Del CAME a la Unión Europea: la experiencia húngara


Szabadsag (Partido Obrero Húngaro)

Hungría ha sido miembro de la Unión Europea (UE) desde 2004, pero la experiencia de integración más duradera de los últimos cien años la constituyen los 42 años, desde 1949 hasta 1991, en que fue miembro del CAME – Consejo de Ayuda Mutua  Económica.

Hoy existen también nuevos desafíos y nuevos modelos de integración: por el Este, la Unión Económica Eurasiática (UEE), y por el Oeste el Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP).

En la actualidad existe la tendencia a considerar los años pasados en el CAME como una era de subdesarrollo, de “desarrollo asiático”; mientras la pertenencia de Hungría en la Unión Europea es celebrada como un éxito nacional de proporciones históricas, como el “regreso a Europa”.

La realidad, sin embargo, es muy distinta. El CAME, al contrario que la UE, ayudó con éxito al desarrollo de una economía húngara independiente y desarrollada, capaz de prestar la mayor atención a los sectores más consistentes según las características nacionales del país. La UE, asociación que sirve a los intereses del gran capital europeo, ayuda al desarrollo de la economía húngara solo en aquellos sectores donde dicho desarrollo es coherente con los intereses del gran capital europeo.

El CAME contribuyó a la recuperación económica y social de la gran mayoría de la sociedad húngara, los trabajadores húngaros. La UE proporciona ventajas reales sólo  a un pequeño círculo social mientras intenta seducir al conjunto de la sociedad con la idea del europeísmo.

Durante más de 40 años, el CAME proporcionó una importante ayuda a la construcción de la sociedad socialista. El CAME – junto con el Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua (el Pacto de Varsovia) – constituyó una importante garantía externa de la construcción del socialismo. El propósito de la UE es fortalecer el capitalismo húngaro. La UE – junto con la OTAN – es la principal herramienta con la que sostener el sistema capitalista.

Mundo cambiante – Integraciones y unificaciones cambiantes.

Como resultado de la Segunda Guerra Mundial y de los procesos sociales internos experimentados por varios países, el sistema socialista alcanzó el poder en el Este de Europa en 1945. De esta forma, tras la Unión Soviética, los países del Este de Europa salieron de la influencia política y económica de los países desarrollados occidentales.

Los EEUU y el resto de potencias capitalistas querían recuperar esos territorios. En 1946 iniciaron la Guerra Fría con la esperanza de que esa guerra económica desestabilizaría a los países pobres del Este de Europa, haciéndoles regresar al camino del desarrollo capitalista. Desde 1947, como parte del Plan Marshall, los EEUU reforzaron los sistemas capitalistas de los países del Oeste europeo para, más tarde y paso a paso, iniciar el desarrollo de la Comunidad Económica Europea (CEE). Su sucesor es la Unión Europea.

La UE fue diseñada para alcanzar simultáneamente varias metas.

Primera: crear un equilibrio entre el poder del capital francés y del capital alemán a fin de evitar el tipo de conflictos entre países capitalistas que habían llevado a dos guerras mundiales durante el siglo XX.

Segunda: reforzar las economías occidentales europeas, economías de mercado basadas en la propiedad privada, tras la destrucción provocada por la Segunda Guerra Mundial.

Tercera: proporcionar a la Europa Occidental la protección necesaria contra la competencia económica de Estados Unidos.

Cuarta: la lucha económica contra los países socialistas del Este de Europa y la recuperación de las posiciones perdidas.

Quinta: la mayor explotación de la clase obrera y otros sectores populares y el apoyo al poder de la burguesía en los Estados miembro de la UE también fueron razones para su creación.

