La Internacional Comunista y la lucha de liberación de los trabajadores de Letonia


Ingars Burlaks Primer vicepresidente del PSL

Revolucionarios de Letonia en los orígenes de la Comintern

Los revolucionarios de Letonia tuvieron el papel muy activo en las actividades internacionales de la socialdemocracia de Rusia, y luego también en las del PCR(b). Ian Berzine (Jānis Bērziņš-Ziemelis), asociado de V.I.Lenin, representando a los sociodemócratas de Letonia, participó como miembro de la delegación de Rusia en la conferencia internacional socialista de Zimmerwald. También fue miembro del ala izquierda de los delegados de la conferencia ("Izquierda de Zimmerwald") y firmó el proyecto de la resolución y del manifiesto conteniendo el llamado a "convertir la guerra imperialista en la guerra civil". Posteriormente, Ian Berzine, en 1919, fue miembro del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, y de 1919 a 1920, secretario del Comité Ejecutivo de la Comintern.

En Marzo de 1919, representantes de Letonia participaron en el Congreso constituyente de la Comintern. El Partido Comunista de Letonia fue representado por Кarl Gailis (Kārlis Gailis), participante del alzamiento armado de Octubre de Petrogrado de 1917, posteriormente ocupó el cargo de comisario popular de trabajo de Letonia, en el gobierno socialista de P.Stučka, en 1919.

De parte del PCL, D.S.Beika, J.A.Berzine (Anderson), P.I.Stučka tomaron parte en las deliberaciones del 2do Congreso de la Comintern. Los delegados del PCL intervinieron con su informe sobre la situación creada en las organizaciones del partido y el primer resumen de la actividad clandestina en las condiciones de la dictadura burguesa. P.I.Stučka tomó parte en la comisión de elaboración de las tesis de la cuestión agraria dirigida por V.I.Lenin, D.S.Beika participó en la comisión de los asuntos del movimiento sindical.

La lucha por los derechos de los trabajadores en condiciones de la república burguesa de Letonia

La consolidación de la Comintern coincidió con un período dramático de la historia de la joven República Socialista Soviética de Letonia (RSSL): ya el 22 de Mayo de 1919, el Landeswehr Báltico, la División de Hierro Alemana compuesta de voluntarios venidos de Alemania, y las formaciones de la Guardia Blanca bajo el mando del Conde Lieven expulsaron de Riga a los destacamentos del Ejército Rojo, y, en Enero de 1920, ayudado por las tropas de Polonia que habían comenzado su ofensiva desde Bielorrusia Occidental, el ejército de la República burguesa de Letonia ocupó las ciudades de Daugavpils y Rezekne. La RSSL cesó de existir, retirándose una parte de los comunistas junto con las tropas de los rojos en retirada al territorio de Rusia, la otra parte se quedó clandestina en Letonia.

El gobierno de la burguesía nacionalista de Letonia comenzó con el terrorismo, cuyo número total de víctimas superó los 10 mil personas. Protegiendo verbalmente la libertad de expresión, la burguesía demolió sin piedad las organizaciones de la clase obrera, encarcelando sus militantes. Toda oposición política fue sometida a represalias. Muchos comunistas perecieron, entre ellos, J.Ozols, miembro del CC del PCL, J.Vintens, miembro del CC de Juventudes Comunistas de Letonia, A.Sukuts, antiguo comisario del Control Estatal de Letonia Soviética y otros muchos. En 1921, asesinaron a J.Shilf (Jaunzem) y A.J.Berce (Arajs), ambos miembros del CC del PCL. Los Comunistas fueron sometidos a detenciones y crueles represalias.

Los medios de propaganda burguesa anunciaron más de una vez que el Partido Comunista quedaba totalmente aniquilado, sin embargo el PCL, apoyado por los trabajadores y en primer lugar por la clase obrera, existió durante los 20 años del dominio burgués, dirigiendo la lucha por reestablecer el poder Soviético en Letonia. Las filas del PCL se llenaron por obreros y campesinos conscientes. En el período de clandestinidad, el número de sus militantes variaba de 500 a 1150, sin contar a los encarcelados.

