El PCV en el movimiento obrero y sindical por el triunfo del clasismo en Venezuela


Comisión Nacional del Movimiento Obrero y Sindical del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela

1. Introducción: Estrategia y táctica de los comunistas en la lucha por el poder en Venezuela

Venezuela está en la atención de la mediática internacional como parte de la campaña que despliegan las fuerzas del imperialismo estadounidense y europeo dirigida a fabricar una matriz de opinión que sirva al plan de reposición del pleno control sobre este país suramericano y al desmontaje definitivo de las experiencias progresistas en América Latina, valiéndose de las debilidades y limitaciones intrínsecas, fundamentalmente, al carácter de clase de tales procesos.

El Programa del Partido Comunista de Venezuela (PCV), mantiene vigencia en sus aspectos centrales 38 años después de su adopción, al definir una línea estratégica con base a la realidad histórica nacional que no ha variado en sus característicasesenciales. Nuestro Programa determina que los comunistas venezolanos luchamos por “(...)una revolución de verdadera independencia y democracia, antimperialista, antimonopólica y en marcha hacia el socialismo.” “La clase obrera es la fuerza principal de esta revolución por su papel fundamental en la producción, (…), por su combatividad y organización, y porque le corresponde históricamente impulsarla hacia las transformaciones socialistas.”i .

Esos criterios programáticos están relacionados con la necesidad de resolver, en un mismo proceso de lucha revolucionaria, la contradicción principal existente históricamente entre el imperialismo y la nación venezolana, y la contradicción fundamental de la sociedad capitalista, entre el capital y el trabajo. Por ello, el PCV se ha planteado durante años la conformación de un frente amplio nacional patriótico-antimperialista, que aglutine y exprese a las disimiles fuerzas sociales y políticas interesadas en romper la dominación imperialista, conquistar la liberación nacional y abrir cauces al triunfo del socialismo en nuestro país. Un frente amplio de ese carácter solo podrá cumplir tales tareas si lo liderizan las clases y capas explotadas y oprimidas de la sociedad, la clase obrera y las fuerzas del pueblo trabajador de la ciudad y el campo.

Con el objetivo de avanzar hacia la materialización de nuestros objetivos estratégicos, en las actuales condiciones en que se desenvuelve la lucha de clases en el mundo y en nuestro país, los comunistas venezolanos nos trazamos la línea táctica -confirmada en el XV Congreso del PCVii- de lograr una consistente acumulación de fuerzas obreras, campesinas, comuneras y populares, para establecer en la sociedad venezolana una correlación de fuerzas favorable a la clase obrera y al pueblo trabajador de la ciudad y el campo.

El PCV aplica sus lineamientos tácticos con un plan de ofensiva ideológica, política, de masas y de reimpulso orgánico, que se despliega confrontando, tanto a las fuerzas de la extrema derecha pro-imperialista, como a las fuerzas del reformismo entreguista que, desde la administración del Estado burgués, embaucan a nuestro pueblo con el ofrecimiento de un “socialismo del siglo XXI” que niega la lucha de clases y el papel de la clase obrera como sujeto revolucionario, obstaculizando el despertar de la conciencia revolucionaria de las masas trabajadoras y sirviendo, en definitiva, a la preservación del sistema capitalista.

La intensa lucha ideológica, política y de masas que asume el PCV para construir y desarrollar una opción de poder revolucionario desde el movimiento obrero y popular, lleva a los comunistas venezolanos a relacionar dialécticamente su indiscutible deslinde con el reformismo pequeñoburgués hecho gobierno, con la necesidad de una amplia alianza antimperialista. Teniendo claro el enemigo inmediato a derrotar, forjamos la unidad social y política que nos permita enfrentarlo y derrotarlo, pero sosteniendo e incrementando el esfuerzo porque el proletariado venezolano, en articulación con todo el pueblo trabajador, vanguardice esa lucha amplia antimperialista que, en definitiva, es una lucha anticapitalista y, por tanto, para que sea victoriosa, es imprescindible que la clase obrera esté al frente de ella.

