El proceso de construcción socialista y nacional en Kazajistán y Asia Central. Conclusiones actuales


Ainur Kurmánov, Copresidente del Movimiento Socialista de Kazajistán

Una diferencia notable entre la construcción socialista en Kazajistán y en Asia Central es que tuvo lugar en una sociedad en la que existían muchas formas precapitalistas, tanto feudales como ancestrales. Esta peculiaridad del débil desarrollo de las relaciones capitalistas dejó su huella en la política posterior del Estado soviético, que siguió el camino de la creación de nuevas naciones y entidades republicanas autónomas en tales condiciones.

 De hecho, esta periferia del antiguo Imperio Ruso, gracias a la revolución de octubre, saltó a la fase capitalista de desarrollo, cayendo inmediatamente en el sistema socialista. Y no hay nada en esto que contradiga el programa bolchevique destinado a modernizar el país sobre una nueva base.

La clase obrera victoriosa, a través de su estado, siguió una política civilizadora, no sólo arrastrando a las atrasadas regiones orientales y asiáticas del país hasta el nivel de su parte europea, sino creando allí nuevas zonas industriales y agrícolas, construyendo cientos de ciudades, miles de pueblos, escuelas, hospitales y universidades, extendiendo los ferrocarriles y construyendo centrales eléctricas. La vecina Mongolia también experimentó el mismo desarrollo civilizador.

Incluso ahora, tras la restauración del capitalismo y la catastrófica destrucción de la URSS, las antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central no han experimentado un retroceso definitivo. En los actuales estados independientes todavía existen algunas conquistas, empresas y ciudades, así como fundaciones educativas y culturales que dan esperanza a las futuras generaciones en la época de una nueva crisis revolucionaria para utilizar la experiencia pasada para el renacimiento y el posterior desarrollo.

Nuestra tarea es analizar los procesos de construcción nacional y estatal que tuvieron lugar en ese momento en el marco del desarrollo socialista general y hacer nuestra valoración de ese período, para utilizar esta experiencia y desenmascarar los mitos liberales y nacionalistas sobre ese período.

Establecimiento del poder soviético en Asia Central y la primera República Soviética del Turquestán

Kazajistán y Asia Central eran regiones remotas, atrasadas y periféricas del Imperio Ruso donde, si el capital ruso e inglés penetraba, era con el propósito de explotar las materias primas de la región para la exportación de minerales: plomo, zinc, oro, bauxita y algodón. Hasta cierto punto, se desarrollaron las zonas industriales de la región de Kazajistán Oriental y Turquestán con centro en Taskent.

Especialmente difícil era la situación de los pueblos autóctonos que habitaban estos territorios, que sufrían una doble opresión, tanto por parte del capital ruso y extranjero y de la administración zarista, como de su élite feudal bai. No debemos olvidar que, en el territorio de las actuales Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán, además del territorio del Turquestán, existían el Kanato de Corasmia (Jiva) y el Emirato de Bujará como protectorados de la monarquía rusa.

A pesar de que todos los habitantes de la región eran ciudadanos rusos, la desigualdad se manifestaba en todo, tanto en la división de clases como en la pertenencia a una confesión religiosa, así como en los privilegios y los salarios. Por ejemplo, antes de la revolución de 1917, en la región de Sir Daria, en el Turquestán, el proletario ruso cobraba 90 kopeks al día por el mismo trabajo en la producción, el uzbeko 86 kopeks, y el kazajo y el kirguiso 69 kopeks. En otras palabras, bajo el zarismo, los kazajos eran considerados de la clase baja [1], ni siquiera de segunda clase.

También es bien sabido que el régimen zarista expulsó a los kazajos de las mejores tierras. Sólo en el período comprendido entre 1890 y 1915, alrededor de 20 millones de hectáreas les fueron arrebatadas. Y en los diez años que precedieron a la Primera Guerra Mundial (1903-1912), la población kazaja, que entonces era denominada kirguís, disminuyó un 9%. En 1916, durante el levantamiento de los kazajos y kirguisos contra la movilización para los trabajos de la retaguardia, la población local se enfrentó también a las expediciones punitivas de las tropas zaristas.

La Gran Revolución Socialista de Octubre de 1917 cambió inmediatamente el modo de vida y el equilibrio de poder entre clases en Kazajistán y Asia Central. Tras el establecimiento del poder soviético, los bolcheviques iniciaron un debate sobre la construcción de nuevas entidades estatales autónomas sobre una base republicana, aunque el propio proceso de formación del poder soviético y las primeras transformaciones socialistas en la región del Turquestán y la Estepa tuvieron lugar en una situación difícil, en una tensa lucha política interna entre partidarios y opositores del socialismo.

El Partido Bolchevique del Turquestán, apoyado por la Guardia Roja y los soldados revolucionarios de las guarniciones militares de Taskent, Verny (actual Almaty), Asjabad, Perovsk (actual Kyzylorda), Aulie-Ata (actual Taraz) y otras ciudades, reprimió las acciones contrarrevolucionarias de los destacamentos armados de la burguesía local y del clero reaccionario musulmán, círculos oficiales de la antigua administración colonial. En la primavera de 1918, la lucha por el poder en la región del Turquestán había concluido en su mayor parte y se estableció un nuevo sistema social en forma de sóviets de diputados obreros, soldados y musulmanes.