Debido a los cambios de las condiciones de trabajo del PCL, su estructura y situación de sus organizaciones cambiaron radicalmente. En Enero de 1920, el CC del PCL tomó la decisión de incorporarse en la 3era Internacional Comunista con los derechos de una sección independiente. La misión principal se hizo el fortalecimiento de las organizaciones partidistas clandestinas primarias. En la estructura territorial del PCL, actuaron la organización municipal de Riga y las 7 organizaciones regionales. El número de organizaciones distritales variaba de 40 a 50. Debido a frecuentes detenciones y represalias, no tan solo los dirigentes elegidos sino también los cooptados trabajaron en el Comité Central.

Para ayudar a los Comunistas de Letonia en su trabajo clandestino, primero en Pskov y luego en Moscú, se organizó el Buró Exterior del CC del PCL. Manteniendo una estrecha relación con el Comité Ejecutivo de la Comintern, ayudó a solucionar tareas tácticas y organizativas, aprovisionó de la literatura marxista. La editora "Spartak" del Buró Exterior del PCL, durante los 16 años de su existencia (1920-1936) editó cerca de 250 libros y folletos que contribuyeron mucho al trabajo ideológico y organizativo del partido.

En la clandestinidad, trabajaron la Unión Comunista de Juventud de Letonia y la organización "Socorro Rojo". Encabezadas por el PCL, estas organizaciones fueron el núcleo de las fuerzas revolucionarias de Letonia, alrededor del cual se consolidaba el amplio activo de los sin partido formado por socios de los sindicados, cooperativas y establecimientos de cultura y educación de izquierda. En las condiciones de clandestinidad en Riga, continuaron editándose el periódico "Cīņa", medio central del CC del PCL, y decenas de ediciones impresas del partido, la juventud comunista y la organización "Socorro Rojo".

Propagando activamente las ideas comunistas entre los soldados del ejército de Letonia burguesa, el PCL, a comienzos del año 1920, creó una organización partidista militar (del ejército) que contaba con unos 200 militantes. Los círculos clandestinos de soldados — militantes del partido operaron dentro del marco de las organizaciones territoriales del partido.

Establecimiento y caída de la dictadura burguesa

En la historia de Letonia burguesa de los años de antes de la guerra, es posible destacar dos períodos claramente diferentes: el período de la República parlamentaria burguesa y los años siguientes de la dictadura fascista. Estos períodos se separan por el 15 de Mayo de 1934, el golpe de estado realizado por el primer ministro de aquel entonces, Kārlis Ulmanis. Del escenario de la vida política de Letonia se eliminó el parlamento (Saeima), los organismos electos de poder local y todos los partidos políticos, determinada unipersonalmente lа política interior y exterior del estado por "el caudillo" y "el dueño de la tierra" como se lo llamó con lisonja por su círculo más cercano.

Pero "el caudillo" no gozó mucho del título de jefe de gobierno, el 12 de Marzo de 1936, basándose en una resolución absolutamente inconstitucional del gabinete de ministros promulgada después de la caducidad de las funciones del presidente del estado, Alberts Kviesītis, Ulmanis usurpó este cargo también.

En Letonia de los años 1934 – 1940, en diferencia de la Alemania nazi, Italia y otros países de dictaduras fascistas "clásicas", hasta en contraste con Lituania y Estonia, no hubo partido fascista dirigente, como base política del régimen, aunque el activo del partido de derechas, la Unión Campesina, encabezada por Ulmanis, antes del golpe, tanto como los nacionalistas de ideas de otros partidos de derechas, apoyaron el golpe trabajando arduamente en las estructuras del nuevo régimen. Existió además una organización de los aizsargi ("guardianes", protectores"), que a la par con las estructuras policiales implementaba la función de la represión de fuerza. No obstante el régimen tuvo todos los principales rasgos determinantes de la dictadura fascista: terror y opresión, liquidación del régimen parlamentario burgués, poder autoritario, demagogia social y predicación desenfrenada del nacionalismo. Ulmanis también tuvo "su" campo de concentración en Liepāja y la cárcel de trabajos forzados de Kalnciems, hubo tentativas de aplicación de la pena de muerte a los adversarios políticos, pero influenciado por una serie de causas internas (amplias protestas de los intelectuales) y externas (principalmente, el miedo a perder el trato favorable de los círculos dirigentes de Inglaterra que le servía de referencia a Ulmanis), su régimen se mantenía atrasado con relación a Hitler y Franco en este aspecto...