Ya en su XIV Congreso -agosto 2011-, el PCV había caracterizado que el proceso político venezolano, conocido como Revolución Bolivariana, no constituía una revolución socialista sino que se limitaba a un conjunto de reformas progresistas, direccionado en lo fundamental por corrientes pequeñoburguesas y sectores de la burguesía que se plantearon controlar la renta petrolera bajo administración estatal, disputándole a capitales monopolistas nacionales y extranjeros, fundamentalmente norteamericanos, el control hegemónico que tradicionalmente ejercieron. El PCV concluyó entonces que el proceso bolivariano solo podría avanzar efectivamente hacia la conquista de la liberación nacional y abrir cauces a la perspectiva socialista “en dependencia de una correlación de fuerzas favorable a la clase obrera”iii, vanguardizando un bloque de fuerzas populares revolucionarias que se coloque al frente de la amplia alianza antimperialista. Tal precisión definió la política del PCV y las tareas de los comunistas venezolanos en el movimiento de las y los trabajadores, con diversas adecuaciones tácticas, desde el 2011 y hasta el presente momento. 

2. Fundamentación teórica: marxismo-leninismo y movimiento sindical

La labor comunista en el seno de las organizaciones sindicales y en el resto de las organizaciones de masas de la clase obrera y de las y los trabajadores en general, parte de la comprensión del proceso dialéctico que es la lucha de clases, como expresión económica, ideológica y política de las contradicciones entre las clases, particularmente, entre las dos clases sociales fundamentales y antagónicas de la sociedad capitalista: la burguesía y el proletariado.

Para dominar correctamente la concepción marxista-leninista acerca de la lucha de clases, debemos precisar la definición de la categoría clases sociales. En 1919, el camarada Lenin, en su artículo Una gran iniciativaiv, logró sintetizar -a nuestro modo de ver- la definición más completa y precisa de lo que son las clases1. Asumiendo tal definición, entendemos la lucha de clases como el motor generador de los más importantes cambios históricos.

Desde los primeros momentos del surgimiento del capitalismo industrial, la clase obrera concentrada en los grandes centros fabriles en condiciones infrahumanas, se vio impelida a dar fuertes combates defensivos y desesperados de manera desorganizada e ingenua, sin ninguna perspectiva histórica, pero pronto se percató de la necesidad de constituir asociaciones obreras para unirse por fábricas, por ramas de oficios y sectoriales, de ámbitos nacionales e incluso internacionales, siendo la génesis de los primeros sindicatos obreros.

El movimiento obrero, en diversos momentos de su desarrollo inicial, recibió el influjo de concepciones acientíficas y subjetivistas que intentaban dar una explicación de la realidad que sufrían las masas trabajadoras, tratando de formular sin acierto soluciones históricas, tales fueron el socialismo utópico y el anarquismo.

El surgimiento del socialismo científico, aportando las leyes generales del desarrollo de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, permitió al movimiento obrero comprender las causas de su situación y puso a su disposición las ideas necesarias para romper sus cadenas y conducir al género humano hacia la abolición de toda forma de explotación y de opresión social.

Los fundadores del socialismo científico, Carlos Marx y Federico Engels, además de realizar una intensa labor teórica y práctica de carácter internacional, constituyendo o haciendo parte de organizaciones políticas revolucionarias, también siguieron muy de cerca el desenvolvimiento de los sindicatos de la época y fijaron criterios acerca del papel que debían jugar tales organizaciones en la formación de la conciencia de clase para sí en las masas trabajadoras, al fragor de las contiendas de clase, pero siempre precisando claramente las diferencias y la relación entre los sindicatos y el Partido, sin hacer concesiones ni darle tregua a las ideas antipartidistas del anarquismo de Bakunin ni al reformismo economicista.

En el Congreso de la Primera Internacional realizado en Ginebra en 1866 se adoptó una resolución elaborada por Marx denominada “El pasado, el presente y el futuro de los sindicatos”, entre sus ideas principales destacan las siguientesv:

− El fin inmediato de los sindicatos se concreta en la exigencia del día, en los medios de resistencia contra los incesantes ataques del capital; en una palabra, en la cuestión del salario y de la jornada.

− Por otra parte, los sindicatos son importantes como medios para la abolición del sistema del trabajo asalariado.