El 30 de abril de 1918 se inauguró en Taskent el V Congreso Regional de los Sóviets del Turquestán. Junto con los delegados de las regiones, participaron en sus trabajos 120 representantes de la población autóctona local: uzbekos, kazajos, turkmenos y tayikos. El informe principal sobre las tareas de los bolcheviques en la aplicación de la política nacional en la región fue realizado por el comisario extraordinario del Comité Central del PCR (b) y del SNK [2] de la RSFSR para Asia Central, P. A. Kóbozev.

El Congreso decidió crear la República Autónoma Socialista Soviética del Turquestán (RASST) como parte de la RSFSR. Un telegrama a Moscú aseguraba que “todas las consignas revolucionarias se llevarán a cabo con firmeza y constancia aquí en el Turquestán” [3]. La creación de la RASST encajaba en el principio de autonomía territorial defendido durante mucho tiempo por los bolcheviques. En concreto, la RASST no estaba asociada a ningún grupo étnico concreto, sino que era una unidad económica y geográfica específica con una población multiétnica.

Así se dio el primer paso de los bolcheviques hacia la autonomía de la región, que se convirtió en una experiencia inestimable de construcción soviética y en la base para la formación de nuevas repúblicas soviéticas en Asia Central en el futuro.

Ya en 1919, con el cambio de dirección en la política de los bolcheviques para adoptar un sistema etnofederal para la Rusia soviética, fue necesario también revisar los principios de la estructura territorial del RASST. El 15 de enero de 1920, la Comisión del Turquestán aprobó una resolución que proponía la reagrupación administrativa del Turquestán de acuerdo con las condiciones etnográficas y económicas de la región. Identificó tres grupos principales de pueblos que podrían convertirse en la base de nuevas unidades etnopolíticas en la RASST: uzbekos, kazajos y turkmenos.

En aquel momento, se dio un debate dentro del PCR (b) entre las dos visiones principales para el desarrollo posterior de la autonomización soviética. La primera se basaba en la formación de una Federación centralizada, en la que entrarían como autonomías todos los sujetos surgidos en el curso de 1917-1920, seguida de la división en grandes regiones económicas. Dentro de dichas regiones podrían desarrollarse autonomías nacionales y culturales. Según uno de estos proyectos, en particular, debían formarse dos grandes regiones en el territorio de la RASSK, con centros en Oremburgo y Semipalátinsk. El Turquestán y el Cáucaso debían convertirse en regiones unificadas.

La segunda opción suponía, por el contrario, la aplicación activa de los principios de la autonomía nacional-estatal, continuando en cierta medida la política que dio la independencia a las periferias occidentales del Imperio Ruso, es decir, Finlandia, Polonia y las repúblicas bálticas. El modelo tenía también dos “ramas”: en primer lugar, la política exterior de expansión para unirse a la Confederación Soviética de las futuras repúblicas soviéticas del Este y del Oeste y, en segundo lugar, la división de la RSFSR en repúblicas europeas y asiáticas construidas, según los autores, sobre los principios del panislamismo y el panturquismo.

Incluso se pretendía crear un partido comunista musulmán dentro del PCR (b) que, durante un breve periodo en 1918-1919, se crease sobre la base de las secciones musulmanas del Partido y, opcionalmente, una RSS de Turán separada, que incluyese Kazajistán, Turquestán, Baskiria, Tartaristán y otras regiones de habla túrquica del antiguo Imperio.

Según el historiador kazajo Daniyar Ashimbayev, esa opción "panturquista" era imposible e incluso contradecía las directrices del programa de los bolcheviques, y además contribuía al fortalecimiento del islamismo en la región, lo que podría acabar minando la posición del gobierno soviético.

“Este modelo estaba en contradicción fundamental con los principios internacionalistas de los comunistas, podía estimular no tanto la construcción soviética como el crecimiento del sentimiento religioso, y se ajustaba demasiado a los intereses geopolíticos de Turquía, que promovía tanto por sí misma como en alianza con Alemania. En cualquier caso, la política nacional del PCR (b) se basaba en complejos equilibrios entre estos modelos. Y si la República Socialista Federativa Soviética de Transcaucasia se creó con el objetivo de hacer frente al nacionalismo local y a la supresión de los focos de tensión en Abjasia, Karabaj y Osetia del Sur, ese Turquestán de los años 1924-1925 se dividió debido a las contradicciones entre los pueblos que lo habitaban, el crecimiento del nacionalismo local —kazajo, uzbeko, kirguís, tayiko, turkmeno— y la posibilidad de crear nuevas naciones soviéticas para socavar los fundamentos ideológicos del panturquismo y el panislamismo en la región.”, escribe Daniyar Ashimbayev [4].

Es por eso que, en su opinión, el gobierno soviético decidió traducir los alfabetos de los pueblos asiáticos de la URSS al latín para “no solo introducir un alfabeto occidentalizado en interés del futuro país global soviético, sino también para romper los lazos culturales e históricos con la antigua herencia, principalmente árabe y turca”  [5].

Por lo tanto, a finales de 1919 y principios de 1920, el Partido eligió finalmente el camino de la creación de nuevas naciones soviéticas y, en consecuencia, de autonomías nacionales-estatales en la región del Turquestán y la Estepa de Asia Central.

La política bolchevique de ayuda a la construcción de la nación soviética y el movimiento hacia el Este

A pesar de que el PCR (b) aprobó la línea de crear repúblicas nacionales soviéticas, hubo muchos problemas durante su implantación, ya que se identificaron dos tendencias extremas. Por un lado, empezaron a aflorar los llamados sentimientos de gran potencia entre la parte del aparato del partido que infravaloraba el proceso de construcción nacional; y, por otro, aparecieron los “nacionalistas” soviéticos locales.