Era completamente obvio que los países socialistas no podían seguir esa vía. Es imposible que bajo el capitalismo se pueda crear una construcción cooperativa que sirva a los intereses de todos los países y de todos los pueblos. V.I. Lenin ya apuntó en esa dirección cuando escribió en 1915: “Los Estados Unidos de Europa, bajo el capitalismo, equivalen a un acuerdo sobre el reparto de las colonias. Pero bajo el capitalismo no puede haber otra base ni otro principio de reparto que la fuerza. El multimillonario no puede repartir con alguien la "renta nacional" de un país capitalista sino en proporción "al capital" (añadiendo, además, que el capital más considerable ha de recibir más de lo que le corresponde). El capitalismo es la propiedad privada de los medios de producción y la anarquía de la producción. Predicar una distribución "justa" de la renta sobre semejante base es proudhonismo, necedad de pequeño burgués y de filisteo. No puede haber más reparto que en proporción "a la fuerza". Y la fuerza cambia en el curso del desarrollo económico. (…) Desde luego, son posibles acuerdos temporales entre los capitalistas y entre las potencias. En este sentido son también posibles los Estados Unidos de Europa, como un acuer do de los capitalistas europeos... ¿sobre qué? Sólo sobre el modo de aplastar en común el socialismo en Europa, de defender juntos las colonias robadas contra el Japón y Norteamérica, cuyos intereses están muy lesionados por el actual reparto de las colonias, y que durante los últimos cincuenta años se han fortalecido de un modo inconmensurablemente más rápido que la Europa atrasada, monárquica, que ha empezado a pudrirse de vieja. En comparación con los Estados Unidos de América, Europa, en conjunto, representa un estancamiento económico. Sobre la actual base económica, es decir, con el capitalismo, los Estados Unidos de Europa significarían la organización de la reacción para detener el desarrollo más rápido de Norteamérica. Los tiempos en que la causa de la democracia y del socialismo estaba ligada sólo a Europa, han pasado para no volver[1]”.

En 1949 los países socialistas crearon su propio sistema de seguridad económica, el CAME. El objetivo del CAME era el desarrollo planificado de las economías de sus Estados miembro, el uso óptimo de su fuerzas productivas y la igualación de sus diferencias en cuanto a desarrollo, creando así el contrapeso a la política discriminatoria del Estado capitalista y mejorando el bienestar del pueblo. Los medios para alcanzar estos objetivos eran el empleo de las características económicas y geográficas, la especialización y la cooperación en los procesos productivos.

¿Qué era mejor en el CAME?

Es difícil comparar al CAME con la actual UE porque pertenecen a distintas épocas y por la diferente naturaleza de clase de los Estados que participaron y participan en estas uniones específicas.

Sin embargo, no es tan complicado encontrar algunas de las principales diferencias.

1. Hungría fue uno de los miembros fundadores del CAME, jugando más tarde un importante papel en el desarrollo de dicha organización. Hungría fue admitida en la UE tras 13 años de negociaciones, aceptando y adoptando las normas de la UE y, en realidad, tiene poca o ninguna influencia en los procesos dominantes de la UE.

2. Hungría era uno de los estados más fuertes dentro del CAME; hoy es uno de los miembros más pobres de la UE.

3. Entre 1949 y 1990 Hungría consiguió superar algunos de sus retrasos históricos en relación a los países de Europa Occidental. Los 13 años de negociación con la UE redujeron a cenizas la economía húngara, arruinaron la agricultura y comprometieron a buena parte del sistema bancario y de la industria nacional. Durante los 11 años como miembro de la UE, la brecha entre el desarrollo y en nivel de vida de Hungría en relación a los de la UE no sólo no ha disminuido, sino que en ocasiones se ha hecho aún mayor.

4. El CAME estaba basado en el respeto a la soberanía nacional. No existían instituciones supranacionales. En la UE, los Estados-nación ceden parte de su soberanía a las instituciones supranacionales, comunes, de la UE, que toman decisiones de obligado cumplimiento para todos sus Estados miembro. 

No existía un rublo común en el CAME. Sin embargo existe el Euro común en la UE. El CAME no estandarizaba el tamaño de los pepinos, mientras en la UE esas regulaciones burocráticas son habituales.

