La clase obrera italiana a través de la crisis capitalista


Guido Ricci y Alberto Lombardo, miembros del Buró Político del CC del Partido Comunista (Italia)

El Partido Comunista en cuanto la vanguardia revolucionaria organizada de la clase obrera, deberá tener fuertes vínculos con ella, pero a veces, el conocimiento de la situación de la clase obrera es pobre, y superficial, continuamente basada en conceptos, y estereotipos abstractos y a veces, incluso dogmáticos. La falta de conocimiento de datos cuantitativos y su tendencia en el tiempo, impide comprender los procesos y las tendencias actuales, de identificar las necesidades reales de la clase obrera, de mantener la elaboración teórica al paso del desarrollo de la realidad, y entonces, de adoptar una línea política coherente y eficaz.

Éste artículo es una tentativa modesta para favorecer el conocimiento de la situación real de la clase obrera Italiana, teniendo como presente que es necesario un monitoreo constante y atento, puesto que la realidad se modifica velozmente y continuamente.

1. Dinámicas de la ocupación en general.

Primero, tomemos en consideración, las dinámicas de la ocupación general, como lo mostrado en las siguientes tablas y gráficos, a modo de comprender las tendencias actuales y el complejo contexto económico, en los cuales, la clase obrera vive y actúa hoy.

Gráfico 1.1- Población económicamente activa por macro sectores de actividad

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Gráfico 1.2- Población económicamente activa por macro sectores de actividad. Variaciones en el tiempo (Indice 2007= 100)

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En primer lugar, debemos considerar que el ISTAT (Instituto Nacional de Estadística) identifica el concepto de población económicamente activa con aquella con oferta de trabajo. En realidad los dos conceptos son diferentes desde un punto de vista de clase. Segundo, el ISTAT, la población activa esta compuesta de todos esos que están en edad laboral, y en condiciones de trabajar. Independientemente del hecho, si actualmente están efectivamente realizando una actividad económica o no. Por lo tanto, este concepto incluye también los propietarios de los medios de producción y de intercambio. Para nosotros, al contrario. la oferta de trabajo está compuesta de todos esos que, no teniendo la propiedad de los medios de producción y de intercambio, para vivir son obligados a trabajar como independientes, o trabajadores autónomos, o están en la búsqueda de trabajo. De todos modos, las dinámicas de la población activa pueden ayudar a darse una idea de los cambios en la distribución de la ocupación entre macro sectores.

Estos conceptos y las diferencias cuantitativas entre macro sectores serán recordadas en el capítulo 2.

Según los datos oficiales en la Tabla 1.1 y el Gráfico 1.2, si consideramos la totalidad de las actividades económicas, la población activa está disminuida del -0,75% respecto al 2007, a pesar del crecimiento en el sector de los servicios (+5,86%).

En el sector de la agricultura y la pesca, la población activa si está constantemente reducida durante el período considerado (-6,27% respecto al 2007), probablemente a causa del efecto combinado dela sustitución tecnológica de la fuerza del trabajo, del aumento de la productividad del trabajo y de la transferencia de acciones de capital al sector de servicios para aprovechar su creciente rentabilidad.

La población activa en el sector industrial ha disminuido del 16,7% respecto al 2007. La crisis capitalista ha golpeado fuertemente a la industria, confirmándose como crisis de sobreproducción y de sobre acumulación que está muy lejos de ser superada, pero también la difusa relocalización en el extranjero de muchos productos ha contribuido a este resultado negativo.

Si consideramos las dinámicas de la ocupación en términos de oras efectivamente laborales, como se muestra en la Tabla 1.3 y el Gráfico 1.4, podemos ver que esta está disminuida en Agricultura y Pesca del -11,68% y en la industria de -21,26% respecto al 2007, mientras en el mismo período la ocupación en los servicios creció solo el 1,05%. En el conjunto de las actividades económicas, la ocupación disminuyó del -6,93% respecto al ultimo año de la primera crisis. Con excepción del macro sector de los servicios, la ocupación en todos los otros macro sectores y en la totalidad de las actividades económicas es fuertemente por debajo de su nivel previo a la crisis.

Gráfico 1.3- Ocupación por horas efectivamente trabajadas y macro sectores de actividad 

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Gráfico 1.4- ocupación por oras efectivamente trabajadas (indice 2007=100)

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De lo anterior se deben tener algunas consideraciones:

  • Estos datos también confirman la naturaleza de esta crisis capitalista como una crisis de sobreproducción, que golpea sobre todo a la industria como sector donde se produce la riqueza material y donde el efecto de la crisis se mezcla a aquellos de la sustitución del trabajo con nuevas tecnologías de ahorro y también una de las contradicciones del capitalismo, en cuanto genera la tendencia a la caída de la tasa de beneficio;
  • Se mide el empleo en términos de oras efectivamente laboradas, en lugar de por millares de personas, vemos que la disminución de la ocupación resulta ser mayor (o su aumento menor); la brecha entre estas cifras mide el nivel de mentiras de los gobiernos burgueses sobre el tema, y se debe al uso generalizado de contratos temporales, en particular en el sector de los servicios; por ejemplo, formalmente, cuando un trabajador ha firmado un acuerdo a cero horas, la estadística lo clasifica entre la población con empleo, aunque no haya trabajado una hora durante el año;
  • Como nosotros los comunistas esperábamos y denunciábamos, los enormes incentivos, en términos de reducción de impuestos, de contribución, financiamiento público temporáneo de los salarios de los nuevos empleados, promovido por los gobiernos de centroizquierda, no han hecho nada más que apoyar al capital privado con los recursos públicos, pagados por los impuestos de los trabajadores contribuyentes, confirmando una vez más la naturaleza parasitaria del capitalismo monopolista; el actual gobierno de 5 Stelle - Lega Nord, ser un gobierno burgués, ha anunciado la intención de continuar la misma política de financiamiento público de nuevas contrataciones por parte de empresas privadas: Los gobiernos pueden ser diferentes, pero si la clase en el poder permanece siendo la misma, no debemos esperar cambios reales.

El Gráfico 1.5 muestra y compara las dinámicas de la tasa de actividad económica (TAE, o Tasa de Participación de la Fuerza de Trabajo, que indica la porcentual de personas en edad laboral, con más de 15 años, tanto empleados como desocupados, en proporción a la población total, independientemente de su estatus laboral actual, y representa la oferta de trabajo), la Tasa de Ocupación (TO, es decir, el porcentaje de personas empleadas en comparación con la población total), y la Tasa de Desempleo (el porcentaje de desempleados que están buscando un trabajo.