Hubo otro enfoque más radical e incorrecto, que se asoció a la negación total de la necesidad de implicar a los rusos, ucranianos y otros trabajadores soviéticos de nacionalidades europeas en el desarrollo de la región. Esta opinión fue expresada, en particular, por el famoso revolucionario kazajo y líder del Consejo de Comisarios del Pueblo del Turquestán, Turar Ryskulov. Sin embargo, sus llamamientos a retirar del Turquestán a todos los comunistas “infectados por la colonización” y a confiar únicamente en el personal local no encontraron apoyo entre los miembros de la Turkcomisión. Además, la aplicación de sus llamamientos era imposible, ya que conduciría a un colapso total de la política soviética en la región.

Lenin tenía un enfoque mucho más sensible en esta cuestión. La URSS se fundó originalmente como una Unión de 4 estados iguales en diciembre de 1922. En esta etapa, el Turquestán (principalmente los actuales Turkmenistán, Uzbekistán, Kirguistán y el sur de Kazajistán) y la RASS de Kazajistán (los actuales Kazajistán del Norte y Central) seguían siendo repúblicas autónomas dentro de la RSFSR, mientras que las repúblicas de Bujará y Corasmia eran estados independientes.

Lo más importante es que el enfoque bolchevique tenía como objetivo estricto y fundamental ayudar al desarrollo de los estados nacionales. Los grupos étnicos y las nacionalidades, que eran más de 130 en el territorio de todo el antiguo Imperio Ruso, recibieron sus propios territorios con cierto grado de autonomía. Se prestó ayuda para el desarrollo de la lengua nacional, se formó a profesores locales y se fundaron escuelas nacionales. En el curso de la política de “korenización” (nativización de la política local) se nombraron representantes de los pueblos autóctonos para ocupar puestos en la administración y en el partido.

En 1920, como resultado de la operación del Ejército Rojo, diseñada por Frunze, y del levantamiento de las masas en Bujará y Jiva, se abolieron las monarquías y se formaron nuevas repúblicas soviéticas populares.

Un ejemplo llamativo de esta práctica es la formación de la República Soviética Popular de Corasmia en el territorio del actual Turkmenistán. La RSFSR renunció a todas las reclamaciones y derechos sobre el territorio, reconoció la plena independencia de Corasmia y ofreció una alianza económica y militar voluntaria, y ayuda para el desarrollo económico y cultural, incluyendo la educación y la alfabetización. Todas las propiedades, tierras y derechos de uso que antes pertenecían al gobierno ruso, a los ciudadanos rusos y a las empresas rusas se transfirieron al nuevo gobierno de Corasmia sin ninguna compensación. Se comenzó a trabajar en la apertura de nuevas escuelas para niños y adultos y en la primera Universidad Nacional de Corasmia. Se llevó a cabo la reparación de canales, la construcción de puentes y la ampliación de la red telegráfica.

Incluso en el caso de la cuestión de la religión, el enfoque de Lenin no era oponerse a la religión como tal, sino ponerse del lado de los que sufrían su influencia reaccionaria. Esto era especialmente evidente en el caso de las mujeres. Se prohibieron la poligamia, la compra de esposas y el divorcio por iniciativa unilateral del hombre. Se crearon escuelas orientadas a las mujeres y se les animó a participar en la vida pública. Se proporcionó ayuda para la creación de cooperativas textiles para que las mujeres pudieran ser económicamente independientes.

Sin embargo, la destrucción del Emirato de Bujará y del Kanato de Corasmia (Jiva) y la creación de repúblicas soviéticas populares sobre su base tenían sus propias razones de política exterior por la necesidad de extender la revolución mundial hacia el Este. Existe correspondencia entre Mijail Frunze y Vladimir Lenin, la dirección del PCR (b) y la RASS del Turquestán, que relacionaban el resultado de la operación en Bujará desde el punto de vista de la situación militar y política en el mundo musulmán, ya que la creación de nuevas repúblicas soviéticas debía contribuir al desarrollo exitoso de la política bolchevique en Persia, Turquía, Afganistán y la situación en Xinjiang.

En este sentido, el Turquestán soviético y las recién formadas repúblicas soviéticas populares de Bujará y Jiva se convirtieron en un trampolín para llevar la revolución mundial a través de Afganistán, donde se estableció un régimen amigo de la Rusia soviética, al territorio de la India para luchar contra Gran Bretaña. Además, las repúblicas soviéticas entre la población musulmana de Asia Central fueron un arma propagandística muy importante para despertar a los pueblos de Oriente con el fin de destruir la periferia colonial de los imperios. No es casualidad que el I Congreso de los Pueblos de Oriente, organizado por la Internacional Comunista, tuviera lugar en Bakú del 1 al 10 de septiembre de 1920.

La formación de la RASS Kazaja (Kirguisa)

Los nacionalistas burgueses kazajos de la rama del partido de los kadetes, que parloteaban sobre la autonomía, se habían puesto desde la guerra civil inequívocamente del lado de la contrarrevolución y de los ejércitos blancos. Se trata sobre todo del partido Alash Orda, la rama kazaja del partido de los kadetes. El 5 de noviembre de 1919, el Consejo Militar Revolucionario, firmado por el comandante M. Frunze, declaró la amnistía para Alash Orda, liberando de responsabilidad a todos los antiguos opositores armados. En 1920, Alash Orda pasó a formar parte del gobierno revolucionario kirguís (kazajo) con la pérdida de todas sus leyes aprobadas anteriormente y, como tal, el partido terminó su existencia. A partir de este momento, comienza la historia del Kazajistán soviético y la formación de una República Autónoma dentro de la RSFSR.