5. El CAME era un organismo de integración económica. La cooperación nunca cubria aspectos políticos ni militares. La UE comenzó como un sistema de integración económica, pero ahora se está convirtiendo en una organización política que incluso está desarrollando su integración militar.

6. En el CAME, donde funcionaba la economía planificada basada en la propiedad colectiva de los medios de producción, había cooperación y especialización racionalizadas. Cada país producía aquello para lo que estaba más capacitado. Hungría se especializó en la producción de alimentos, autobuses, instrumentos de medición, medicamentos y otros artículos. Suministros, energía y bienes de industria pesada eran adquiridos a otros países del CAME especializados en ellos.

En la UE existe una economía de mercado basada en la propiedad privada. La división natural del trabajo es secundaria, siendo lo más importante lo que conviene a los grupos capitalistas más fuertes.

Por ejemplo, la UE entrega grandes cantidades de dinero a Hungría. Alemania, Francia y algunos de los países más fuertes proporcionan ese dinero que procede de los impuestos que sus empresas aportan al presupuesto, pero una buena parte de de los beneficios de esas empresas procede de los bienes que éstas venden en los países del Este de Europa o de los beneficios extra que obtienen esa compañías operando sobre el terreno.

El dinero procedente de la UE no sirve al desarrollo general de Hungría, sino que prepara el terreno para el avance de grupos capitalistas alemanes y de otros países extranjeros. Por ejemplo, la UE ayudó en la construcción de autopistas en Hungría para utilizarlas como vías de acceso a los Balcanes, a Ucrania y a Rusia. Fomentan la formación profesional porque las empresas necesitan trabajadores más cualificados.

7. En el CAME la Unión Soviética era con mucho el país más grande de la organización. Su papel de liderazgo prevalecía, pero esto no significaba que los intereses de la economía húngara estuvieran supeditados a los intereses soviéticos. Las compañías soviéticas no eran propietarias de empresas húngaras y el gobierno soviético no intervenía en las decisiones del gobierno húngaro.

Los intereses del capital alemán y francés son decisivos en la UE. Fueron ellos quienes abolieron la producción de azúcar de Hungría para hacer sitio en el mercado a la producción de azúcar alemana. Mutilaron la agricultura húngara para que ésta no pudiera competir en los nuevos mercados con la agricultura alemana, francesa, española e italiana. La presencia del capital alemán en la economía húngara es muy fuerte. Una gran parte de las exportaciones húngaras están en manos de compañías alemanas. Hungría es económicamente dependiente de Alemania. 

Todo esto demuestra que la UE se basa en la operatividad de las leyes de la economía capitalista. La tendencia creciente a la concentración y centralización de la producción agrícola, una tendencia general en el capitalismo, se refuerza por medio de las políticas de la UE. Debido al desarrollo capitalista desigual, las condiciones económicas para la reproducción del capital son diferentes en los distintos países y, a menudo, mejores en los países capitalistas más fuertes y más desarrollados, como Alemania. De este modo, objetivamente, el capital, que busca la mayor tasa de beneficio, transfiere sus actividades de un país a otro.

8.- El CAME, contrariamente a lo que está de moda decir en nuestros días, era una organización para el desarrollo que encontró las más óptimas condiciones de cooperación adaptadas a cada momento.

La cooperación, al principio limitada principalmente al campo del comercio, fue gradualmente llevando a sus Estados miembro a una asociación estratégica en los sectores básicos de la economía. En el periodo final del CAME se llevaron a cabo varios iniciativas para modernizar las estructuras organizativas, para utilizar elementos de la economía de mercado en el ámbito comercial y para dar prioridad al contacto directo entre empresas de los países miembros.