El gobierno de Ulmanis comenzó sus operaciones con detenciones masivas de los comunistas en Liepāja, Ventspils, Tukums, Aizpute, Priekule. Los comunistas de Letonia señalaron más de una vez la amenaza de un golpe fascista. La proclamación clandestina hecha por el Partido Comunista en abril de 1934, dedicada a la celebración del 1ro de Мayo decía: "En Letonia, se ha creado el gobierno de Ulmanis. Es gobierno del fascismo, de la guerra y de la traición al pueblo. La burguesía echó a este personaje a la copa de las pesas para que él salvara a los fabricantes y a los grandes propietarios al doblegar despiadadmente a los obreros, al campesinado trabajador y a los desempleados de Letonia".

Sin embargo, en aquella ocasión, el intento de los comunistas de crear un frente unido para resistir a la amenazante dictadura fascista junto con los socialdemócratas fue rechazada por los líderes de los últimos.

Debido a la dispersión de organizaciones obreras y el aniquilamiento de las libertades democráticas el Partido Comunista fue privado de posibilidades de utilizar hasta las pocas formas legales de trabajo que habían existido anteriormente, sin embargo continuó luchando en una profunda clandestinidad. Continuaron operando sus organizaciones ilegales, también se editaron con regularidad los periódicos y folletos ilegales.

En la segunda mitad de los años 30, el PCL tuvo que superar considerables dificultades de organización. Bajo la influencia de la lucha antitrotskista en la URSS y en la Comintern, en 1936, se eliminó el CC del PCL, se liquidó su Buró Exterior. No obstante el partido solucionó esas dificultades. Su secretariado interino encabezó el reestablecimiento y fortalecimiento de las organizaciones del PCL. En Febrero de 1939, un nuevo CC fue elegido en la XXVI conferencia del PCL. De conformidad con las resoluciones del VII Congreso de la Comintern (Julio – Agosto de 1935) el PCL consideró la creación de un frente popular antifascista como su tarea central en dicha etapa.

De todos los partidos prohibidos después del golpe fascista, tan solo una parte de los militantes del partido socialdemócrata, al comprender la necesidad de rechazar la ideología reformista, continuó operando políticamente, fundado un partido ilegal Socialista Obrero Campesino de Letonia. En Noviembre de 1934, el Partido Comunista concluyó con este partido un acuerdo de creación del frente antifascista unido, y en 1936 logró la unión de las juventudes comunistas y las socialistas en la Unión de Juventud Trabajadora de Letonia. Así fue como en una medida considerable se evitó la división de la clase obrera de Letonia. Alrededor de los comunistas venían consolidándose las fuerzas antifascistas, formándose un frente popular antifascista.

Las represalias y el terror de la dictadura fascista, la recesión económica que se intensificó en extremo con el inicio de la segunda guerra mundial, la clausura de empresas y el auge del paro, las prácticas de las autoridades enviando a la fuerza a habitantes urbanos para trabajar en el campo avivaron la llama de la lucha revolucionaria. Esto permite afirmar que al final de la primavera de 1940 en Letonia, maduró una situación revolucionaria, y el PCL hizo todo lo posible para transformarla en una revolución socialista.

Los acontecimientos del verano de 1940 pueden argumentadamente llamarse revolución socialista, cuya principal fuerza motriz fue la clase obrera de Letonia. Su dirigente político intelectual fue el Partido Comunista de Letonia que durante los veinte y cinco años de trabajo clandestino educó a muchos centenares de luchadores intrépidos, ganando el apoyo de la clase obrera de Letonia.

Hablando de los acontecimientos del año 1940 en Letonia, sería justo recordar las palabras de V.I.Lenin pronunciadas por él en el año 1918, en la Conferencia Regional de Comités de Fábricas de Moscú: "Las revoluciones no se hacen a pedido, no se adaptan a un momento tal más cual, sino maduran durante el proceso de desarrollo histórico y estallan en el momento condicionado por un conjunto de toda una serie de causas internas y externas" (V.I. Lenin Obras Completas,v.36,p.531).

En la segunda mitad de los años 30, Letonia se encontró en una complicada situación internacional. Desde el advenimiento de Hitler al poder en Alemania en 1933, la amenaza de una agresión fascista venía haciéndose cada vez más real. Hasta Polonia tenía sus aspiraciones expansionistas en relación con Letonia. Gradualmente también desvanecían esperanzas en el apoyo de la Gran Bretaña. En su lucha contra la agresión Letonia pudo solamente esperar una ayuda real de la Unión Soviética. Por ello las consignas del frente popular antifascista dirigido por el PCL "No entreguemos Letonia a Hitler"y "Por una estrecha alianza con la URSS" correspondieron con los ánimos de las más amplias capas de la población y fueron reconocidas por las mismas.