El 26 de agosto se cumplen 100 años de la formación de la República Autónoma Socialista Soviética de Kazajistán, cuyo decreto de creación fue firmado por el Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo, Vladimir Lenin, y el Presidente del Comité Ejecutivo Central, Mijail Kalinin. Fueron los bolcheviques quienes estuvieron en el origen de la creación del estado nacional soviético kazajo.

Entre finales de 1918 y principios de 1920, se llevaron a cabo intensos trabajos preparatorios para formar la autonomía soviética kazaja. El 10 de julio de 1919 se formó el Comité Revolucionario Kazajo (Kazrevkom) para gestionar la región. Durante la guerra civil, el Kazrevkom concentró en sus manos el máximo poder civil-militar. Una tarea importante del Kazrevkom fue la de conformar la integridad territorial de la futura autonomía soviética kazaja.

Incluso antes, la región del Turquestán del antiguo Imperio Ruso se había convertido en 1918 en la República Autónoma Socialista Soviética del Turquestán con capital en Taskent, que incluía las regiones de Zhetysu (Semirechye) y Sir Daria. Pero como resultado de la victoria de los bolcheviques en la guerra civil, la cuestión de la formación de una república soviética kazaja separada se abrió paso.

El 26 de agosto de 1920 entró en vigor el Decreto sobre la formación de la República Autónoma Socialista Soviética de Kazajstán. El 4 de octubre de 1920 se celebró en Oremburgo el Congreso Constituyente de los Sóviets de la RASSKaz. El Congreso adoptó la “Declaración de los derechos de los trabajadores de la RASSKaz”, que hizo las veces de Constitución y garantizó amplios derechos políticos a los trabajadores de Kazajistán. Oremburgo fue declarada capital de la región autónoma.

La desvinculación nacional de 1924-1925

Algunos funcionarios del partido, procedentes de pueblos autóctonos, propusieron unir las repúblicas del Turquestán, Bujará y Corasmia en una única federación, similar a la federación de la RSFSR. Sin embargo, esta propuesta fue rechazada. La propia idea de crear repúblicas nacionales para uzbekos y turkmenos fue cuestionada por varias personalidades locales, ya que, en su opinión, no existían tales naciones, y la introducción de tales categorías sería un acto artificial.

A pesar de tales sentimientos, como resultado de la línea victoriosa de crear repúblicas nacionales, a finales de abril de 1924, el Buró Central del PCR (b) formó una Comisión Especial, que nombró subcomisiones turkmenas, uzbekas y kazajas para representar los intereses de sus respectivas comunidades.

“La iniciativa del Kremlin de unir las localidades uzbekas de Asia Central en una única república nacional uzbeka no fue recibida positivamente por las élites uzbekas soviéticas de la RASST y la RASSK. El único grupo político uzbeko que apoyó plenamente en el Kremlin el proyecto de un estado nacional uzbeko desde el principio fue la dirección soviética de Bujará bajo la dirección de Fayzulla Joyáyev. El proyecto uzbeko del Kremlin fue apoyado en gran medida por los activistas del partido en Taskent”, escribe el historiador Grigor Ubiria [6].

El objetivo de la reorganización planificada no era crear unidades políticas étnicamente homogéneas, sino asegurar que, en cada república y región recién formadas, la nacionalidad titular constituyera una mayoría numérica. El principio nacional debía ser el criterio rector de la Comisión Territorial para determinar las fronteras proyectadas entre las Repúblicas de Asia Central.

Durante la creación de las nuevas naciones soviéticas, hubo constantes problemas y disputas tanto por los territorios como por la pertenencia de ciertos grupos étnicos.

Sin embargo, la Comisión también debía tener en cuenta los principios socioeconómicos. Durante la implantación de la reorganización nacional, también hubo una división económica. Es decir, las fábricas, las zonas agrícolas, la ganadería y las instituciones culturales y educativas se repartieron entre las antiguas repúblicas de tal manera que, tras la división, cada una de ellas dispusiera de los recursos materiales suficientes y necesarios para un desarrollo económico y cultural satisfactorio.

Como resultado de la reorganización nacional en 1924-25 surgieron la RSS de Uzbekistán, la RSS de Turkmenistán, el Óblast Autónomo de Karakalpakia (en 1930 elevada al rango de RASS de Karakalpakia), el Óblast Autónomo de Kara-Kirguís (el 25 de mayo de 1925 fue renombrado Óblast Autónomo Kirguís, y el 1 de febrero de 1926 se convirtió en la RASS de Kirguistán) y la RSS de Tayikistán. Dos regiones de la abolida República Soviética del Turquestán fueron asignadas a la RASS de Kazajistán. En consecuencia, en 1924 dejaron de existir las repúblicas soviéticas de Bujará y Corasmia, cuyos territorios pasaron a formar parte de la RSS de Turkmenistán, la Región Autónoma de Karakalpakia, la RSS de Uzbekistán y la RSS de Tayikistán.