− Los sindicatos han atendido demasiado, con frecuencia, las luchas locales e inmediatas contra el capital. Todavía no han comprendido del todo su fuerza para atacar el sistema de esclavitud del asalariado y el modo de producción actual. Se han mantenido, por lo mismo, demasiado alejados de los movimientos sociales y políticos.

− Aparte de sus fines originales, los sindicatos deben aprender a actuar ahora de modo más consciente, como ejes de la organización de la clase obrera, por el interés superior de su emancipación total. Deben apoyar todo movimiento político o social que se encamine directamente a este fin.

De igual modo, V.I. Lenin, aplicando las tesis de Marx y Engels a las condiciones de su época, partiendo del principio de que el marxismo no es un dogma sino una guía para la acción, aportó importantes conceptos y precisiones con relación al papel de los sindicatos en la lucha de clases y la actitud de los comunistas ante tales organizaciones de masas. De la concepción leninista sintetizamos las siguientes posiciones de principio para los comunistas:

- Deben combatirse las tendencias al espontaneismo, al economicismo y al tradeunionismo en el seno del movimiento obrero. Asumir como fin último de la lucha obrera los objetivos puramente económicos, aparta a las masas trabajadoras de su misión histórica; así mismo, pretender asignarle a la lucha económica estatus de lucha política, considerando por tanto que con los sindicatos es suficiente o que estos no necesitan de la conducción política del partido revolucionario del proletariado, desarma a la clase obrera frente a las clases explotadoras que hacen uso de sus instrumentos de poder y dominio ideológico y político: “…la clase obrera, exclusivamente con sus propias fuerzas, sólo está en condiciones de elaborar una conciencia tradeunionista, es decir, la convicción de que es necesario agruparse en sindicatos, luchar contra los patronos, reclamar del gobierno la promulgación de tales o cuales leyes necesarias para los obreros, etc.”vi

- La conciencia política se le aporta a la clase obrera desde afuera de la esfera de las relaciones obrero-patronales. La ideología revolucionaria de la clase es llevada por el Partido, cuyos cuadros han sido formados en la doctrina del socialismo científico y en el cumplimiento práctico de sus tareas organizativas, de combate político y de agitación revolucionaria. Para alcanzar conciencia socialista y ascender a vanguardia revolucionaria, la clase obrera debe comprender el conjunto de las contradicciones presentes en la sociedad e identificar las condiciones e intereses sociales y políticos que comparte con el resto de los sectores explotados y oprimidos de la población, lo que es improbable que pueda lograr en el estrecho marco de la confrontación obrero-patronal.

- “Las organizaciones obreras para la lucha económica deben ser organizaciones sindicales. Todo obrero socialdemócrata (léase comunista) debe, dentro de lo posible, apoyar a estas organizaciones y trabajar activamente en ellas”vii

- La organización sindical debe ser lo más extensa y amplia posible. Que participe en ella todo obrero que comprenda la necesidad de la unión y de la organización para la lucha contra la patronal y el gobierno al servicio de la burguesía: “Y cuanto más amplias sean estas organizaciones, tanto más amplia será nuestra influencia en ellas...”viii

- Lenin alerta sobre los brotes de “rasgos reaccionarios” en el movimiento sindical y en consecuencia llama a luchar contra las tendencias a una estrechez corporativa, al apoliticismo, al burocratismo y a cierto estado de ánimo rutinario en las organizaciones sindicales. No obstante, reconoce que “el desarrollo del proletariado no se ha efectuado ni ha podido efectuarse en ningún país de otro modo que por medio de los sindicatos y por su acción conjunta con el partido de la clase obrera”ix

- Los comunistas deben actuar en las organizaciones sindicales, aun siendo estás dominadas por tendencias reaccionarias. Polemizando con “los comunistas de izquierda” de Alemania, quienes planteaban su salida de los sindicatos dominados por el oportunismo y el chovinismo, Lenin fue categórico al afirmar No actuar en el seno de los sindicatos reaccionarios significa abandonar a las masas obreras insuficientemente desarrolladas o atrasadas, a la influencia de los líderes reaccionarios, de los agentes de la burguesía, de los obreros aristócratas u "obreros aburguesados"”x. Insistía en la necesidad de luchar contra la aristocracia obrera “para poner de nuestra parte a las masas obreras”, enfatizando que en los sindicatos “(…) la lucha contra los jefes oportunistas y socialchovinistas la sostenemos para ganarnos a la clase obrera”xi