Gráfico 1.5- Tasa de Actividad Económica, Tasa de Ocupación y tasa de Desocupación (2005=100) [1]

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La Tasa de actividad económica utilizada por el ISTAT para medir la variación de la oferta de trabajo, aumentó en un +4.91% durante el periodo bajo revisión y se posicionó ligeramente por encima de su nivel anterior a la crisis.

La Tasa de Ocupación disminuye constantemente después del 2008, alcanzando el mínimo en 2013, con una disminución del -5,28% respecto al 2008, su nivel actual es inferior al -1.16% respecto antes de la crisis.

Durante todo el período considerado, el TO disminuyó -0.81%.

La tasa de desocupación aumentó constantemente del 2007 al 2014, cuando ha alcanzado su máximo (+108.76% respecto al 2007). Después del 2014 se puede observar una ligera recuperación, pero en el 2017 la Tasa de Desempleo está muy por encima del nivel de 2007 (+ 84.52%), con un aumento general de + 45.02% durante todo el período considerado.

Esto significa que, a pesar de la tímida recuperación, la crisis capitalista ha borrado una parte significativa de las fuerzas productivas, ya que la tasa de empleo se sitúa por debajo de su valor anterior a la crisis, mientras que una parte aún más importante de la oferta de trabajo no puede encontrar oportunidades de empleo, como lo demuestra la alta tasa de desempleo, muy por encima de su valor anterior a la crisis. El efecto combinado tanto de la alta oferta laboral (TAE) como de la alta tasa de desempleo (TD), como explica Marx, reduce, o al menos no aumenta, los salarios.

En el 2017, la Tasa de Actividad Económica en Italia era del 65.43%, mientras la Tasa de Ocupación era del 57.96% y la Tasa de Desempleo era del 11.21% (19.4% en el mediodía). Particularmente dramática el desempleo juvenil: totalmente el 34.7%, para la categoría 15-24 (37.3% para las mujeres jóvenes, 51,4% en total en el sur de Italia, donde las mujeres jóvenes desempleadas representan el 55.6% de la oferta de trabajo). [2] El porcentaje de NEET (No empleados para la enseñanza, empleo, información) es la más alta en Europa en el grupo de edades entre los 15-24 años (20%) y la segunda más alta después de Grecia en la categoría de edades de los 25-29. Además Italia tiene una de las tasas más altas de desempleo (6.6%) en Europa en cuanto a los graduados. [3]

De frente a estas evidencias, se desmoronan las mentiras, sean de los gobiernos burgueses de centroizquierda, del presunto éxito de sus políticas laborales, que no son más que una ayuda adicional para el capital. Con la utilización de fondos previstos principalmente de la tasación del trabajo empleado. Es claro que hoy el capitalismo no solo obstaculiza el desarrollo de las fuerzas productivas, pero incluso las destruye, se convierten siempre más parasitario e incapaz de hacer repartir la acumulación sin fondos y sustento público.

2. La dimensión cuantitativa de la clase obrera en Italia.

Uno de los argumentos más frecuentes usados por nuestros enemigos de clase y de sus siervos oportunistas es la presunta desaparición de la clase obrera, a causa del progreso, tanto tecnológico como social, donde este último probablemente mitigaría las diferencias de clase hasta el punto de anularlas, permitiendo incluso a los sectores más pobres de la población, gracias a la redistribución de los ingresos producidos, el acceso al consumo de bienes y servicios, alguna vez fue prerrogativa de las clases medias. En consecuencia, la lucha de clases perdería su significado en un contexto de paz social y de clase media armoniosa. Este argumento, contradicho por la teoría y la realidad, es falso y anti científico. No considera la evidente diferencia existente entre los productores explotados, y los parásitos explotados, y busca ocultar las diferencias de clase, mezclando a todos en la categoría genérica de “consumidores”.

Desde el punto de vista teórico, por un lado, la pertenencia a una clase no se determina en función del nivel de consumo o ingreso, que puede variar cuantitativamente tanto cíclicamente como a largo plazo sin modificarlo cualitativamente, sino que se determina por la posición ocupada con respecto a la propiedad privada y las relaciones de producción, es decir, a relaciones sociales entre seres humanos que históricamente varían solo cuando cambia el modo de producción. Esto significa que ninguna redistribución del ingreso puede superar la división en clases sociales, ya que no afecta las relaciones de producción y propiedad. Por otro lado, el progreso tecnológico y los cambios relacionados en el proceso de producción, destinados a ahorrar mano de obra, afectan solo la técnica de extracción de plusvalía, pero no cambia la sustancia de las relaciones de producción capitalistas, es decir, extracción y apropiación. privado por los capitalistas de la plusvalía producida socialmente. Evaluar la dimensión cuantitativa real de la clase trabajadora en nuestro país no es fácil por las siguientes razones: 

  • El gran peso de la economía sumergida: se estima que el 33% del PIB italiano proviene de actividades ilegales o sumergidas; 
  • La extensión significativa del trabajo no declarado;
  • La deconstrucción de los contratos laborales colectivos nacionales y el uso de contratos de tiempo atípico causa determinada fluctuaciones rápidas en el nivel de empleo;
  • Muchos trabajadores son chantajeados y obligados a abrir una posición de IVA como propietarios únicos independientes o por cuenta propia; están oficialmente registrados como subcontratistas independientes, pero en realidad son trabajadores, totalmente dependientes de su empleador y, además, privados de cualquier protección sindical;
  • Los sindicatos no están presentes en todas las fábricas, sobre todo en las micro y pequeñas unidades con menos de 15 empleados, ampliamente distribuidos en Italia; debido a esto, incluso los sindicatos no tienen suficiente información;
  • Los datos al respecto, proporcionados por el ISTAT (el Instituto Estatal de Estadística de Italia) se basan en lo que los empleadores han declarado. Por lo tanto, las estadísticas oficiales inevitablemente subestiman la dimensión cuantitativa real de la clase trabajadora.