Posteriormente, el estatus de estas repúblicas también aumentó. Así, desde 1925, Uzbekistán recibió el estatus de República Soviética independiente, mientras que la RASS de Karakalpakia se convirtió en República Autónoma en 1936. Ese mismo año, la RSS de Turkmenistán recibió este estatus. En 1929, se formó la RSS de Tayikistán. En 1936, la RSS de Kazajistán y la RSS de Kirguistán se convirtieron en repúblicas separadas de la Unión. Justo ese año, en relación con la adopción de la nueva Constitución de Stalin, se formaron por fin las cinco repúblicas de Asia Central de la Unión Soviética.

Esta división nacional, que condujo a la creación de nuevas nacionalidades soviéticas y, en consecuencia, de Repúblicas de la Unión y Autónomas, es una consecuencia directa de la política nacional de los bolcheviques de Lenin y estaba subordinada al objetivo de la construcción socialista.

La hambruna de 1932-1933 en la RASS kazaja

En la actualidad, Kazajistán, al igual que Ucrania, se caracteriza por el tema de la hambruna de principios de la década de 1930, que es utilizado activamente por la propaganda burguesa del gobierno, los liberales y los nacionalistas con el fin de presentar a los bolcheviques como organizadores de un genocidio selectivo de la población local. A la hora de analizar la construcción nacional y socialista en Asia Central, es imposible eludir este tema, y es necesario dar una respuesta a ello.

La hambruna como política de exterminio de los kazajos es atribuida por los nacionalistas modernos a todo el estado soviético desde su misma fundación y a Lenin directamente, aunque fue junto con Kalinin quien fomentó la formación de la República Autónoma Socialista Soviética de Kazajistán en agosto de 1920. Y, en su opinión, la política de genocidio duró supuestamente desde el momento posterior al final de la guerra civil hasta 1933. Evidentemente, exageraron las fechas y los datos e intentaron vincular y relacionar directamente la hambruna de 1921, causada por la sequía, con la hambruna de 1932-33.

Los anticomunistas modernos operan sólo con cifras firmadas por Goloshchekin, el secretario de la organización regional del partido, sobre la reubicación de 5-10 mil familias de bais desalojadas, 400 granjas de nómadas, 300 de seminómadas y 150 asentamientos. Pero no se menciona ni se informa de millones de muertos en ninguna parte de las estadísticas. Tampoco hay un solo documento firmado por Stalin y Goloshchekin que ordene matar o hacer pasar hambre a los kazajos étnicos. Por el contrario, los documentos citados siempre hacen hincapié en la clara separación de clases de la élite feudal de bais de la masa principal del pueblo que fue explotada sin piedad por los opresores.

Sin embargo, fue la eliminación del ganado, de hecho, de la élite feudal lo que provocó la migración masiva de las granjas de bais junto con una serie de aúles [7] a la vecina China. En aquella época, varios millones de cabezas de ganado junto a su población emigraron al extranjero en solo un año de colectivización. De hecho, esta migración masiva a través de la frontera, así como el sacrificio incontrolado del ganado por parte de los propietarios en el interior del país, condujo en conjunto a la hambruna. La situación se agravó con la aplicación de una política de asentamiento forzoso, cuando se crearon asentamientos permanentes y los kazajos abandonaron la agricultura nómada.

Todo ello fue causado por los excesos y errores de la política de colectivización, que fueron condenados por el partido y el gobierno soviético en los años 30. Naturalmente, nunca ha habido instalaciones para la destrucción selectiva de kazajos o ucranianos. Además, las estimaciones demográficas de las pérdidas durante la hambruna no resisten las críticas, cuando se habla de cifras de 3 a 5 millones de personas sin ninguna estadística.

Algunos nacionalistas afirman que, si no fuera por el “Holodomor”, 90 millones de kazajos vivirían en Kazajistán, lo que es claramente una profanación anticientífica y está exagerado según los patrones ucranianos. El tema del genocidio también queda destrozado por el hecho de que fueron los bolcheviques quienes formaron una República Socialista Soviética kazaja separada en 1936 dentro de sus fronteras actuales. ¿Por qué necesitaban crear otra República de la Unión, si su objetivo era la destrucción total de los kazajos?

El gobierno soviético en Moscú proporcionó una amplia ayuda en 1932-33 a las regiones hambrientas de Ucrania, la región del Volga, los Urales y Kazajistán, pero a veces fue utilizada de forma ineficaz o incorrecta por el personal local del partido y de la economía en la región de la estepa. La prensa soviética también escribió sobre estos hechos al revelar la utilización del pan recibido para otras necesidades o incluso para ayudar a sus familiares, y no para apoyar a la población afectada por la hambruna.

Por lo tanto, estos datos indican la baja calidad de cierta parte de los gestores de la RASS de Kazajistán a nivel de base, que fueron incapaces de hacer frente a las carencias y establecer formas de propiedad colectiva en el momento de la fuerte transformación de la agricultura provocada por la colectivización y la creación de asentamientos permanentes. En consecuencia, debemos considerar todo esto como errores y excesos inevitables en el proceso de construcción socialista acelerada, que surgieron como resultado de la ruptura radical de todo el modo de vida milenario y de la economía nómada.

En cuanto a la hambruna de 1921 y la implicación de Lenin en ella, los hechos muestran un panorama completamente diferente, cuando el líder de la RSFSR, desgarrada por la guerra civil, pudo encontrar formas de apoyar a los habitantes de la región esteparia.

