Editorial


Estimado lector;

El 5º número de la Revista Comunista Internacional trata el tema: “La guerra imperialista y la postura de los comunistas”. Es un tema muy importante, muy actual, porque ofrece la oportunidad de estudiar la experiencia histórica y reciente y sacar conclusiones respecto a las guerras imperialistas, conclusiones útiles para la clase obrera, los sectores populares, los jóvenes, la lucha de los comunistas.

La experiencia de la I y la II Guerra Mundial, la experiencia de decenas de guerras en las que se perdieron millones de vidas, millones de trabajadores fueron mutilados con enormes daños materiales, demuestra que las guerras imperialistas no son una casualidad, un fenómeno coyuntural sino el resultado de circunstancias históricas, condiciones y causas concretas.

Los representantes de la burguesía, los liberales y los socialdemócratas, todo tipo de oportunistas, atribuyen las causas de las guerras imperialistas a políticas equivocadas, a personas concretas, o hablan de competencia entre estados.

Esconden la cuestión básica. Esconden cuál es el carácter clasista de la guerra, cuáles son las verdaderas causas de su estallido, qué clases la llevan a cabo, qué condiciones históricas e histórico-económicas la provocan.

En esencia, esconden el origen de las guerras, que es el capitalismo que en su fase superior, última, imperialista se pone constantemente más peligroso.

Han pasado 100 años desde el estallido de la I Guerra Mundial que fue conocida como “Guerra Europea”, dado que entraron en guerra los estados “civilizados” de Europa, dejando el viejo continente con millones de tumbas y lisiados. Fue la primera gran confrontación, surgida de la agudización del conflicto entre las potencias fuertes de entonces por la conquista de nuevos mercados y recursos naturales y para repartir de nuevo los ya existentes.

Al mismo tiempo, la guerra fue utilizada por las clases burguesas, con la ayuda del oportunismo también, para contaminar la conciencia de la clase obrera en sus países con el veneno del nacionalismo y del chovinismo.

Lenin, al escribir sobre la I Guerra Mundial, proporcionó herramientas metodológicas irremplazables, necesarias para analizar tanto aquellos acontecimientos históricos como la situación actual.

“La guerra no ha sido engendrada por la voluntad maligna de los bandidos capitalistas, aunque es indudable que se hace sólo en interés suyo y sólo a ellos enriquece. La guerra es el producto de medio siglo de desarrollo del capital mundial, de sus miles de millones de hilos y vínculos.

Es imposible salir de la guerra imperialista, es imposible conseguir una paz democrática, una paz no impuesta por la violencia, sin derribar el Poder del capital y sin que el Poder del Estado pase a manos de otra clase, del proletariado”. [1]

Lenin utilizó la frase conocida de Calusewitz “la guerra es la continuación de la política por otros medios”, trató a través de sus obras de demostrar en qué modo la guerra está conectada con el marco socioeconómico e histórico específico, agregando que la guerra es la conexión con “la política anterior de cada país, de cada clase dominante que gobernó antes de la guerra y logró sus objetivos por los llamados “medios pacíficos”. [2]

Veintiún años después del fin de la I Guerra Mundial y los acuerdos firmados para la división de los territorios y los mercados, estalló la II Guerra Mundial. Han pasado 75 años del comienzo de la guerra más sangrienta que fue el resultado de la agudización de las contradicciones interimperialistas, así como de la crisis económica mundial de 1929-1933, que a pesar de la breve revitalización en la década de 1930, no fue superada. La guerra, como una salida, fue el medio para la nueva división territorial del mundo entre las potencias imperialistas de entonces, pero sobre todo apuntaba a aplastar el primer estado socialista en el mundo, la URSS, y derrocar el socialismo, para que se recuperara de nuevo el eslabón perdido en la cadena imperialista.

La máquina alemana se vio reforzada con el apoyo de grandes grupos monopolistas así como con los monopolios de EE.UU. y de otros estados capitalistas. Grandes potencias imperialistas elaboraron planes para atacar a la Unión Soviética.

Pero el estado socialista obrero, el pueblo soviético y los demás pueblos, con los comunistas en la vanguardia, resistieron. El papel de la Unión Soviética en la Victoria Antifascista de los Pueblos, durante la Segunda Guerra Mundial, era decisivo. La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) aplasta la máquina de guerra de Alemania fascista y de sus aliados, que habían invadido su territorio. Liberó a una serie de países de Europa del ejército alemán de ocupación. Más de 20 millones de ciudadanos soviéticos dieron su vida para la patria socialista y otros 10 millones resultaron incapacitados o heridos, mientras además hubo enormes daños materiales.