Lo anterior es aún más cierto con respecto a los trabajadores agrícolas, debido al uso generalizado de trabajadores inmigrantes no declarados. Como ejemplo de este hecho, según el periódico burgués La Repubblica, en Italia, donde el 40% del territorio está destinado a uso agrícola, a principios de 2018 había 1085000 trabajadores agrícolas (de los cuales 590,000, o 54.38 %, en el sur de Italia), más de lo que informa el ISTAT, que contribuyen al PIB por un monto promedio anual de 133 mil millones de euros (!). De ellos, el 33% son mujeres, el 36% son extranjeros concentrados principalmente en las regiones del norte, donde constituyen el 57% de la fuerza laboral rural. La gran mayoría (942,000, equivalente al 86%) trabaja en contratos a plazo fijo, el 34% trabaja menos de 51 días al año, sin seguridad social o asistencia social y el 15% de ellos incluso menos de 10 días por año, principalmente en el norte de Italia. Esto confirma el alto grado de explotación de estos trabajadores y la extrema precariedad de su trabajo, pero también demuestra la enorme evasión de impuestos y cargas sociales por parte de los terratenientes, quienes declaran un número ridículo y poco creíble de horas laboradas. [4]

Como se ha dicho en el capítulo 1, página 2 de este artículo, para evitar posibles equivocaciones, especificamos los siguientes valores, reportados por el ISTAT:

  • Población económicamente activa en el 2º trimestre del 2018: 25,105,500
  • Población ocupada en el 2º trimestre del 2018: 23,476,000
  • Trabajadores empleados en el 2º trimestre del 2018: 18,083,567

Por empleados nos referimos a aquellos que reciben un salario que trabajan para un empleador, mientras que usamos el término "trabajadores" para indicar esa parte de los empleados que reciben un salario en el sentido marxista del término. Tenemos incluso en esta categoría, también a aprendices y trabajadores a domicilio. Los datos en la Tab. 2.1, el Gráfico 2.2, y el Gráfico 2.3, consideran como obreros no solo los obreros de la industria, pero también la fuerza de trabajo asalariada en los otros macro sectores. El gráfico 2.1, muestra la subdivisión de los empleados por posición profesional, indicando también la incidencia de cada categoría profesional en el total y la variación en el tiempo del número de empleados por puesto profesional, ilustrado en el Gráfico 2.2.

Gráfico 2.1- Empleados por posición profesional.

Gráfico 2.2 - Empleados por posición profesional, variación en el tiempo.

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Como podemos ver en los datos anteriores, el número de trabajadores ha disminuido desde finales de 2008 hasta alcanzar su mínimo a fines de 2011, para luego crecer constantemente en valor absoluto (+ 11.43% en comparación con 2011, + 6.95% en el todo el período), pero su porcentaje del total de empleados disminuye constantemente hasta 2010, por lo que comienza a aumentar con ligeras fluctuaciones en más o menos, llegando finalmente al 47,77% en el segundo trimestre de 2018. Esta disminución de peso, acentuada durante la crisis, pero que comenzó mucho antes, se debe al efecto combinado del reemplazo tecnológico de la fuerza laboral y la reubicación de algunas producciones. Dado que solo la producción está sujeta a la reubicación en el extranjero, mientras que el personal administrativo, la administración y la propiedad, en forma de sociedad de cartera, permanecen en el país de origen, esta reducción cuantitativa no ha afectado gravemente a la categoría profesional de los empleados y solo tiene una ligera golpear la categoría de Gerentes: Los primeros, después de una disminución de 2011 a 2014, son más altos que en 2011 y muy por encima del nivel del año base, mientras que los segundos recuperan una disminución que comenzó en 2006 y su número aumenta en + 16.2% en comparación con el año de referencia, situándose por encima del pico positivo anterior de 2011 de casi 2 puntos porcentuales. El proceso de reestructuración capitalista ha reducido significativamente el número de altos directivos (-22.17% en 3 años, de 2008 a 2011, -12.17% en todo el período). Esto podría estar relacionado no solo con la necesidad de enfrentar la crisis y reducir los costos relacionados con la remuneración de una categoría costosa y redundante, sino también con la reubicación de algunas producciones que redujeron la demanda de estas funciones en el hogar. En general, a partir de 2015, existe una tendencia al crecimiento de la cantidad de empleados en general y en cada categoría profesional, a excepción de los ejecutivos de la compañía.

Incluso sobre la base de estos datos oficiales infravalorados, la clase trabajadora representa el 47.77% de los empleados, el 36.80% de la población activa y el 14.28% de la población total, siendo el componente principal de las fuerzas productivas. La composición de los empleados durante el año en curso se muestra en el gráfico 2.3.

Gráfico 2.3 - Composición de los trabajadores empleados por posición profesional (2018, segundo trimestre)

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Considerando estos datos oficiales, las cifras muestran que la clase obrera está lejos de haber desaparecido, como afirman el enemigo de clase y los oportunistas. Estos datos están claramente subestimados. Por ejemplo, las estadísticas solo tienen en cuenta los trabajadores a domicilio declarados, pero todos saben que esta categoría de trabajadores desprotegidos es más grande de lo que dicen las cifras oficiales, debido al uso generalizado de mano de obra ilegal. Lo mismo es cierto para los asalariados agrícolas, cuya evaluación es extremadamente difícil por las mismas razones. Además, consideramos empleados aquí, pero debemos recordar que hoy en día muchos trabajadores están obligados por sus empleadores a pretender ser subcontratistas independientes. Por estas razones, podemos entender que el número real de trabajadores remunerados es significativamente mayor que el que muestran los datos oficiales.

En nuestra concepción, la clase trabajadora, entendida como productores de riqueza material actualmente ocupada, es un componente del proletariado en general. Para tener una idea de la cantidad de proletarios, debemos agregar a las cifras de la Tabla 2.1 la cantidad de trabajadores que perdieron sus empleos, la cantidad de personas que buscan un primer trabajo como trabajadores, la cantidad de trabajadores jubilados, la cantidad de "proletarios" "intelectuales. ¿Y qué hay de los hijos de los proletarios, que las estadísticas clasifican como una "población inactiva", junto con los hijos de la burguesía? La crisis capitalista golpeó duramente a las clases medias y proletarizó una parte sustancial de ella. Por ejemplo, los gerentes, empleados, maestros y otros elementos pequeñoburgueses, despedidos entre las edades de 45 y 50 años, los llamados "esodati", demasiado viejos para encontrar un nuevo trabajo, pero demasiado jóvenes para tener derecho a una pensión, ¿no pueden ser incluidos en el archivo del proletariado?