Entonces, para ayudar a la población hambrienta de la RASS de Kazajistán, un decreto del Comité Ejecutivo Central eximió a la población de las zonas pobres del pago del impuesto alimentario. El 14 de junio de 1921, V.I. Lenin firmó el decreto “sobre el impuesto a la carne natural”, según el cual el campesinado nómada y seminómada kazajo estaba exento del impuesto a la carne. En 1922, se destinaron 25 millones de rublos para la compra de maquinaria y herramientas agrícolas, se distribuyeron semillas para sembrar el 60% de la superficie sembrada, se invirtieron 2.131.000 rublos para la compra de ganado, se construyeron 584 orfanatos, y se evacuaron a unos 18.500 niños a la RSFSR. El Comisario del Pueblo de la Seguridad Social de la RASS de Kazajistán estableció la organización de comités campesinos de ayuda mutua [8].

En general, a pesar de las hambrunas de 1921 y 1932-33, el sistema soviético sobrevivió, y estos problemas, el primero relacionado con la sequía, y el segundo con la colectivización forzosa, fueron directamente un factor de atraso extremo y de muy baja productividad del sector agrícola, que debía ser modernizado sobre una base científica y colectiva con la consolidación de las pequeñas explotaciones. Esto se consiguió en los años siguientes de la construcción socialista y eliminó definitivamente el problema del hambre, antes directamente relacionado con los periodos climáticos.

La industrialización de Kazajistán

La transformación política de la sociedad en Asia Central y Kazajstán en la década de 1920 tras la revolución socialista de octubre fue extremadamente progresiva y adelantó en siglos a la arcaica base económica de toda la región, que bajo la NEP (nueva política económica) seguía atrasada y con numerosas estructuras precapitalistas. Por ejemplo, en 1926, Kazajistán, a diferencia de la parte europea de la RSFSR, solo consiguió restablecer el 60% del nivel de la economía anterior a la guerra de 1913, y una parte importante de la ganadería y de la tierra estaba controlada por un pequeño porcentaje de bais y kulaks que ascendieron como consecuencia de las relaciones de mercado.

Esta nueva máquina social necesitaba un potente motor moderno que la impulsase a alcanzar logros sociales sin precedentes y a modernizar las regiones atrasadas. Se necesitaba realizar un cambio radical en los métodos de producción, con la necesidad de concentrar todas las fuerzas productivas en manos de un estado centralizado bajo una única dirección planificada. Esa nueva herramienta o motor solo podía ser la industrialización de la URSS con la consiguiente colectivización de la agricultura, que ya debería haberse producido hace tiempo. En el caso de Kazajistán y Kirguistán, el objetivo era también propiciar el asentamiento de las granjas nómadas, lo que cambió por completo la forma de cultivar.

La adopción y aplicación del primer plan quinquenal acelerado, y luego del segundo, fue una continuación y un nuevo impulso de la revolución socialista, ya que no solo creó una nueva industria y zonas industriales enteras, sino que destruyó por completo las formas de propiedad privada que permanecían en el país desde la NEP. Los primeros planes quinquenales transformaron económica y socialmente la región esteparia hasta hacerla irreconocible, creando industrias completamente nuevas, una nueva clase obrera y una cultura urbana.

En primer lugar, se llevó a cabo un gran complejo de obras para el traslado definitivo de la agricultura de la República a los carriles del socialismo. A través de TOZ y Mulserctics (asociación para el cultivo de la tierra), los campesinos kazajos se trasladaron a las granjas colectivas. Más de 500.000 granjeros kazajos nómadas y seminómadas se trasladaron a los asentamientos. En 1937, al final del segundo plan quinquenal, las granjas colectivas de Kazajstán, que habían unificado el 97,5% de las granjas del país, procesaban el 99,8% de la superficie y producían el 84,4% de la cosecha bruta de cereales. En las granjas colectivas y en las estatales, en otras empresas estatales y cooperativas, así como en la propiedad personal de los agricultores colectivos, había cerca del 99% del ganado [9].

La industria del carbón se desarrolló rápidamente. El 90% de su producción en 1940 correspondía a la cuenca de Karagandá, que se convirtió en la tercera cuenca de la URSS tras el Donbás y el Kuzbas. Kazajistán ocupó el tercer lugar en la producción de petróleo (después de Rusia y Azerbaiyán). La industria química también se desarrolló rápidamente.

La producción de electricidad en la República se multiplicó por 486 en comparación con 1913. Se realizaron importantes progresos en las industrias ligera y alimentaria. Otra característica del desarrollo industrial de Kazajistán durante este periodo fue el protagonismo de la industria pesada, el transporte, especialmente el ferroviario, junto con la metalurgia no ferrosa, el petróleo, el carbón y otras industrias principalmente extractivas.

Entre 1928 y 1940, la red ferroviaria de la República aumentó casi un 50% y alcanzó los 6.581 km. Se construyó el ferrocarril Turquestán-Siberia, que conectaba Siberia con Asia Central, y los principales tramos de la autopista TRANS-Kazajistán, que desempeñó un papel importante en el desarrollo de los recursos naturales de Kazajistán Central. Todas estas líneas de transporte conectaban las regiones de la República con Oremburgo y otras regiones industrialmente desarrolladas de Rusia [10].

Un ritmo de industrialización superior al de toda la Unión sentó las bases para la eliminación de las desigualdades económicas en las repúblicas nacionales antes atrasadas del Este soviético. El desarrollo industrial de Kazajistán a un ritmo tan elevado solo fue posible gracias a la asistencia integral de Rusia, Ucrania y otras repúblicas industrializadas de la Unión Soviética. Esta ayuda tuvo un amplio alcance y diversas formas.