El papel conceptual en la integración de los países del CAME lo jugaron documentos programáticos como Los Principios Básicos de la División Internacional Socialista del Trabajo (1962), Programa Ampliado para una mayor Extensión y Mejora de la Cooperación y para un Mayor Desarrollo de la Integración Económica Socialista (1972), y Programa Ampliado para el Progreso Científico y Tecnológico hasta el año 2000. Las condiciones de cooperación mutuamente beneficiosas contribuyeron al crecimiento y el desarrollo económico de Vietnam, Cuba y Mongolia, que se unieron al CAME como socios igualitarios. Es por esto por lo que la experiencia del CAME – y no la nostalgia por el pasado – proporciona verdaderas lecciones históricas que contribuyen a la comprensión de los múltiples desafíos del mundo moderno.

Los principios básicos incluían la combinación de la especialización internacional en el área de producción y el amplio desarrollo de la economía de los cada país socialista miembro. El desarrollo del sector agrícola estaba orientado a satisfacer  el mayor nivel posible de demanda nacional de alimentos, suministros y materias primas para la industria. La desigual provisión de tierras de cultivo y las diferencias climáticas y de tipos de suelos exigían un mayor desarrollo en el intercambio de productos agrícolas. 

La coordinación de planes y la cooperación en el terreno de la producción de los países socialistas también debía ser aplicada en lo relativo a fabricación de maquinaria para la agricultura, en la producción de productos químicos aplicados a esta actividad, en la expansión en el intercambio de semillas y en un uso integrado de los recursos hídricos para el riego. Los principios básicos incluían el intercambio de experiencias y conocimientos técnicos y científicos, la investigación y el trabajo de desarrollo en común, etc. La división internacional del trabajo era la base del intercambio equitativo entre los países socialistas, y debía contribuir a superar diferencias históricas en cuanto a niveles de desarrollo económico de los países; en especial las diferencias en la eficiencia de la producción agrícola, la productividad laboral, etc.

9. Lenin subrayó que la mayor influencia que ejerce la victoria del socialismo sobre el curso de la historia se logra a través del exitoso desarrollo de la sociedad socialista y en especial de su economía.

Éxitos húngaros en el CAME

El mercado[2] de 400 millones de personas que formaban los países del CAME era 40 veces más grande que el mercado húngaro. Para este gran mercado era posible establecer una producción a gran escala de productos modernos empleando una tecnología actualizada, lo que es requisito previo para la producción económica y la exportación.

La cooperación dentro del CAME tenía algunas ventajas especiales. La existencia de un gran mercado suponía también la existencia de grandes beneficios, lo que hizo posible la fabricación de productos de alto estándar para los mercados occidentales.

Durante décadas, Hungría compró la mayoría del petróleo y las materias primas a sus socios del CAME: cerca del 100 por ciento de las importaciones de mineral de hierro, carbón de fundición, carbón de coque y energía eléctrica; la mayor parte del plomo, el petróleo y el zinc; entre el 50 y el 70 por ciento de la madera y el latón.

Los contratos a largo plazo con los países del CAME proporcionaban un mercado estable para buena parte de los productos agrícolas húngaros.

El sistema de especialización del CAME dio un gran impulso a la producción húngara de autobuses. Con una producción de más de diez mil autobuses al año, al final de los años 70, IKARUS se convirtió en la mayor fabricante europea, y a principios de los años 80 figuraba entre las cinco mayores empresas fabricantes de autobuses del mundo.

La fábrica de caucho Taurus pudo satisfacer la creciente demanda de productos destinados a la producción de autobuses, a la mecanización de la minería y otros sectores y a la producción agrícola a gran escala.

La fundición Dunai Vasmü fue una empresa decisiva en el desarrollo de la metalurgia húngara. La producción de acero superó el millón de toneladas en 1973 y alcanzó su máximo desarrollo en 1988 con un millón y medio de toneladas. Tuvo el  récord de empleo, con 13.000 personas en 1971.