Las estadísticas oficiales no utilizan criterios de clasificación de clase. Por esta razón, es extremadamente difícil cuantificar exactamente el número real de proletarios en Italia. Está claro que las estadísticas oficiales lo subestiman, pero es igualmente claro que la teoría oportunista sobre la supuesta "extinción" de la clase trabajadora y el proletariado no está respaldada por los datos y, por lo tanto, es completamente falsa. Esta afirmación es aún más cierta si pasamos del nivel nacional al internacional. La posible disminución en el número de trabajadores en países económicamente más desarrollados puede ir acompañada, en una fase expansiva, de un aumento más que proporcional en el número de trabajadores a nivel mundial, ya que el capital deslocaliza la producción a esos países, donde los costos laborales y los impuestos son tan bajos y las leyes tan permisivas que reemplazar la fuerza laboral con nuevas tecnologías podría resultar inconveniente a corto plazo. Es el caso de la producción de telas y marcas de calzado, reubicadas por multinacionales en Pakistán, Indonesia y Vietnam. 

Hasta ahora, hemos examinado los datos reales sobre quién, como empleado, no posee los medios de producción e intercambio (aunque, en algunos casos, los gerentes y ejecutivos pueden tener inversiones de capital). Como marxistas, no olvidemos que solo la fuerza laboral produce plusvalía, de la cual, además de las ganancias y otras variables, también se origina la remuneración de otras categorías de empleados. Sin embargo, en la lucha general entre los productores de riqueza y los parásitos que toman posesión del trabajo de otros, la clase trabajadora debe actuar para llevar a estas categorías de empleados, fundamentalmente pequeñoburgueses, pero excluidos de la propiedad privada de los medios de producción, a sus puestos de oprimidos por el capital. Este es un momento crucial, ya que la pequeña burguesía oscila entre la burguesía y el proletariado y, bajo ciertas condiciones históricas, puede convertirse en la masa de choque de la reacción. La historia muestra que la clase trabajadora solo puede ganar cuando es capaz de desarrollar una política de alianzas sociales, de formar un bloque de fuerzas opuestas a la burguesía y de afirmar sus intereses como universales sin compromiso.

Desde el punto de vista de la distribución territorial, la clase trabajadora se concentra principalmente en el norte de Italia (51.77%), menos en el sur (27.97%) y en el centro (20.26%), como resultado del desarrollo industrial desequilibrado. dentro del país, que históricamente caracteriza al capitalismo italiano. Además de la brecha entre el norte y el sur de Italia, también podemos observar la persistencia de la brecha de género, que parece estar atenuada en términos de número, pero significativamente en términos de pago. Las mujeres representan el 44.54% del total de empleados, el 32.1% de los gerentes, el 45.27% de los gerentes intermedios, el 57.75% de los empleados y el 34.37% de los trabajadores. [5] El salario promedio de una trabajadora equivale al 64% de la de un colega con el mismo grado. Esta brecha se reduce para las mujeres con un diploma de escuela secundaria, que reciben el 72% del salario de los trabajadores masculinos, pero nuevamente se vuelve muy alto para las mujeres con un título universitario, que reciben el 66% del salario de un hombre con una calificación educativa equivalente.  [6]

Los datos disponibles de ISTAT confirman que la mayoría de los empleados (los datos no están disponibles divididos en particular por el puesto profesional, pero es razonable suponer que siguen más o menos la tendencia y la distribución de los empleados en general) todavía se colocan en micro y pequeñas empresas que emplean de 0 a 9 empleados (45.35% en 2016, con una tendencia a disminuir con el tiempo), mientras que 22.06% del total de empleados trabajan para grandes empresas con más de 250 empleados. El número de empleados que trabajan en grandes empresas muestra una marcada tendencia al alza en el período de 2012 a 2016 (+ 1.78%), mientras que el número de empleados de micro, pequeñas y medianas empresas disminuye o se estanca. Estos datos confirman la persistencia de una debilidad histórica del capitalismo italiano, es decir, el bajo grado de concentración de la producción capitalista, sin embargo, también muestra que el proceso de concentración del capital está en curso, aunque lentamente y con retraso. La dificultad de organizar a la clase trabajadora es evidente debido a su dispersión en las micro y pequeñas empresas y su baja concentración. Esto se ve agravado por el hecho de que en las empresas con menos de 15 empleados, los sindicatos no tienen representación interna y el Estatuto de los Trabajadores no se aplica (Ley Nº 300/1970).

3. Salarios, precios, y ganancias.

Los apologistas del capitalismo intentan convencer al público de que la reducción de los salarios es una consecuencia inevitable de la crisis económica, para superar qué sacrificios adicionales serían necesarios "en interés del país", como si la crisis fuera algo inexplicable. ajeno a estas relaciones de producción y sin connotaciones de clase. Esta declaración está muy lejos de la verdad.

En primer lugar, debemos enfatizar que la crisis no es simplemente "la crisis de la economía" sin especificación, sino que es la crisis de la economía capitalista, originada por las contradicciones del capitalismo y endémica en las relaciones de producción capitalistas. Además, en este escenario, hablar de "intereses del país" es incorrecto y falso, ya que el país está dividido en clases antagónicas, que no tienen ni pueden tener intereses comunes.