El desarrollo industrial de Kazajistán en 1926-1940 tuvo una serie de importantes consecuencias socioeconómicas, entre las que destacan principalmente su transformación de agrícola a industrial-agrícola, el crecimiento de las ciudades y la proporción de habitantes de las ciudades en la población de la República y la formación de la clase obrera, especialmente de sus cuadros nacionales, el inicio de la creación de la intelectualidad en los ámbitos de la ingeniería y la técnica, así como otros cambios sociodemográficos en la población.

La industria se convirtió en la rama predominante de la economía de Kazajistán. La proporción de sus productos a mediados de los años 30 comenzó a prevalecer y en 1939 alcanzó el 58,9% frente al 41,1% de los productos agrícolas. Se creó y desarrolló rápidamente un poderoso potencial industrial que fue ocupando las primeras posiciones en la Unión Soviética: Kazajistán ocupó el segundo lugar en la producción de metales no ferrosos, el tercero en la producción de carbón y petróleo y el quinto en la generación de electricidad. Todo ello le permitió convertirse en uno de los principales arsenales de la Unión Soviética durante la gran guerra patriótica de 1941-1945. Casi desde cero, de 1926 a 1940, se creó un distrito industrial completamente nuevo en el Kazajistán soviético [11].

Hoy, las autoridades actuales y los nacionalistas intentan restar importancia a estos cambios sin precedentes. En particular, la prensa y los pseudodocumentales afirman seriamente que la causa de la hambruna fue la falta de industrialización en el país, mientras que durante los primeros planes quinquenales aparecieron de la nada gigantes como Balkhashtsvetmet (minería y procesamiento de metales no ferrosos), donde Dinmujamed Kunáyev comenzó su carrera en 1936, el distrito industrial de Karagandá, la zona industrial de la región de Kazajistán Oriental, la planta de plomo-zinc en Shymkent y varias docenas de nuevas ciudades. Durante la gran guerra patriótica, miles de fábricas fueron evacuadas a Kazajistán, por ejemplo, la misma planta de locomotoras de Lugansk, ahora la planta de ingeniería pesada de Almaty.

El desarrollo socialista de Kazajistán continuó después de la victoria del pueblo soviético en la gran guerra patriótica. El presidente de la República Socialista Soviética de Kazajistán durante mucho tiempo, Dinmujamed Kunáyev, durante su discurso en la Academia de Ciencias de Kazajstán en 1992, dijo que solo en el período de 1955 a 1986 se crearon “siete nuevos kazajos”, en términos de producción. Durante este periodo, la renta nacional creció siete veces, la agricultura siete veces, se construyeron 42 nuevas ciudades desde cero y se inauguraron 56 universidades. El número de kazajos étnicos pasó de dos millones y medio a siete millones.

El asentamiento, a pesar de los primeros errores y excesos, también se convirtió en una bendición para el pueblo kazajo, y no al revés, como intentan imaginar los liberales y los nacionalistas. La urbanización, los asentamientos permanentes, la revolución cultural en forma de educación universal, la creación de un sistema de atención médica, el alfabeto y la escritura propios, la emancipación de la mujer y la aparición de la literatura y el arte nacionales son logros indiscutibles del periodo soviético, que están sobreviviendo con éxito a la “élite” actual.

Las transformaciones de las décadas de 1920 y 1930, por el contrario, sacaron al pueblo kazajo, como a todos los pueblos atrasados, del modo de vida feudal e incluso prefeudal. Ahora intentan distorsionar este periodo y presentarlo de una forma completamente diferente para transformar la conciencia de los jóvenes y crear un apoyo nacionalista al gobierno existente.

Por supuesto, no podemos decir que todo el periodo de construcción socialista en Kazajistán y las repúblicas de Asia Central fuese sencillo y sin errores. Después de las reformas de Kosygin, comenzaron a acumularse muchos problemas en la economía. Éstas continuaron la política anterior de Nikita Jruschov de descentralizar parcialmente la gestión de las empresas y “ampliar la independencia” introduciendo un indicador de rentabilidad y beneficios para éstas, más libertad a disposición de las mismas, liberando o suavizando una serie de indicadores planificados establecidos por el Gosplan, así como incentivos personales para los empleados.

Todo esto creó la base para diversas ilusiones de mercado y propuestas conscientes de “reforma” del socialismo por parte de ciertos grupos, con el objetivo de desmantelar gradualmente la economía planificada e introducir elementos capitalistas privados. Estas tendencias se desarrollaron con especial fuerza durante el periodo de la perestroika y al final de la Unión Soviética, cuando una parte de la dirección del partido comenzó a persistir en la aplicación de medidas que contradecían directamente la concepción socialista del desarrollo del país.

El análisis de las causas de los procesos contrarrevolucionarios de la década de 1980 y sus consecuencias para las repúblicas de Asia Central requiere un artículo aparte.

Conclusiones

1. En la actualidad, algunos críticos de la construcción socialista en la URSS afirman que la creación de las repúblicas nacionales y de las nacionalidades soviéticas fue un error e incluso una “bomba atómica” colocada en los cimientos del Estado. Esto es extremadamente incorrecto, ya que la construcción nacional soviética tras el colapso del Imperio Ruso fue la forma más correcta. Permitió que los pueblos se unieran en una Unión igualitaria mediante la creación de sus propias formaciones estatales, en las que pudieran avanzar hacia la creación de una nueva sociedad sin clases.