El tratado húngaro-soviético de alúmina y aluminio sentó las bases de la industria húngara del aluminio. En Hungría había bauxita, pero no había suficiente energía. En la Unión Soviética no había suficiente bauxita, pero sí había energía. Así, Hungría enviaba bauxita a la Unión Soviética y el aluminio, una vez pagados los costes de procesamiento, volvía a Hungría. Así fue como se creó la industria húngara del aluminio.

Más de la mitad de la producción de la industria farmacéutica húngara estaba destinada a los países del CAME. En 1988 Hungría era el octavo exportador mundial de productos farmacéuticos produciendo el 2 por ciento del total mundial. Este desarrollo de la industria supuso el suministro de medicamentos seguros y accesibles en Hungría. El consumo interno de medicinas era en un 74 por ciento local, un 16 por ciento procedía de otros países del CAME y el 10 por ciento restante era adquirido en países occidentales.

Además, existían otros muchos ejemplos de cooperación ventajosa para Hungría.

 

El mundo capitalista en guerra económica

La Guerra Fría terminó en 1990 con el triunfo de las fuerzas capitalistas. El capital desestabilizó los sistemas socialistas con la carrera armamentista, la guerra económica y psicológica y la intervención política. Los sistemas basados en la mayoría de la propiedad privada y en el poder político de la burguesía ocuparon el lugar de los sistemas basados en la mayoría de la propiedad colectiva y en el poder político de los trabajadores. 

El gran capital europeo se hizo con una porción de 130 millones de habitantes de los 400 millones que componían el CAME y consiguió así resolver temporalmente la crisis del mundo capitalista. Podemos decir sin temor a equivocarnos que, sin la ampliación hacia el Este, la UE habría caído, ya en los años noventa, en la crisis de 2008.

La situación geopolítica de la UE también cambió tras el desmantelamiento de la Unión Soviética. Así, la UE se convirtió en vecina de territorios sobre los que anteriormente había ejercido poca influencia: los Balcanes, Georgia, Asia Central.

La primera década del siglo XXI trajo muchos nuevos cambios. La crisis del mundo capitalista que empezó a desarrollarse en 2008 golpeó con dureza a la UE. Los círculos dirigentes de la UE empiezan a entonces a experimentar diferentes métodos. Por una parte refuerzan la disciplina fiscal interna al tiempo que la UE comienza a desarrollar una política económica y de integración política aún más expansiva.

Por otra parte están experimentado con la ampliación de la UE hacia el Este. Si la UE puede extenderse hacia el Este, dicha extensión puede modificar el equilibrio de fuerzas formado en Europa tras el final de la Guerra Fría en 1990. Es más, es obvio que la expansión hacia el Este trae consigo importantes cambios en la política interna de los países afectados. Comprensiblemente, tales cambios han sido enfrentados con fuerza en Bielorrusia, Ucrania y otros lugares. Al mismo tiempo, esto ha llevado a importantes conflictos militares entre la Unión Europea, la OTAN y Rusia.

La situación interna de Rusia se estabilizó durante la primera década del siglo XXI. Los dirigentes rusos decidieron que había llegado el tiempo de recuperar las posiciones perdidas  después de 1990. El establecimiento de la Unión Económica Euroasiática es parte de este esfuerzo.

La crisis del mundo capitalista obligó a los lideres de EE.UU. y de la UE a crear un mecanismo que minimizara sus conflictos al tiempo que fortaleciera sus posiciones ante China, Rusia y los países denominados BRICS. Esta es la razón tras la propuesta de Estados Unidos en 2013 de crear el Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP).

El objetivo de los EE.UU. consiste en vincular su economía a la de UE, pretendiendo mantener su posición de fuerza y crear una potencia global que pueda actuar como una “OTAN económica”. Los países dirigentes de la UE esperan que el TTIP venga a mejorar su competitividad, lo que reforzaría sus posiciones en la cooperación con Rusia y China. Pero este plan se ha encontrado con una importante resistencia interna en varios países de la UE. La población tiene miedo por la pérdida de la independencia de la Unión Europea y por la pérdida de los logros sociales previamente alcanzados.