Debido a la naturaleza misma de las relaciones de producción capitalistas (proporcionalidad inversa entre salarios y ganancias), los capitalistas siempre han tratado de comprimir los salarios, pero mientras existió la Unión Soviética, para evitar la radicalización de la lucha de la clase trabajadora, los capitalistas estaban obligados a otorgar salarios, beneficios y bienestar más altos. La guerra fría fue la edad de oro de la socialdemocracia y su compromiso social. Desde que desapareció la URSS, los capitalistas han restaurado por completo su poder político para imponer ganancias como la única variable económica independiente, sin flexibilidad a la baja. Los salarios del trabajo en todas sus formas, directos (salarios), diferidos (pensiones) o indirectos (servicios sociales) y cualquier otra distribución de plusvalía se pueden cuestionar, reducir y cortar, excluyendo las ganancias. La competencia generalizada entre monopolios, países y bloques imperialistas ha fortalecido esta tendencia y ha puesto fin a las políticas socialdemócratas tradicionales de compromiso y paz social. Un ejemplo de lo anterior lo proporciona la aceleración del proceso de integración europea después de 1991. En Italia, este proceso y, sobre todo, la entrada en el sistema del euro como moneda única europea, se logró reduciendo los salarios e imponiendo clase obrera y otras clases populares grandes sacrificios económicos. Luego, los gobiernos de centroizquierda trataron de presentar los sacrificios como temporalmente necesarios para el futuro brillante en una Europa unida. La historia ha revelado sus mentiras. Desde el principio, la Europa integrada ha revelado su verdadera cara como un conglomerado imperialista, enemigo de los trabajadores y los pueblos, destinado a intensificar la explotación y el robo del trabajo asalariado. El proceso de integración europea no produjo nada positivo para la clase trabajadora, sino un deterioro constante de sus condiciones de vida, mucho antes del estallido de la crisis.

En particular, en Italia, la introducción del euro se implementó de manera fraudulenta, manipulando las cuentas nacionales para cumplir formalmente con los parámetros de Maastricht, mientras que la economía italiana estaba lejos de ello. La pérdida, debido al tipo de cambio fijo (1 euro = 1.927,36 liras), de la posibilidad de utilizar la devaluación para aumentar la competitividad, la política antiinflacionaria de rigor presupuestario, que afecta las pensiones y los servicios sociales y el debilitamiento de la lucha de La clase de los sindicatos reformistas, que apoyaron las medidas antiobreras implementadas por los gobiernos de centroizquierda, han arrastrado conjuntamente los salarios incluso antes del estallido de la crisis.

Además, muchos precios se han ajustado al euro a razón de 1 en 1000, sin ninguna intervención de los gobiernos y los organismos de control de precios. La reducción de los salarios provocó una depresión en la demanda interna que afectó a los subsectores que más se habían beneficiado injustamente de la conversión de los precios de la lira al euro (comercio, restaurantes, bares y comida, etc.) y también arrastró una parte de burguesía en el torbellino de la crisis, pero el resultado neto de estos procesos fue una enorme transferencia de riqueza de la gente a la gran capital. En particular, en Italia, la introducción del euro se implementó de manera fraudulenta, manipulando las cuentas nacionales hasta el final para cumplir formalmente con los parámetros de Maastricht, mientras que la economía italiana estaba lejos de ello. La pérdida, debido al tipo de cambio fijo (1 euro = 1.927,36 liras), de la posibilidad de utilizar la devaluación para aumentar la competitividad, la política antiinflacionaria de rigor presupuestario, que afecta las pensiones y los servicios sociales y el debilitamiento de la lucha de La clase de los sindicatos reformistas, que apoyaron las medidas antiobreras implementadas por los gobiernos de centroizquierda, han arrastrado conjuntamente los salarios incluso antes del estallido de la crisis. Además, muchos precios se han ajustado al euro a razón de 1 en 1000, sin ninguna intervención de los gobiernos y los organismos de control de precios. La reducción de los salarios provocó una depresión en la demanda interna que afectó a los subsectores que más se habían beneficiado injustamente de la conversión de los precios de la lira al euro (comercio, restaurantes, bares y comida, etc.) y también arrastró una parte de La burguesía en el torbellino de la crisis, pero el resultado neto de estos procesos ha sido una enorme transferencia de riqueza del pueblo al gran capital

La última crisis ha contribuido indudablemente a empeorar las condiciones de vida de los trabajadores, pero no es la primera causa de recortes salariales a largo plazo. La reducción salarial es una tendencia inevitable en las relaciones de producción capitalistas, como nos enseñó Karl Marx. Aquí debemos recordar brevemente la distinción de Marx entre salarios nominales (monetarios), salarios reales y salarios proporcionales. El salario nominal es la cantidad de dinero que recibe el trabajador, el precio formal de la fuerza laboral. El salario real es la cantidad de bienes y servicios que el trabajador puede comprar con su salario nominal. El salario proporcional se considera en relación con la ganancia, siendo ambos componentes de la distribución de la plusvalía producida y midiendo la dinámica de la posición social del trabajador. El salario, que es el precio de la fuerza laboral, está determinado y vinculado a su valor, es decir, a la cantidad de bienes, servicios y valores espirituales social e históricamente necesarios para la reproducción de la fuerza laboral. Este valor cambia con el desarrollo económico, cultural, científico y tecnológico de la sociedad con una tendencia creciente. Solo para dar un ejemplo: antes de que aparecieran los teléfonos inteligentes en el mercado, nadie sintió la necesidad, pero pronto se hicieron necesarios para todos. Los precios nunca reflejan exactamente los valores de los que se originan, principalmente debido, en segundo lugar, a la relación entre la oferta y la demanda y otras condiciones del mercado. Como resultado de la reestructuración del proceso de producción (reorganización de la división del trabajo) y el reemplazo tecnológico de la fuerza laboral por máquinas, la oferta laboral generalmente excede la demanda de trabajo y esto determina objetivamente la tendencia a la reducción permanente de salarios en el capitalismo. Esta es una de las principales contradicciones del mercado laboral capitalista: el valor de la fuerza laboral históricamente crece, pero el precio de la mano de obra (salario) tiende a caer hacia su límite fisiológico y, en algunos casos, incluso más bajo. El salario real depende no solo de la cantidad de salarios nominales, sino también de muchas otras variables, como el nivel de precios e inflación, los impuestos, el nivel de desempleo, todo lo que puede influir en la relación entre la oferta y la demanda de trabajo. . Incluso si se aumenta el salario nominal, el salario real puede disminuir debido al aumento de los precios o los impuestos, o a la depreciación monetaria, si su aumento es más que proporcional al aumento de los salarios nominales. Como se dijo anteriormente, el salario proporcional es parte de la distribución del plusvalor producido, junto con la ganancia. Dada una cierta cantidad de plusvalía, si la ganancia aumenta, el salario disminuye automáticamente. De esta proporcionalidad inversa de salarios y ganancias, el conflicto irremediable entre trabajo y capital deriva objetivamente. Por un lado, en condiciones de mercado particularmente favorables, puede haber un aumento en los salarios nominales y reales, pero «... los salarios proporcionales pueden disminuir incluso si el salario real aumenta junto con el salario nominal, es decir, junto con la moneda de valor de trabajo, siempre que no aumente en la misma proporción que el beneficio. Si, por ejemplo, en tiempos de buenos negocios, el salario aumenta en un 5% mientras que el beneficio aumenta en un 30%, el salario relativo, proporcional, no ha aumentado, sino que ha disminuido... ». [7] Por otro lado, es un hecho que el capitalismo aumenta constantemente la productividad y la intensidad del trabajo mediante la aplicación de nuevas tecnologías para ahorrar trabajo y nuevas formas de división del trabajo que permiten reducir el tiempo de trabajo necesario para producir medios de subsistencia para la reproducción de la fuerza laboral, ampliando así el tiempo de trabajo excedente, del cual se originan la plusvalía y la ganancia. Debido a esto, existe una tendencia objetiva a la caída del salario proporcional. En general, incluso en esos períodos breves y breves, cuando el salario real y las condiciones materiales de vida de los trabajadores mejoran, esto "... no elimina el contraste entre los intereses del trabajador y los intereses del capitalista" [8] porque el salario proporcional ha disminuido y la brecha social con los capitalistas ha crecido.