Las victorias del Ejército Rojo impulsaron significativamente el desarrollo de los movimientos por la liberación nacional y antifascistas donde los partidos comunistas desempeñaban un papel principal. En países de Europa Central y Este, con la contribución decisiva de la URSS, la lucha antifascista estaba vinculada al derrocamiento del poder burgués.

Estimado lector;

La Historia de las guerras imperialistas anteriores proporciona información importante para el presente, como vemos que las contradicciones interimperialistas por el control de los recursos naturales, de las rutas de su transporte y por las cuotas de mercado se están agudizando. El imperialismo se pone más agresivo en condiciones de crisis capitalista.

Durante los últimos años, hemos sido testigos de las guerras de EE.UU., de la OTAN y de la UE contra Yugoslavia, Afganistán, Irak, Siria, Libia. En este período se desarrollan guerras en Ucrania, Palestina, Irak, Siria. En nuevas regiones, como en el sudeste de Asia y en el Ártico se ciernen las “nubes de guerra” y existe el peligro de un nuevo conflicto militar generalizado. La organización imperialista de la OTAN, con las decisiones recientes adoptadas por la Cumbre de Gales, muestra su preparación a intensificar sus intervenciones militares en Europa y en cada parte del mundo donde están en juego los intereses de los monopolios de la UE y de EE.UU. 

Los propios acontecimientos plantean el tema principal de nuestra postura ante estos desarrollos. Los comunistas se oponen, condenan las guerras imperialistas y luchan por eliminar las causas que las engendran.

Luchan por derrocar el capitalismo, por construir el Socialismo, por abolir la explotación del hombre por el hombre, por eliminar las causas de la guerra.

Lenin destacó que “no podemos negar la posibilidad de las guerras revolucionarias, es decir, de guerras derivadas de la lucha de clases, de guerras sostenidas por las clases revolucionarias y que tienen una significación revolucionaria directa e inmediata”. [3]

Este asunto, la cuestión de la preparación por la revolución socialista debe iluminar el camino de la lucha de los comunistas. Lo que se requiere es la lucha ideológica y política independiente y la confrontación con la clase burguesa, para que se arme la clase obrera, para que se armen los pueblos, para que no se encuentren atrapados en los planes de la gestión burguesa, en los planes de uno u otro sector de la burguesía, en una u otra unión imperialista.

En estas condiciones complejas se pone en prueba la orientación de los partidos comunistas y se destaca el papel significativo de la estrategia revolucionaria para que gane terreno en la clase obrera, en los sectores populares, tomando en cuenta las enseñanzas leninistas de la I Guerra Mundial, para evitar las decisiones políticas que llevaron a la quiebra de la II Internacional.

Los artículos incluidos en esta edición tratan de desarrollar otros aspectos del asunto de agudización de las contradicciones interimperialistas en diferentes regiones y el peligro de la guerra. Se acercan a las guerras anteriores desde un punto de vista histórico. Revelan las responsabilidades y la conexión del imperialismo a la guerra. Examinan la postura de los comunistas ante las mistificaciones ideológicas de la burguesía con respecto a la guerra, así como la cuestión de la postura de los comunistas con respecto al asunto de la guerra imperialista y la participación de sus países en ella. Se destacan cada vez más las tareas específicas de los comunistas contra las uniones imperialistas, especialmente contra la OTAN y la UE, contra los planes de EE.UU., contra las bases militares de la OTAN y el euroejército, la lucha contra la participación de nuestros países en las intervenciones imperialistas, para que regresen las fuerzas militares que están en el extranjero, para la retirada de los países de la OTAN y de todas las uniones imperialistas, así como la necesidad de fortalecer la solidaridad con todos los pueblos que resisten las intervenciones imperialistas y pretenden trazar su propio camino de desarrollo.

Aunque la revista no puede tratar todos los asuntos y las dimensiones de la guerra imperialista, consideramos que es una contribución significativa a la discusión de este tema.

El Consejo Editorial de la RCI

Bruselas 1/10/2014


[1] V.I.Lenin: Las tareas del proletariado en la presente revolución.

[2] V.I.Lenin: Guerra y Revolución.

[3] V.I.Lenin: Guerra y Revolución.