Hungría como miembro de la UE: dilemas y alternativas

Hungría es miembro de la UE y por el momento todo apunta a que seguirá siéndolo en un futuro cercano. La pertenencia del país a la UE es esencial para los intereses de la élite política húngara porque la consideran como una de las principales salvaguardias externas para el mantenimiento del actual sistema político. Hungría es en gran medida dependiente de la UE. El porcentaje de exportaciones húngaras con destino a la UE es del 76,1 por ciento, mientras el de importaciones procedentes de la UE es del 70,3 por ciento.

El único partido representado en el parlamento que menciona la posibilidad de abandonar la UE es Jobbik, pero este partido no aspira a cambiar las relaciones capitalistas, la mayoría de la propiedad privada o la economía de mercado. De ahí que estimemos que su discurso contrario a la UE sea sólo un reclamo con el que obtener más votos.

El Partido Obrero Húngaro es el único partido político de Hungría que exige la salida del país de la UE y de la OTAN. Sin embargo es obvio que en la actual situación dichas salidas solo pueden producirse tras grandes cambios sociales. Mientras tanto, el POH desvela los inconvenientes de la pertenencia a la UE al tiempo que intenta explicar al pueblo las diferencias entre la UE y el CAME.

Sin perjuicio del enorme nivel de dependencia de Hungría respecto de la UE, algunos hechos deben ser analizados sean cuales sean los juicios ideológicos. 

La UE no puede proporcionar trabajo a todos sus ciudadanos: sobra población europea.

La UE no puede detener el poder de los bancos: todo el mundo sabe que la actual crisis fue provocada por las manipulaciones de los bancos y del capital financiero, que se hicieron aún más ricos con la especulación y engañando a la gente. La UE no limita el poder de los bancos, solo centraliza su control sobre los mismos. ¿Cuál es el resultado? Los ricos son más ricos y los pobres más pobres.

La UE es incapaz de gestionar la inmigración: existen actualmente 33 millones de inmigrantes viviendo en la UE. Podemos deducir cuán profunda en la actual crisis migratoria.

El orden capitalista europeo intenta encontrar una salida: existen múltiples recetas y el mundo capitalista todavía puede hacer mucho para reforzarse. La economía digital, la informática basada en la nube, la expansión del Internet de banda ancha, el mercado digital, la re-industrialización, el uso de energías renovables y otras muchas cosas pueden, indudablemente, reforzar al capitalismo europeo, a su economía y a sus fuerzas productivas.

El problema, sin embargo, no está en las fuerzas productivas. El problema está en las relaciones de producción. Los cambios mencionados anteriormente son buenos pero no cambian las relaciones de producción. El dinero permanece en manos de un número cada vez menor de personas.

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El actual gobierno húngaro ha reconocido que no puede defender todos los intereses de la economía húngara dentro de la marco de la UE.

La Unión Europea no puede, en un futuro inmediato, garantizar las necesidades energéticas de la economía húngara. Los suministros energéticos de Hungría dependen en un 80% de Rusia; compramos allí el 78% del gas que consumimos. La central nuclear Paks produce el 45% de la energía eléctrica. Doblando su capacidad este porcentaje puede llegar al 80% si los seis bloques de la planta estuvieran en funcionamiento. De momento, el gas americano existe solo en teoría.

La economía húngara no puede satisfacer sus necesidades de inversión con las fuentes procedentes de la Unión Europea. Las fuentes de la Unión Europea han creado una dependencia financiera unilateral que el gobierno trata de evitar. Y eso sin mencionar que no podemos acceder a fondos de la UE para algunas inversiones cruciales en infraestructuras.  

La economía húngara no puede vender todos sus productos en los mercados de la UE. Por eso deben encontrarse nuevos mercados en los que vender los productos agrícolas, informáticos y los relacionados con la industria del agua. 