La situación revolucionaria en Letonia surgió en Septiembre de 1939 a la par del comienzo de la segunda guerra mundial que creó fenómenos totalmente nuevos en la vida económica de Letonia. La economía del país se encontraba completamente dependiente de las grandes potencias capitalistas de Europa. El intercambio comercial solamente con Inglaterra y Alemania (que resultaron en estado de guerra mútua) fue el 70% del volumen total. A la vez hay que señalar que el 90% del comercio exterior de Letonia se implementaba por vía marítima. La crisis de la navegación surgida como resultado de la transformación del Mar Báltico y otros mares europeos en el teatro de acciones combativas causó una respectiva crisis de materias primas y de combustibles que a su vez asestaron un golpe demoledor a la industria de Letonia. En Junio de 1940, ya cada quinto obrero de Letonia no tenía trabajo.

El régimen de Ulmanis vivía también una profunda crisis interna. Durante toda la duración de la dictadura de Ulmanis la lucha no había cesado entre los representantes de la burguesía urbana y rural, ya que la burguesía urbana se consideraba alejada del gobierno del estado. Мuchos funcionarios habían sumido en la corrupción. La amenaza de la invasión alemana en Letonia influyó considerablemente en el grupo del campesinado de Letonia llamados los dueños nuevos que habían recibido sus tierras como resultado de la reforma agraria burguesa. Es que antes de la reforma, terrenos de importancia considerable pertenecían a terratenientes – barones, alemanes étnicos, y los campesinos temían que esta antigua tierra de barones les sería quitada. La amenaza de la invasión hitleriana también influía notablemente en la actitud de las minorías étnicas residentes en Letonia (Rusos, Bielorrusos, Judíos, Polacos, Lituanos), así como en los intelectuales y hasta en los oficiales del ejército de Letonia.

Letonia tuvo que contar con la posibilidad de la invasión hitleriana. El pacto Soviético-Letón de ayuda mútua concluído el 5 de Octubre de 1939 en Moscú eliminó esta tensión. De conformidad con el pacto, Letonia ofrecía a la Unión Soviética el derecho de crear las bases militares y navales en Liepāja y Ventspils, así como varios aeródromos en Kurzeme. Sin embargo los contingentes militares fueron poco considerables y se encontraron bajo control de las tropas de Letonia. Al mismo tiempo, la dictadura de Ulmanis permanecía siendo abiertamente hostil tanto a la URSS, como a los trabajadores de Letonia, y estaba frenéticamente buscando formas para preservar el poder. El gobierno de Ulmanis, a escondidas de la URSS, intensificó sus contactos militares con Estonia y Lituania, realizando una reforzada instrucción ideológica del ejército, la policía y los aizsargi. La jefatura del ejército de Letonia preparó un plan de guerra contra la Unión Soviética (la llamada "prescripción de movilización No 5").

En primavera de 1940, en Europa Occidental se desarrollaron los acontecimientos decisivos que influyeron radicalmente en la situación de Letonia. El 10 de Mayo de 1940, la Alemania hitleriana comenzó una amplia ofensiva en el frente del oeste, como resultado de la cual capitularon Bélgica y Holanda. El ejército inglés fue derrotado y evacuado a Inglaterra, y el francés inició su retirada. El 14 de Junio de 1940, las tropas alemanas entraron en París, y unos días más tarde Francia terminó su resistencia. En estos momentos, el ejército alemán tenía manos libres e Hitler pudo moverlo al Este (y comenzó a hacerlo). En el caso de ocupar los Países del Báltico Alemania podría obtener una plaza de armas ventajosa para un futuro ataque a la Unión Soviética. En estas condiciones, no fue posible estar seguro de que los regímenes reaccionarios y fascistas de los países del Báltico, temiendo a sus pueblos, no cometerían una traición nacional y no dejarían que las tropas hitlerianas entraran en el Báltico.