Mientras que el beneficio capitalista está firmemente protegido por el poder político de la burguesía, las disparidades sociales y la brecha entre ricos y pobres están aumentando en Italia. El BCE estimula artificialmente la inflación y contribuye a agravar esta situación al reducir el salario real, es decir, el poder adquisitivo de los trabajadores. Además, dada la inversa proporcionalidad entre los salarios y la tasa de desempleo, el alto nivel actual de este último provoca un exceso de oferta laboral en comparación con la demanda, que generalmente es estructural, pero se acentúa en situaciones de crisis.

Lo anterior se confirma en la Tabla 3.1, basada en datos de la OCDE, que considera los salarios nominales brutos anuales promedio, su índice W y la inflación (tanto en porcentaje como en variación anual).

Tab.3.1 - Salarios nominales brutos anuales promedio (índice y variación anual) e inflación (2005-2017)

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La caída salarial es evidente de inmediato, incluso si consideramos solo los salarios brutos nominales, [9] disminuyó un -1,41% en comparación con 2005 y un -3,5% en comparación con 2010. A pesar de las declaraciones alarmistas del BCE y las organizaciones de empleadores , la deflación real se limita de hecho a 2016, con un cambio de precio de solo -0.10%. En todos los demás años considerados, por el contrario, hay un aumento de precio promedio de + 1.54%, incluso si su variación anual es a veces tan débil como para confirmar una fase depresiva. Para los fines de nuestro análisis, sin embargo, es importante enfatizar que el cambio anual en la remuneración siempre se ha mantenido por debajo de la inflación, medida como el cambio anual en el índice de precios al consumidor, excepto en 2014, 2015 y 2016.

Si estas son las dinámicas de los salarios nominales brutos, es fácil de entender, incluso sin la necesidad de gráficos y tablas, que las de los salarios reales son mucho peores, si consideramos:

  • a la presión fiscal: las tasas impositivas sobre los ingresos de las personas y los niveles de ingresos para su imposición progresiva se han modificado varias veces, pero siempre en el sentido de reducir la carga impositiva sobre los ingresos más altos; después de la reforma tributaria de 1974, tuvimos 32 niveles de ingresos, la tasa más alta para ingresos de más de 500 millones de liras fue del 72%, la más baja fue del 10%; en 2018 tenemos 5 niveles de ingresos, la tasa más alta para ingresos superiores a € 75,000 es del 43% (solo por parte de los ingresos superiores a € 75,000), la más baja es del 23%; la tendencia es eliminar el concepto de impuestos progresivos; No es casualidad que el gobierno de Lega Nord - M5S, que representa un sector de capital industrial muy orientado a la exportación, esté tratando de introducir el llamado impuesto único, que tiene una incidencia proporcionalmente mayor en los ingresos más bajos. Actualmente, si tomamos un salario bruto promedio de 29,213.56 euros (ver Tabla 3.1), la incidencia de impuestos directos y contribuciones a la seguridad social pagaderas por los trabajadores es del 39%. Por lo tanto, el salario neto asciende a 17.820,27 euros. Sin embargo, lo que más golpea a los trabajadores y contradice el principio de impuestos progresivos, establecido por la Constitución, son los impuestos indirectos (IVA no deducible para los consumidores finales, impuestos especiales y derechos sobre los cuales el IVA a menudo se aplica con efectos multiplicadores en el precio final , etc.), porque gravan el consumo independientemente de los ingresos y perjudican principalmente a los trabajadores, que se ven obligados a gastar la mayor parte de sus ingresos en el consumo de bienes esenciales. Durante el período que estamos considerando para nuestro análisis, la tasa de IVA aumentó del 20% al 21% en 2011 y al 22% en 2013, los impuestos especiales sobre el alcohol, el tabaco, la gasolina y los derivados del petróleo aumentaron casi una vez al año. 'años; los impuestos de sellos y registro también han aumentado, junto con otros diversos impuestos locales;

la reducción y privatización de los servicios públicos básicos, desde la atención médica hasta la educación y el transporte: se les ha pagado y sus precios han aumentado;

La indexación salarial no se calcula sobre la base de la inflación real, sino según lo planeado, utilizando los trucos contables conocidos.

Considerando lo anterior, no es difícil entender que los salarios reales han caído mucho más que los salarios nominales. La dinámica de los salarios y la inflación se muestran en el Gráfico 3.2 (cambio a largo plazo) y en el Gráfico 3.3 (cambio anual).

Gráfico 3.2 - Salarios promedio e inflación (índices) 

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Gráfico 3.3 - Salarios promedio e inflación (variación anual)

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La tendencia a la caída de los salarios reales no se debe a la voluntad de la clase capitalista, sino que es una ley objetiva del modo de producción capitalista, principalmente debido a la oferta de trabajo que generalmente excede la demanda de trabajo. En teoría, los salarios reales no deberían caer por debajo del nivel fisiológico de subsistencia y reproducción de la fuerza laboral, pero a menudo, cuando un gran "ejército de reserva" está disponible y los sindicatos son débiles o cooperan con los patrones, los salarios incluso pueden caer por debajo de este límite extremo. Puede suceder tanto en países en desarrollo como desarrollados y generar el fenómeno de los llamados "trabajadores pobres", es decir, los trabajadores, cuyos salarios no son suficientes para garantizar su existencia y la reproducción de su fuerza de trabajo. Los informes de EUROSTAT confirman esto, de lo que también se desprende que, gracias a las reformas de pensiones impuestas por el gran capital, 5,7 millones de italianos recibirán una pensión por debajo del umbral de pobreza. 