Esta vía excluía toda opresión y esclavitud colonial, elevaba a los pueblos atrasados a un nivel completamente nuevo, les permitía desarrollarse libremente y creaba las condiciones para una labor civilizadora sin precedentes. La división nacional, la creación de nuevas repúblicas nacionales soviéticas, en general, solo consolidaron el Estado, creando un apoyo adicional en las periferias, que dieron un salto increíble en el desarrollo cultural, económico y social.

No fue la cuestión nacional la causa central en la desintegración del país unido a finales de la década de 1980 y principios de la de 1990, sino que los propios conflictos interétnicos comenzaron a manifestarse precisamente durante el periodo de fortalecimiento de los procesos contrarrevolucionarios generales en el centro y en el campo. Se superpusieron a las aspiraciones de una parte de la élite del Partido de obtener mayor independencia y autonomía en el marco del mecanismo lanzado de restauración del capitalismo.

 

2. Algunos sostienen, en apoyo de la primera tesis, que Lenin y Stalin trazaron supuestamente al azar las fronteras de las repúblicas soviéticas, adscribiendo regiones enteras a determinadas formaciones artificiales. Un análisis detallado de la división nacional de los años 20 muestra también que, a la hora de formar las fronteras territoriales, se formaron amplias comisiones, se encuestó a la población local e incluso se votó sobre la inclusión de una determinada localidad o nación en la república recién creada.

Las fronteras en Asia Central fueron producto de los censos de población realizados a finales de la era zarista y a principios del periodo soviético, de las investigaciones de etnógrafos y orientalistas, en cierta parte del proceso de zonificación —la formación de unidades territoriales-económicas supuestamente racionales y viables— y de la garantía de que cada nueva entidad territorial cumpliría los criterios mínimos que le permitirían convertirse entonces en una verdadera República Socialista Soviética. Los criterios incluían parámetros como una población de al menos un millón de personas y una capital con acceso a ferrocarril.

Esto difiere radicalmente de la forma en que los imperialistas occidentales recortaron las fronteras de las colonias y los nuevos estados en África, Latinoamérica y el Oriente árabe, donde se trazaron líneas rectas sin tener en cuenta las características locales y nacionales. Incluso después de casi 30 años de estados independientes en la antigua Asia Central soviética, no estamos viendo ningún conflicto sangriento masivo, con la excepción de los pogromos de uzbekos en la ciudad kirguisia de Osh en julio de 2010. A pesar de la existencia de contradicciones sobre el agua, la tierra y la energía, todavía no se han convertido en conflictos interestatales.

 

3. Otros “izquierdistas”, entre ellos partidarios voluntarios o involuntarios de G. Plejánov, afirman que el socialismo en el atrasado Imperio Ruso era imposible de construir a priori y señalan a Asia Central y Kazajistán como ejemplo. Supuestamente, no existía el capitalismo en absoluto e incluso había formas feudales y prefeudales.

Esta tesis tampoco resiste la crítica bajo la presión de los verdaderos logros históricos y económicos alcanzados en el curso de la labor civilizadora llevada a cabo por el gobierno soviético en relación con las regiones atrasadas. Al fin y al cabo, el periodo de industrialización demostró que, con el apoyo de las regiones económicamente más desarrolladas de Rusia y Ucrania, se pueden llevar a cabo transformaciones sin precedentes en Asia Central, Kazajistán y Siberia, elevándolas al mismo nivel de desarrollo, utilizando los mecanismos de una economía planificada y una gestión centralizada.

Este avance sin precedentes en el desarrollo socioeconómico, político y cultural de las zonas atrasadas, que permitió a los pueblos de Asia Central atravesar inmediatamente el periodo capitalista de desarrollo, muestra un ejemplo real y la capacidad de hacer que tales métodos sean un ascensor para los países atrasados del mundo en caso de victoria de la revolución socialista y para superar una de las principales contradicciones - el problema del desarrollo desigual.


[1] Asanov, Bolat. Lenin, los kazajos y Kazajistan: pensamientos en la víspera del aniversario. https://camonitor.kz/34674-lenin-kazahi-i-kazahstan-mysli-nakanune-yubileya.html

[2] (N. del T.) Consejo de Comisarios del Pueblo

[3] Alibek, S.N. (2009) Historia del poder soviético en el sur de Kazajistán en 1917-1927, en Hojas científicas de la Universidad Estatal de Bélgorod. Serie: Historia. Ciencia Política, nº 181.

[4] Ashimbayev, D. Extractos del discurso en la conferencia científica internacional “100 años de la Gran Revolución Socialista de Octubre”. https://kazbio.info/?S=458

[5] Ashimbayev, D. ibídem. https://kazbio.info/?S=458

[6] Ubiria, G. (2016) La construcción nacional soviética en Asia central. La creación de las naciones kazaja y uzbeka. Nueva York; Londres: Routledge. p. 172

[7] (N. del T.) Aldeas fortificadas del Cáucaso y Asia Central.

[8] La hambruna de 1921-1922 y sus consecuencias. Fuente: http://bibliotekar.kz/istoriki-kazahstana-za-9-klass-nachalo-x/3-golod-1921-1922-godov-i-ego-posledstvi.html

[9] Kazajistán en los años de industrialización: objetivos y métodos de industrialización. Fuente: https://tarikh.kz/sovetskiy-period-istorii-kazahstana/kazahstan-v-gody-industrializacii/

[10] Ibídem.

[11] Desarrollo industrial de Kazajistán en 1921-1940. Fuente: https://e-history.kz/ru/history-of-kazakhstan/show/9244/