El KKE, estudiando la experiencia valiosa de la Revolución de Octubre, el legado de Lenin y la experiencia del Movimiento Comunista Internacional, ha expresado las conclusiones en una serie de elaboraciones y documentos (Estudio sobre las causas del derrocamiento del socialismo, en 1995; Resolución sobre la experiencia de la URSS y la construcción socialista y las causas del derrocamiento del socialismo, 18º Congreso, 2009; conferencia nacional sobre la historia del Partido, en 2011; elaboración de un nuevo programa y estatutos, 19º Congreso, 2013).
Hemos llegado a la conclusión fundamental que la determinación del objetivo político, el poder obrero, debe hacerse en base a la definición objetiva del carácter de la época que se determina por el movimiento de la clase que objetivamente está en primer plano del progreso social.
Estodefine el carácter de la revolución y no la correlación de fuerzas, según dicen otros Partidos Comunistas.
Por supuesto, la correlación de fuerzas entre las dos clases rivales básicas, la burguesía y la clase obrera, así como la postura de las capas medias, es un factor decisivo respecto el momento oportuno para la revolución socialista. En este sentido, un partido comunista debe tomar en cuenta la “correlación de fuerzas de clase”, en sentido leninista, es decir, cuál es la relación de las clases con el poder.
El Partido Comunista al mismo tiempo debe tomar en cuenta y evaluar la correlación de fuerzas en el movimiento obrero, los movimientos de sus aliados sociales, como un elemento necesario para hacer posibles maniobras adecuadas, para desarrollar consignas, para que las masas, a través de su propia experiencia, entren en la lucha por el poder.
Sin embargo, esto no puede servir en ningún caso como coartada, para la sumisión, participación o tolerancia del movimiento obrero y comunista a cualquier forma de gobierno burgués en el marco del capitalismo.
En Grecia, en los últimos años de la crisis, hanflorecido todo tipo de fabricaciones ideológicas burguesas y oportunistas. Ha tenido lugar y sigue hasta hoy día un gran debate acerca de la necesidad de la formación de un gobierno de “izquierda”, “progresista”, “democrática”, “antiderecha”, “anti-memorandum”, “patriótico”, “nacional”, “universal” (todos estos nombres se han utilizado para describir tales gobiernos) como una propuesta inmediata de salida de la crisis económica y de la política antipopular.
Estas propuestas se hacen tanto por los partidos burgueses tradicionales como por otros partidos burgueses recién fundados y por partidos que pertenecen a la “izquierda” del espectro político. El movimiento obrero debe rechazar todas estas trampas de manipulación de la lucha obrera y popular y de asimilación del movimiento.
Por supuesto están presentes los “mencheviques” contemporáneos no arrepentidos y otros “comunistas tardíos” que, aparte de otras cosas, siguen el desarrollo del pensamiento revolucionario retardado. Presentan de manera ahistórica las elaboraciones leninistas que datan antes de la revolución democrática burguesa en febrero de 1917 en Rusia, respecto la posibilidad de un gobierno temporal de obreros y campesinos, es decir cuando el poder zarista todavía no fue derrocado. Pero ¿qué tiene esto que ver con la situación actual?
Es innegable que en aquel entonces las condiciones estaban totalmente distintas, ya que se trataba de una situación revolucionaria, con el pueblo organizado en los soviets, armado, con un estado burgués que todavía no había tenido tiempo para formar el total de sus mecanismos.
En las condiciones actuales de la situación no revolucionaria, de un poder burgués establecido desde hace muchas décadas, con un estado burgués totalmente organizado, el objetivo de formación de un gobierno temporal transicional, es esencia significa un período de cooperación con fuerzas burguesas con el fin de proporcionar al capitalismo espacio para respirar, para que el sistema supere las dificultades temporales o más generales.
Además, lo que es aún más importante, ¿por qué es necesario que el movimiento revolucionario generalice un pensamiento que tenía que ver con una posibilidad que de hecho ni siquiera fue realizada, y no se generalice la estrategia de Lenin y de los bolcheviques que realmente llevó a la victoria?
Por supuesto, todos los “bien intencionados” hoy día no dicen nada respecto las posiciones y acciones políticas de Lenin, a partir de abril, después de la caída del zarismo, declarando la revolución socialista victoriosa en Rusia, y dirigiendo por primera vez en la historia al proletariado a tomar el cielo por asalto y al predominio de la revolución, rompiendo el hielo, forjando y abriendo el camino para el socialismo-comunismo.
La experiencia histórica nos enseña que los primeros gobiernos “obreros”, “de izquierdas” fueron establecidos por partidos socialdemócratas o como gobiernos de coalición de partidos socialdemócratas con otros partidos burgueses. No existe ni un caso en la historia del movimiento obrero internacional y en aquel período, es decir después de la I Guerra Mundial, que estos gobiernos no surgieron como consecuencia de las maniobras de la burguesía para confrontar el levantamiento revolucionario, para asimilar el descontento obrero y popular en condiciones de una crisis económica muy profunda, antes o después de la guerra.
El objetivo de tal gobierno “de izquierdas”, “obrero” en el marco del poder capitalista, sin el derrocamiento revolucionario, mediante procesos parlamentarios, fue adoptado a continuación por partidos comunistas como un objetivo intermedio con medidas transitorias. El objetivo de este, como se creía, era facilitar la lucha por el socialismo y solucionar ciertas demandas populares apremiantes.
Pero la experiencia, en todos los lugares, ha demostrado que a pesar de las buenas intenciones de los partidos comunistas, no sólo no han logrado ni siquiera abrir una ventana, ni mucho más abrir el camino hacia el socialismo, ni siquiera asegurar la estabilización de ciertas conquistas del movimiento popular.De la experiencia de varios países, en algunos antes y en otros después de la II Guerra Mundial hasta el presente, partidos comunistas se han encontrado desarmados a nivel organizativo, ideológico y político.
La experiencia histórica y la importancia de la gran Revolución de Octubre son incomparables. Ha confirmado que la salvación de la clase obrera y de las demás capas populares en condiciones de crisis económica y política capitalista, en condiciones de guerra imperialista es posible solamente a través del camino de derrocamiento del poder y de la propiedad capitalista que, por supuesto, presupone el debilitamiento, la quiebra completa tanto de sus diversas formas “izquierdas” mediante las tendencias peligrosas del reformismo-oportunismo peligroso y de la “izquierda gobernante”, que en Grecia está expresada por SYRIZA así como por sus diversos satélites, como son la Unidad Popular (LAE), ANTARSYA y otros grupos marginales en cantidad y calidad que les ofrecen la pretexto de una supuesta ampliación.