El gobierno Soviético entregó al Embajador de Letonia en Moscú una nota, en la cual se señalaron las infracciones cometidas del pacto de ayuda mútua y se formuló la demanda de establecer un gobierno que cumpliría honestamente las condiciones del pacto. La nota fue aceptada, el gobierno de Letonia renunció. El 17 de Junio de 1940, destacamentos del Ejército Rojo entraron en el territorio de Letonia. El Ejército Rojo no intervenía en los asuntos internos, pero su presencia indudablemente tuvo una influencia disuasoria decisiva en los acontecimientos posteriores. La burguesía de Letonia no osó a desarrollar el terror contra el movimiento obrero de Letonia aplastando con fuerza las manifestaciones revolucionarias.

Los días posteriores fueron días de agonía del régimen de Ulmanis, cuando la clase obrera de Letonia se alzó para derrotar la dictadura fascista. El 20 de Junio, Ulmanis anunció que un nuevo gobierno dirigido por Augusts Kirhenšteins había sido formado. Es necesario investigar la actitud del poder soviético, si planteó o no la cuestión de liberación de cuadros y miembros del partido, y si no porqué no lo hizo, y además investigar la cuestión de participación de los comunistas en el gobierno.

No obstante, las manifestaciones y otras presentaciones de los trabajadores ocurridas en muchos lugares fueron organizadas por los comunistas de Letonia. El PCL formuló las demandas entregadas al nuevo gobierno el 21 de Junio de 1940 durante una manifestación. Estas demandas reflejaron los ánimos e interés del pueblo trabajador y formaron el programa del nuevo gobierno que fue llamado Popular.

La revolución socialista de 1940 de Letonia, siendo parte inseparable del proceso revolucionario iniciado por la Gran Revolución Socialista de Octubre, tuvo también sus propios particularidades.

Primero, fue una revolución socialista que ganó la victoria sin recurrir a la guerra civil, sin resistencia activa por parte de la burgesía. En la historia de Europa, es un fenómeno extremadamente raro, hasta puede llamarse único. Al mismo tiempo, claro, hay que tener en cuenta que la presencia de destacamentos del Ejército Rojo, aunque mantuvieron su completa neutralidad en relación con lo ocurrido, sin duda alguna fue factor disuasivo para una posible resistencia del régimen burgués.

Segundo, esta revolución siendo esencialmente socialista, simultáneamente fue también una revolución antifascista ya que como su resultado fue derrocado una dictadura fascista y se tomaron muchas medidas para liquidar las instituciones del régimen anterior y para romper el antiguo aparato estatal. Por eso, en las primeras etapas de la revolución, antes que todo se realizaron actividades de la índole democrática general.

Como uno de los acontecimientos centrales de la revolución de 1940 hay que considerar las elecciones del parlamento Popular de Letonia ocurridas los días 14 y 15 de Julio de 1940. Participaron en las elecciones 1 181 323 votantes en la edad desde 21 años (94,8% de la población), habiendo entregado por los candidatos del Bloque del pueblo trabajador de Letonia 1 155 807 votos, o el 97,8%. 25 516 votantes votaron en contra.

¿Fueron libres estas elecciones? A ello hay que responder afirmativamente, ya que nadie estaba obligando a los votantes a ir a las urnas electorales, y además el poder nuevo no tenía su aparato represivo que hubiera podido hacerlo. No hubo listados de votantes porque no se habían realizado elecciones durante la dictadura, fue posible votar en cualquier centro de votación y en cualquier distrito electoral, certificando la participación en las elecciones se imprimía una marca en el pasaporte, lo cual excluía posibilidades de una votación repetida.

¿Son auténticos los resultados de las elecciones? Sí, se lo puede comprobar en los documentos de todos los centros y subcentros de votación conservados en los archivos. Además, en los centros de votación, los votos no fueron contados solamente por los comunistas y sus simpatizantes sino también por funcionarios del antiguo aparato estatal y representantes de los círculos burgueses. Fueron centenares. De haber existido falsificaciones de los resultados, esas personas las habrían revelado. Sin embargo, no hay tales revelaciones.

PSL en la actualidad. Lecciones de experiencia histórica

El cuadro histórico general y la situación socioeconómica de Letonia de los años 20 y 90 del siglo pasado se parecen en mucho: descomposición de un gran estado, soberanización de sus partes como formaciones estatales separadas, ruptura de cooperación económica, cierre de empresas grandes, desempleo masivo, represalias de la burguesía victoriosa.