Éstas son las razones por las que el gobierno húngaro ha iniciado la política de “Apertura hacia el Este”, el desarrollo intensivo de relaciones con China, Rusia y los países de Asia Central.

El gobierno de Orbán aboga por la normalización de las relaciones entre la UE y Rusia, señalando que los problemas europeos no pueden ser solucionados sin Rusia.

El gobierno Orbán no ha mostrado un compromiso oficial hacia la Unión Económica Euroasiática (UEE). Contemplan dicho organismo como una importante integración que jugará un papel importante en el futuro de Europa. Según Péter Szijjártó, Ministro de Asuntos Exteriores y Comercio, “la UEE sería una opción lógica que agruparía un PIB de 2.450 billones de dólares, lo que sería de gran importancia”.

Es un hecho que los Estados Unidos ejercen una significativa presión política sobre el gobierno húngaro para tratar de detener su “individualista” política hacia Rusia y China.

Tenemos que decir claramente que la UEE no es el equivalente al CAME pese a que esté dominada por países del Este de Europa que en el pasado fueron miembros del CAME. La UEE es producto de la lucha capitalista internacional. El capitalismo ruso, reforzado durante los últimos años, intenta crear un órgano de cooperación internacional en el que puedan prevalecer los intereses rusos al tiempo que supone un arma eficaz contra los EE.UU. y Europa Occidental.

¿Pueden los BRICS ser un nuevo CAME?

Existen numerosas hipótesis a nivel internacional sobre si los BRICS son un nuevo CAME ¿Qué podemos decir al respecto?

La creación de los BRICS fue uno de los acontecimientos geopolíticos más importantes del principio del siglo XXI. Los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) juegan un papel cada vez más decisivo en la política mundial y en las relaciones internacionales. En 2012, los países BRICS contaban con el 45% de la población mundial, el 25% del PIB mundial (en paridad de poder adquisitivo de divisa nacional) y ocupaban el 30% de la superficie del planeta. Los miembros de los BRICS son los que registran un mayor crecimiento de sus economías, cuya ventajosa localización supone la presencia de ingentes cantidades de recursos naturales importantes para la economía mundial. Desde 2006 asistimos al establecimiento de relaciones políticas entre los BRICS. Desde 2009 se lleva a cabo una cumbre anual de los líderes de los países BRICS.

Es indudable que la aparición de los BRICS trae consigo un nuevo elemento a la lucha política y económica del mundo capitalista. Pero, a diferencia de lo que fue el CAME, los BRICS no son una comunidad de países socialistas. Ésta es la razón por la que los BRICS no pueden jugar el papel que en su día jugó el CAME. 

En el Encuentro de Partidos Comunistas y Obreros celebrado en Atenas en 2011 llegamos a la siguiente conclusión común: “Están teniendo lugar significativos re-alineamientos en la correlación de fuerzas internacional. Asistimos a un continuo debilitamiento relativo de la posición de los EE.UU., al estancamiento productivo general de las economías capitalistas más desarrolladas y la aparición de nuevas potencias económicas a nivel global, en especial China. Se refuerza la tendencia al incremento de las contradicciones entre los centros capitalistas y de estos con las llamadas economías emergentes”.

¿Qué caminos son preferibles?

Nosotros creemos que el futuro reside en la cooperación de los trabajadores europeos, de los pueblos europeos. Para alcanzar este objetivo son necesarios cambios profundos. Las masas trabajadoras deben comprender que el sistema capitalista puede cambiar, pero que nunca lo hará en beneficio de los trabajadores ni se convertirá en la sociedad de los que trabajan. Y esto sirve también para la integración y unificación capitalista.

 


[1] Lenin Obras Completas, Progreso [1974], Moscú Volumen 21, páginas 339-343.

[2] El término “mercado” no se refiere a la categoría de la economía política marxista, sino como expresión del lugar donde los productos de la economía húngara se pueden obtener.