Empleados pobres en los Estados-Miembro de la Unión Europea (% de las personas empleadas por encima de 18 años con ingresos por debajo del umbral de pobreza)

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"Entre los Estados miembros de la UE, en 2016, la tasa de personas en riesgo de pobreza fue más alta en Rumania (18,9%), seguida a distancia por Grecia (14,1%), España (13, 1%), Luxemburgo (12,0%), Italia (11,7%), Bulgaria (11,4%), Portugal (10,9%) y Polonia (10,8%)” [10]

Antes de comenzar la última parte de este párrafo, algunas consideraciones son necesarias. ISTAT, EUROSTAT, OCDE, BCE, Banco de Italia, etc., recopilan y procesan datos, basados ​​en las teorías no marxistas y los criterios económicos de la Contabilidad Nacional. Muchos economistas marxistas eminentes han buscado, y aún buscan, elaborar datos estadísticos oficiales para cuantificar las categorías económicas marxistas. Sin embargo, no existe un criterio unívoco de elaboración y, por el momento, en los países capitalistas no es posible alcanzar una cuantificación exacta de las categorías marxistas, sino solo resultados aproximados.

La categoría de contabilidad nacional que más se acerca al concepto de plusvalía (S) es el valor agregado (VA), que ISTAT define como "la diferencia entre el valor de producción y el valor de los costos intermedios", calculado a precios básicos, lo que significa "la cantidad que el productor recibe de la venta de un bien o servicio". [11] El valor excedente concierne a la esfera de la producción, mientras que el valor agregado, de acuerdo con la definición dada por ISTAT, se realiza a través del intercambio y el mercado, después de la transformación del valor en precio. Por lo tanto, a los fines de nuestro análisis, para purificar el valor agregado del efecto de las fluctuaciones de precios, es necesario calcularlo a precios constantes; sin embargo, todavía queda un cierto grado de aproximación.

Según las enseñanzas de Marx, la tasa de plusvalía (σ), que indica la tasa de explotación de la fuerza laboral, viene dada por la relación entre la masa de la plusvalía (S) y el capital variable (W): σ= S/W

Si, en lugar del valor excedente (S), colocamos el valor agregado (VA) en el numerador, dejando al denominador el capital variable (W), igual a la cantidad de salarios pagados, obtenemos un valor aproximado de la tasa de explotación (σ). Esta relación es un tipo de tasa de productividad laboral (πL). Desafortunadamente, ISTAT, con sus criterios extraños para clasificar datos, nos proporciona un índice de productividad laboral diferente, dado por la relación entre el valor agregado (VA) y las horas trabajadas (H), que solo puede dar uno idea aproximada del porcentaje de explotación de la fuerza laboral, porque no tiene en cuenta la variable "salario" y es más un indicador técnico que un indicador económico puro. Lo mismo se aplica a la tasa de ganancia (ρ), dada por la relación entre la plusvalía (S) y el capital total, constante y variable, invertido por adelantado (C + V): 

ρ= S /(C+W) 

La tasa de beneficio (ρ) se expresa más o menos por lo que ISTAT define la Productividad Total del Factor (πT). "La productividad total de los factores se define como la relación entre la medida del volumen de valor agregado y las medidas totales del volumen de capital, servicios y mano de obra”. [12]

La Gráfica 3.5 muestra la dinámica del índice LP de la tasa de productividad laboral (πL) y del índice TFP de la tasa de productividad total del factor (πT), que asumimos respectivamente como expresiones aproximadas de la tasa de explotación (σ) y de la tasa de ganancia (ρ) referida a la industria del macro sector.

Tab.3.5 - Productividad laboral por hora trabajada y productividad total de factores en la industria, basada en el valor agregado, año de referencia 2010. 

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Según los ííndices vinculados, tanto la Productividad laboral (LP) como la Productividad total del factor (TFP), a partir de finales de 2009, muestran una tendencia en constante crecimiento. Despuésés de 2010, el crecimiento de TFP se debe casi en su totalidad al crecimiento significativo de LP, que muestra incrementos anuales, superiores a los de TFP. Durante todo el período, la productividad laboral creció con una variación anual promedio de 2.80%, mientras que la productividad total de los factores creció en promedio 2.93% por año. Incluso los índices de base fija de estas dos variables muestran una tendencia constante hacia el crecimiento después de 2010. En total, LP ha crecido en un 43.27% y TFP en un 45.56% en comparación con 2005. El Gráfico 3.6 muestra estas dinámicas en términos de variaciones anuales, mientras que el gráfico. 3.7 tiene en cuenta las variaciones a largo plazo.

Gráfico 3.6 - LP y TFP en la industria, variaciones anuales (2010 = 100)

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Gráfico 3.7 - LP y TFP en la industria, variación total (2010 = 100)

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Aunque la productividad del trabajo calculada por el ISTAT es una expresión muy aproximada de la tasa de plusvalía, es decir, la tasa de explotación de la fuerza laboral, sigue siendo un indicador del nivel de explotación de la fuerza laboral. Como Marx enseñó, cualquier aumento en la productividad laboral, independientemente de cómo se mida, implica un aumento en la plusvalía relativa y una disminución en el salario relativo. De hecho, el aumento en la productividad conduce a una reducción en el tiempo de trabajo necesario para producir los medios de subsistencia para la reproducción de la fuerza laboral y el consiguiente aumento en el tiempo de trabajo adicional que genera mayor plusvalía, por el mismo tiempo total de trabajo. Paralelamente, esto determina una disminución en el valor de los medios de subsistencia y, finalmente, una disminución en el valor de la fuerza laboral misma, que se reflejará en su precio, es decir, en su salario. En la misma masa de plusvalía, si el salario disminuye, la ganancia aumenta proporcionalmente. Esto se muestra claramente en los Gráficos 3.6 y 3.7: el aumento en LP conduce a una disminución en los salarios relativos, lo que permite un aumento correspondiente en la ganancia, que TFP muestra como una medida aproximada de la tasa de ganancia (ver arriba). En otras palabras, en el período considerado, el capital absorbió casi por completo el resultado del aumento de la productividad en forma de ganancias, considerando que incluso los salarios nominales disminuyeron en promedio un -1,42% de 2005 a 2017.