He aquí lo que escribió sobre el Partido Comunista de Letonia "El Calendario del Comunista" en 1925:

"El partido está en clandestinidad y cuenta tan solo con 1000 militantes, pero tiene mucha influencia en las masas proletarias gracias a que en los últimos 18 años estuvo luchando enérgicamente por el interés de la clase obrera. Ha sido el primero en crear núcleos en los sindicados y otras organizaciones proletarias. Edita un medio clandestino que tiene amplia divulgación. La Unión de Juventud Comunista también tiene su medio. El CC edita su periódico en ruso de un tiempo para otro.

La aplicación de un frente unido en muchos aspectos contribuyó al Partido Comunista en su lucha contra los mencheviques, en los sindicados en particilar. Trata también de atraer a los campesinos pobres y a la pequeña burguesía que están muy afectados por la rampante crisis económica".

Es una evaluación muy alta si se toma en cuenta la situación sociopolítica existente en aquel momento. ¿Por qué el Partido Socialista de Letonia no pudo repetir el éxito del Partido Comunista de los años 20-30 en su influencia en las masas obreras, utilizando en su trabajo organizaciones sociales y sindicados, teniendo en cuenta que los comunistas tuvieron que trabajar clandestinos en unas condiciones mucho más duras? Al mismo tiempo, el número de militantes en el momento de liquidación del poder Soviético en Letonia, en 1920, fue menor del año 1991 y las represalias del gobierno burgués fueron mucho más duras. De hecho, las fuerzas victoriosas de 1991 tomaron medidas para la prohibición del Partido Comunista, con los castigos "puntuales" de los dirigentes y con la llamada "lustración" del activo de mayor capacidad. Derrocaron la base socialista y las conquistas del estado socialista.

Además de las particularidades mencionadas en las páginas de RCI de las ediciones anteriores, las particularidades de la situación de Letonia tales como la división étnica de la clase obrera, la deindustrialización deliberada de la economía y las particularidades de la reinstalación de la propiedad durante la denacionalización, que en su conjunto causaron la pérdida de la conciencia clasista en una masa considerable de los trabajadores, es posible señalar unos factores más que dificultaron seriamente el trabajo corriente del partido en el medio de los trabajadores.

  • Causas psicológicas. La composición cualitativa de los comunistas de la parte avanzada de la clase obrera en el plano moral y de voluntad fue mucho más alto a comienzos del siglo pasado. Мuchos activistas de aquel tiempo habían comenzado a luchar en la época de las manifestaciones revolucionarias del año 1905, posteriormente templados durante el período revolucionario de 1917 y de la guerra civil. La mayoría de los representantes del Partido Comunista y de la clase obrera, a finales de los años 80, se educaron como personalidades en el perído de paz de posguerra, en la atmósfera de altas garantías sociales recibidas simplemente como un hecho dado del régimen socialista, sin lucha ni protestas características para los países capitalistas.
  • Las organizaciones sociales, los sindicados del período de la URSS fueron formaciones bastante formales que resultaron sin ninguna preparación para trabajar en las condiciones nuevas. Los sindicatos, por ejemplo, tuvieron durante el período Soviético, la llamada estructura "vertical y de ramas" – tanto el Ministro como los dirigentes de empresas y los obreros siendo miembros de la misma unión. En el régimen socialista, ello no tenía mucha importancia principal, ya que hubo medios suficientes para proteger el interés y los derechos de los obreros en el caso de haberlos violado. Después de la revancha capitalista, dichos sindicados fueron controlados por el poder burgués, resultando incapaces en absoluto inclusive en la defensa del interés económico de sus miembros. Además, el poder nacionalista burgués trató bastante rápido de realizar la deindustrialización, existiendo de hecho sindicados más o menos numerosos tan solo en las organizaciones presupuestarias del tipo de educación o salud pública, permaneciendo sus líderes "bien alimentados" en dependencia del poder local y del gobierno. El PSL, en los años 90, pudo realmente apoyarse solamente en las organizaciones cuyos militantes habían pasado una dura escuela de vida: Organización de luchadores de la coalición antihitleriana de Letonia, de los veteranos de la guerra Soviético-Afgana, de los participantes del bloqueo de Leningrado. Pero el número de militancia de dichas organizaciones viene disminuyendo por causas naturales, como también sus posibilidades de influencia en la sociedad.
  • El mayor potencial de protesta, en cualquier país, lo tiene la juventud. Letonia es uno de los líderes de Europa en cuanto al envejecimiento de la sociedad. Varios factores contribuyeron a ello: el "eco" demográfico de la Segunda guerra mundial intensificado por la disminución de la fecundidad de los años 90, posteriormente, después de la incorporación de Letonia en la UE – la migración laboral masiva de los jóvenes al extranjero. Ocurrieron cambios importantes en la composición profesional de los trabajadores, el sistema de preparación de especialidades obreras quedó prácticamente destruido, como resultado de lo cual personas de edad de prejubilación, jubilados y empleados invitados de afuera trabajan en los restos de las empresas industriales. Estas categorías de trabajadores objetivamente no tienden a organizarse ni expresar algún tipo de protestas.
  • La educación escolar en la esfera de asignaturas sociales tiene un claro o indirecto enfoque anticomunista y nacionalista, declarando la necesidad del "entendimiento único de la historia" y de la "memoria social común". Este proceso de tratamiento de la generación en crecimiento había sido algo más lento en las escuelas del idioma de instrucción parcialmente ruso, lo que fue una de las causas principales de liquidación de las mismas.
  • Después de la descomposición de la Unión Soviética, el poder en Letonia se ha reservado para los partidos burgueses de derechas que sin desvíos realizan una política coordinada de la división de los trabajadores según su etnicidad, de la aplicación activa de la fuerza de la ley inclusive contra los intentos de comparaciones públicas de la situación de los trabajadores de la república en la sociedad actual y en la Soviética (se ha establecido responsabilidad penal por expresiones públicas positivas sobre el período socialista). El antisovietismo agresivo interpretado por políticos burgueses se ha hecho indicio obligatorio del patriotismo nacionalista, como también lo es la aprobación incondicional de la rápida militarización del país y su transformación en la primera "trinchera" de la OTAN en la frontera del Este de la Unión Europea. Los políticos reinantes no se ocupan absolutamente del grado de alejamiento de ello y el interés vital esencial de la mayoría de la población de Letonia. Al contrario, implantando, en la sociedad, un ambiente de sospecha y desconfianza mutua, las autoridades burgueses de Letonia tratan de equiparar toda crítica en su dirección a la manifestación de la deslealtad hacia el estado de Letonia, utilizándolo para retener las palancas de poder en sus manos.

