Editorial


Estimado lector:

El 9o número de la “Revista Comunista Internacional” que tiene en sus manos está dedicado a la clase obrera, al movimiento obrero-sindical y al trabajo de los comunistas en su seno. Seguro que, para los partidos comunistas y obreros, este asunto no es solamente un asunto con importantes aspectos teóricos sino además constituye la columna vertebral de su acción.

El debate en la reunión del Consejo Editorial de la Revista Comunista Internacional, que examinó los artículos para el 9o número, y en la que participaron los delegados de los partidos comunistas y obreros cuyos artículos figuran en 9º número, resaltó el hecho de que, a pesar de las dificultades, se fortalece la lucha y la intervención de los comunistas en el movimiento obrero-sindical. Los comunistas, con sus posiciones y su acción, se oponen a la colaboración de clases y al camino de las ilusiones parlamentarias promovidas por la corriente oportunista dentro de la clase obrera.

Ya se ha acumulado una experiencia importante que, con su evaluación y la toma de las medidas necesarias, puede dar un nuevo impulso en la lucha de los Partidos Comunistas y Obreros, puede fortalecer las precondiciones para el desarrollo de la lucha de clases. En esta dirección, se puede utilizar también la materia del 9o número, con artículos que se refieren no sólo a la situación en Europa y en los Balcanes, sino también en América Latina y en Asia Central.

“La clase obrera es la fuerza principal de esta revolución”, declaran en su artículo los camaradas de Venezuela (PCV), resaltando que “los sindicatos son las organizaciones más amplias de las y los trabajadores, en el plano de la lucha de clases, quienes se unen de forma independiente y voluntaria para la defensa de sus intereses económicos, sociales y políticos frente a la patronal y ante cualquier factor extraño a sus intereses de clase; los sindicatos, al fragor de sus acciones de lucha, pueden y deben favorecer la formación de conciencia de clase de las trabajadoras y los trabajadores”. En el artículo se presentan los esfuerzos del PCV a organizar la clase obrera en condiciones difíciles y complejas.

En el artículo de los camaradas de España (PCPE) se expone el daño al movimiento obrero y comunista causado por las posiciones del llamado “eurocomunismo” y también del esfuerzo de la burguesía en condiciones actuales a impedir la lucha masiva de los trabajadores. En el artículo se presenta la línea del “giro obrero” trazada por el PCPE. Según se anota, entre otras cosas, “el giro obrero supone la puesta en práctica de una estrategia de trabajo político que conecte al Partido con la Clase. El giro obrero exige a la militancia comunista estar presente no sólo en las luchas que nuestra clase protagoniza, sino también en los sindicatos; así como revelar el carácter clasista de todas y cada una de las medidas que nuestro enemigo de clase ponga sobre la mesa, asumiendo que en la lucha de clases no hay margen para la neutralidad ideológica. Proyecto revolucionario, capacidad de dirección y composición clasista define, pues, el carácter de clase del Partido Comunista que queremos ser.”

El artículo de los camaradas irlandeses (PTI)hace un recorrido histórico en el movimiento sindical de Irlanda, así como en sus problemas actuales subrayando que “el papel reaccionario de la Unión Europea ha influido de forma importante al movimiento sindical y a los derechos de los trabajadores”. Haciendo referencia a las condiciones difíciles actuales y a los obstáculos puestos por las cúpulas sindicales mutadas, burócratas y oportunistas en el desarrollo de la lucha de clases, el artículo de los camaradas irlandeses estima que “los sindicatos siguen siendo un arma importante en el arsenal de la lucha económica y sindical. Se pueden utilizar para crear a los trabajadores una conciencia de su identidad como obreros, aunque esto no es suficiente de por sí para crear una conciencia revolucionaria socialista. Esta es tarea de los comunistas”.

En la necesidad de organizaciones fuertes (núcleos) de los comunistas en los centros de trabajo hace referencia el artículo de los camaradas turcos (TKP), refiriéndose al control de los sindicatos de parte de la clase capitalista y subrayando que, “para que los sindicatos se ´liberen´, es decir que se vuelvan en organizaciones que representen a la clase obrera, el movimiento comunista tiene que fortalecer sus organizaciones en todas partes. Estο conlleva la organización directa del partido en los centros de trabajo, cuyos medios no son otros que los núcleos en los centros de trabajo”.

“En estas condiciones difíciles, cuando el capitalismo en crisis busca establecer su dictadura brutal, los sacrificios de los marxistas-leninistas, de la clase obrera y de los elementos progresistas son necesarios, sin embargo, cada obra revolucionaria requiere coraje, inteligencia y acción fuerte. No debe haber ningún retroceso ante esta situación”, se resalta en el artículo de los camaradas de Serbia (NPCY).