Como una confirmación empírica de lo que se ha dicho hasta ahora y de las tesis marxistas sobre las relaciones dialécticas multilaterales entre salarios y ganancias, presentamos en la Tabla 3.8 una interesante serie de datos sobre la "remuneración" del trabajo y el capital, es decir, la distribución del valor agregado. (VA) entre trabajo y capital, extrañamente disponible por ISTAT.

Tab.3.8 - Porcentaje de salarios y valor pro o sobre valor agregado a precios básicos, variaciones anuales y totales, año de referencia 2005.  

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Las cifras en la Tabla 3.8 demuestran, si aún es necesario, la proporcionalidad inversa entre salarios y ganancias, como se ilustra visualmente en los Gráficos 3.9 y 3.10.

Gráfico 3.9 - Remuneración de los costos de producción como porcentaje del valor agregado a precios básicos, índices de cadena.

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Gráfico 3.10 - Remuneración de los factores como porcentaje del valor agregado a precios básicos, índices básicos fijos 2005=100%, variación total

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El gráfico 3.9 muestra que la disminución anual en el porcentaje de ganancias sobre el valor agregado (P / VA) en 2007-2009 (-5.93%) corresponde a un aumento correlacionado, pero menos que proporcional, en el porcentaje de salarios sobre el valor agregado ( W / VA, + 3.25%). Después de 2009, la relación P / VA aumenta de forma continua y rápida en + 1.68% en promedio por año, mientras que la relación W / VA disminuye más lentamente, solo en un -0.9% en promedio. El gráfico 3.10 toma en consideración la variación total en el período 2005-2017 de la remuneración de los factores como un porcentaje del valor agregado y muestra que la relación W / VA disminuyó en total en un -4.44% en comparación con 2005 (-9.5% en comparación con 2010), mientras que la relación P / VA aumentó totalmente en 8.36% en comparación con 2005 (+ 17.83% en comparación con 2010). Esto confirma que, en el período considerado, la parte del valor agregado (expresión aproximada de la plusvalía) destinada a la reproducción de la fuerza de trabajo, es decir, el salario, ha disminuido en general, mientras que la distribuida a medida que aumenta la ganancia.

Es interesante observar que el recíproco de la relación W / VA (remuneración de la mano de obra como porcentaje del valor agregado) es VA / W ≈ σ, es decir, la expresión aproximada de la plusvalía o tasa de explotación, que, por supuesto, tiene una tendencia, especularmente opuesto al del porcentaje de salarios sobre el valor agregado.

4. Consideraciones finales.

Como se ve, la causa principal del empeoramiento de las condiciones de vida y la posición social de la clase trabajadora no es la crisis, sino una ley objetiva del desarrollo capitalista, es decir, la tendencia de los salarios a disminuir independientemente de la situación económica. La crisis solo agudiza y acelera esta tendencia, que persiste incluso en períodos de recuperación económica entre una crisis y otra. El capitalismo aborda tanto sus crisis cíclicas como su tendencia estructural a la caída de la tasa de ganancia, principalmente al aumentar la productividad, es decir, al intensificar la explotación de la fuerza laboral y aumentar las ganancias en términos absolutos Esto significa que la clase trabajadora paga los costos de la crisis y la recuperación capitalista. Por lo tanto, no debemos engañarnos: cualquier mejora en las condiciones de vida y de trabajo de la clase trabajadora, en el contexto de las relaciones de producción capitalistas, es más evidente que sustancial, tiene como objetivo apoyar al mercado capitalista a través del consumo y, sin embargo, es temporal, en un contexto de una tendencia general a empeorar los niveles de vida y aumentar la brecha social entre capitalistas y proletarios.

Para que sus logros económicos y sociales sean estables y definitivos, la clase obrera no tiene otra manera que consolidar a su alrededor un bloque de alianzas con los otros estratos del pueblo, incluso con algunos sectores de la pequeña burguesía, que también se han visto gravemente afectados por la crisis que de la reestructuración capitalista, derrocar el poder de la burguesía, establecer la dictadura del proletariado, es decir, el dominio de la mayoría de los explotados sobre la minoría de los explotadores (las cifras del capítulo 2 confirman esta relación) y comenzar a construir el socialismo -comunismo.


[1] Source: ISTAT, our elaboration

[2] Source: ISTAT

[3] Source: OECD

[4] http://www.repubblica.it/economia/2018/05/08/news/agricoltura_il_made_in_italy_trainato_dagli_immigrati_senza_di_loro_il_nord_rischiereb-be_la_paralisi-195772027/

[5] Source: ISTAT, data published in the 2Q 2018, our elaboration

[6] Source: ISTAT

[7] Source: OECD

[8] K. Marx, Wage labor and Capital, p. 59 (translation from Italian).

[9] Ibidem, p. 60.

[10] La OCDE informa los datos de las cuentas nacionales de cada país, por lo que aquí los salarios son nominales, antes de impuestos y deflactados (a precios constantes). Preferimos usar los datos OCSE en lugar de los datos ISTAT porque desde 1992 ISTAT no incluye productos de tabaco y algunos otros bienes en un régimen de monopolio fiscal en la canasta utilizada para calcular el índice de precios al consumidor para familias de trabajadores y empleados (Índice FOI). Lo que queda de la indexación salarial está vinculado a la "tasa de inflación programada", a partir del cálculo de qué activos en un monopolio fiscal están excluidos. El Ministerio de Economía y Finanzas en los últimos años ha aumentado repetidamente los impuestos especiales sobre los activos sujetos al monopolio fiscal, como el alcohol, el tabaco, el petróleo y la gasolina, para satisfacer la necesidad de recaudar fondos, pero esto no ha afectado los nuevos índices de precios al consumidor y, por lo tanto, el nivel de indexación de los salarios. Otro truco para alterar las cuentas nacionales a expensas de los trabajadores.

[11] https://ec.europa.eu/eurostat/web/products-eurostat-news/-/DDN-20180316-1

[12] ISTAT, Conti Nazionali, Produzione e valore aggiunto, Metadati

[13] Ibidem