La experiencia histórica es valiosa en todas sus manifestaciones, hay que estudiar atentamente no solo los logros de los revolucionarios del pasado sino también sus errores para no volver a cometerlos. Por ejemplo, ya en 1923, en el VII congreso del PCL se criticó las tendencias de vanguardia - tentativas de contraponerse al papel dirigente del partido y a su orientación política, que habían surgido en las filas de la juventud comunista, sobre todo entre los militantes de la organización de Riga de la UJCL. También el PSL en su trabajo con las organizaciones juveniles actuales no ha podido evitar tendencias similares.

Sigue siendo actual la tarea de intensificación de la lucha política-ideológica y de masas y de coordinación de los esfuerzos y acciones conjuntas con la participación de trabajadores que están bajo la influencia de otros partidos, incluyendo los socialdemócratas ("Concordia") y el partido que defiende el interés democrático general de la minoría rusohablante, que se encuentra actualmente en las condiciones de discriminación étnica y lingüística ("Unión Rusa de Letonia").

La atenuación de la lucha revolucionaria durante los períodos de estabilización del capitalismo ocurrió regularmente en el pasado. Sin embargo, no es posible eliminar las crisis capitalistas, y alguna vez la crisis podrá lograr el nivel de una situación revolucionaria en uno o varios países. En este aspecto hay que prestar atención a la experiencia positiva de trabajo de la Comintern referente a la coordinación del trabajo de los partidos comunistas y obreros. Es muy considerable el papel jugado por la Comintern en la organización del trabajo del Partido Comunista de Letonia, en los años 20-30 del siglo pasado, sus representantes tomando parte en los congresos, compartiendo experiencias, ayudando en cuestiones teóricas y organizativas.

Es bastante obvio que a la par con la lucha cotidiana por los derechos sociales y económicos de los trabajadores, los partidos comunistas y obreros tienen por delante la tarea de luchar bajo todas las condiciones y estar preparados para un desarrollo similar de acontecimientos. Preparados intelectual, teórica y organizativamente, disponiendo de reservas personales partidistas que posean hábitos de dirección estatal y económica. Es necesario pensar en coordinar esfuerzos en esta preparación, y la experiencia de la Comintern, claro, teniendo en cuenta las particularidades actuales (globalización, nuevas posibilidades de intercambio informático, etc.), puede ser útil para realizar esta tarea.