Según anotan los camaradas de México, que hacen un recorrido histórico y también un registro breve de la situación del movimiento obrero, “nos permite extraer lecciones para nuestra actividad: 1)La actividad del movimiento obrero sindical se cualifica con la intervención de los comunistas, de lo contrario puede navegar sin rumbo, de derrota en derrota por periodos de tiempo que pueden extenderse por décadas. 2) Es de vital importancia la existencia del partido comunista, de sus organizaciones de base que actúen regularmente entre la clase obrera. 3) Es de vida o muerte el rol de la ideología comunista en el movimiento obrero y su confrontación con las corrientes ideológicas burguesas, pequeñoburguesas y socialdemócratas”.

 En el artículo de los camaradas de Letonia (PSL) se retrata la situación diacrónica en el movimiento y las dificultades que crea el nacionalismo, su influencia a diversas partes de la clase obrera sobre la base de su procedencia étnica. “En los países de la antigua URSS, el nacionalismo se manifiesta como factor claramente reaccionario utilizado exitosamente por la burguesía local y globalista para minar la unidad de la clase obrera”.

El artículo de los camaradas de Kazajistán hace referencia a los desarrollos en el movimiento obrero-sindical de la ex-URSS, donde entre otras cosas se describe la lucha por su reagrupación de clase, las grandes huelgas que han estallado estos últimos años y su represión sangrada y violenta de parte de la patronal y el Estado burgués, que ha tomado características de dictadura burguesa, con la prohibición de partidos y de sindicatos. Según se resalta, “la lucha contra la dictadura no es sólo una lucha contra los que precisamente ejercen el poder, sino una lucha contra todo el sistema socio-económico, que fue establecido en Kazajistán a inicios de la década de los 90. Esto presupone una elaboración sobre la base de la experiencia internacional del movimiento comunista y obrero de una táctica de lucha funcional, sin ningún tipo de “etapas transitorias” y “periodos de democracia burguesa”, algo que en práctica debe significar el rechazo de cualquier bloque con la oposición liberal burguesa o con grupos en el seno de la clase dominante. Al contrario, (debe significar) el apoyo solo a aliados de clase, teniendo como representante las amplias masas de los autónomos que aceptan y están de acuerdo con la plataforma socialista”.

En el artículo de los camaradas de Rusia (PCOR) se presenta brevemente y a través de un recorrido histórico en el movimiento obrero-sindical de Rusia, la apariencia de los soviets, el desarrollo de la democracia obrera a través de los soviets. “La clase trabajadora puede participar en el trabajo de los cuerpos representativos burgueses. Pero uno no puede construir ilusiones: el parlamentarismo burgués es una herramienta auxiliar de la lucha de la clase trabajadora. Los oportunistas modernos buscan domesticar la democracia de los trabajadores de base, suspender una ola de protesta, enviar trabajadores no a los sindicatos y los soviets, sino a los colegios electorales. La tarea de los trabajadores y comunistas con conciencia de clase es evitar que las estructuras oportunistas destruyan las estructuras de la democracia obrera”. 

En el artículo de los camaradas de Grecia (KKE), tras una evaluación de la situación dominante, se presenta la tarea del “reagrupamiento del movimiento obrero, lo cual significa preparación y desarrollo de un movimiento obrero capaz de confrontar de manera decisiva y eficaz y en alianza con las capas populares, los trabajadores autónomos y los campesinos la estrategia unificada elaborada del capital y del poder capitalista. Estas tareas incluyen una serie de medidas ideológicas, políticas y organizativas: Elaboración de una línea de clases y de demandas de lucha (en todos los temas: el salario, la seguridad social, la salud, el horario de trabajo, etc.) y la elección de formas de organización y de alianza con fuerzas populares. Buen conocimiento de la estructura de la clase obrera, de la fragmentación que es característica de ella, así como de los nuevos mecanismos y métodos de manipulación utilizados por la burguesía, que no abandona el esfuerzo de asimilar al movimiento obrero. Evaluación precisa y objetiva de la correlación de fuerzas, del estado de ánimo de las masas, de las tácticas de los empleadores y de las demás fuerzas”. 

Los artículos presentados en el 9o número resaltan cada uno a su propia manera la necesidad que los comunistas trabajen con un plan integral de lucha y de agrupación de fuerzas con un contenido anticapitalista, incorporando a las demandas sindicales parciales en ello, apoyados en organizaciones partidarias fuertes en las fábricas, las empresas, en ramas de importancia estratégica y dialécticamente crear las precondiciones para que ellas se multipliquen. Los partidos comunistas y obreros luchan por la preparación de la clase obrera, de las fuerzas populares para el derrocamiento del poder de los burgueses que, mientras permanezca, genera crisis y guerras.