. 16, pp. 241-243.

[23] J.V.Stalin, “Entrevista con un corresponsal de 'Pravda'”, Obras Completas, ed. “Synchroni Epochi”, v. 16, p. 244.

[24] J.V.Stalin, “El carácter internacional de la Revolución de Octubre – En el X aniversario de Octubre”, Obras Completas, ed. Synchroni Epochi, v. 10, p. 286.

[25] Resolución del XVIII Congreso del KKE en el segundo tema: “Análisis y conclusiones sobre la construcción socialista durante el siglo XX, fundamentalmente en la URSS. La percepción del KKE sobre el Socialismo”.

[26] Declaración del Comité Central del KKE sobre el 100 aniversario de la gran Revolución Socialista de Octubre.

[27] V.I.Lenin, “Programa del Partido Comunista de Rusia (b)”, Obas Completas, ed. “Synchroni Epochi”, v. 38, p. 421.

[28] “Ensayo de Historia del KKE. II Volumen 1949-1968”, ed. “Synchroni Epochi”, p. 94.

[29] A.Gromyko-B.Ponomariov, “La Historia de la Política Exterior de la URSS”, v. 2, período 1945 - 1985, pp. 294 – 295, [edición rusa].

[30] Resolución del XVIII Congreso del KKE en el segundo tema: “Análisis y conclusiones sobre la construcción socialista durante el siglo XX, fundamentalmente en la URSS. La percepción del KKE sobre el Socialismo”.

[31] “Ensayo de Historia del KKE. II Volumen 1949 – 1968”, ed. “Synchroni Epochi”,p. 93.

[32] A.Gromyko-B.Ponomariov, “La Historia de la Política Exterior de la URSS”, v. 2, período 1945 - 1985, p. 218, [edición rusa].

[33] “Ensayo de Historia del KKE. II Volumen 1949 – 1968”, ed. “Synchroni Epochi”, p. 94.

[34] “Ensayo de Historia del KKE. 1939-1949”, B2, ed. “Synchroni Epochi”, p. 32.

[35] “Ensayo de Historia del KKE. 1949-1967”, C1, ed. “Synchroni Epochi”, p. 106.

[36] Conclusiones sobre la transición del capitalismo al socialismo. Texto del Buró Político del CC del KKE. Kommunistiki Epitheorisi n.3 de 2020

[37] J.V.Stalin, “Discusión sobre el manual de economía política, 29 de enero de 1941, Obras Completas, v.15. [edición rusa]

[38] “Ensayo de Historia del KKE –II Volumen 1949 – 1968”, ed. “Synchroni Epochi”, p. 94.

[39] “Ensayo de Historia del KKE –II Volumen 1949 – 1968”, ed. “Synchroni Epochi”, p. 97.

[40] Conclusiones sobre la transición del capitalismo al socialismo. Texto del Buró Político del CC del KKE. Kommunistiki Epitheorisi n.3 de 2020