- Los comunistas no debemos trasladar a los sindicatos y otras organizaciones de masas de la clase obrera, los métodos que son inherentes al partido revolucionario. Asimismo, debemos tener presente que las luchas por reivindicaciones económicas y sociales que asuma el movimiento sindical, no siendo tales objetivos un fin último, son importantes en el proceso de acumulación de fuerzas, contribuyendo a templar la combatividad de la clase obrera frente a sus enemigos históricos y favoreciendo la formación de conciencia de clase, particularmente si tales luchas son conducidas por una dirección clasista y, por tanto, en su desarrollo se desenmascara la esencia del régimen capitalista.

Otro aspecto teórico y práctico resuelto por los marxistas consecuentes, desde los primeros años del poder soviético, particularmente por el camarada Lenin combatiendo las desviaciones oportunistas de Trotsky y Bujarinxii, es acerca del papel y el carácter de los sindicatos durante la dictadura del proletariado, en el complejo y contradictorio período de construcción de la nueva sociedad. En esas condiciones, las organizaciones sindicales preservan su relativa independencia y su carácter amplio, actuando como “escuelas de comunismo, escuelas de administración”. En esa inédita realidad, a los sindicatos se le plantean objetivos y tareas muy distintas a las que necesitan cumplir en las sociedades donde la burguesía ejerce su dominio y prevalecen las relaciones capitalistas de producción.

Aproximación a una definición marxista de sindicalismo e identificación de las principales tendencias que actúan al interior del movimiento obrero

Está claro que la lucha de clases se manifiesta como lucha económica, lucha política y lucha teórica o ideológica. Guardando cada una de ellas relación con el nivel de desarrollo de las contradicciones de clases y, por tanto, con distintos niveles de conciencia alcanzados por la clase obrera y en consecuencia, a cada una corresponden diversos tipos de organización y métodos de lucha, aunque se interrelacionen y concatenen entre sí dialécticamente.

De tal modo, las organizaciones sindicales surgen para dar la lucha económica y en su seno se manifiestan y confrontan diversas tendencias ideo-políticas. Dependiendo que tendencia ejerza su predominio, pueden servir o no tales organizaciones a la lucha liberadora del proletariado, es decir, los sindicatos no existen y funcionan al margen de las luchas ideológicas y políticas actuantes en el seno de la clase obrera.

Desde el punto de vista marxista-leninista, los sindicatos son las organizaciones más amplias de las y los trabajadores, en el plano de la lucha de clases, quienes se unen de forma independiente y voluntaria para la defensa de sus intereses económicos, sociales y políticos frente a la patronal y ante cualquier factor extraño a sus intereses de clase; los sindicatos, al fragor de sus acciones de lucha, pueden y deben favorecer la formación de conciencia de clase de las trabajadoras y los trabajadores.

Las tendencias más importantes que han estado presentes en el seno de las organizaciones del movimiento obrero son: la clasista, basada en las concepciones del socialismo científico, asume la lucha de clases como motor de la historia y tiene como objetivo final la resolución de la contradicción capital-trabajo mediante el triunfo revolucionario de la clase obrera sobre el capital; la reformista, basada en las tesis burguesas de la conciliación y colaboración de clases, asume como razón de ser de los sindicatos la lucha por reformas y no se plantea como objetivo derrotar al sistema dominado por el capital; y la anarcosindicalista, basada en las tesis anarquistas, niega la necesidad de la organización política de la clase y se plantea como objetivo la supresión automática de toda forma de Estado. Esta última tendencia, luego de ser muy influyente a fines del siglo XIX e inicios del XX, se redujo casi hasta su extinción, estableciéndose en el seno del movimiento obrero a escala mundial, hasta la actualidad y cada vez con mayor polarización, la confrontación entre las tendencias del sindicalismo clasista y las del sindicalismo reformista.

En diversas circunstancias y particularidades históricas, nacionales e internacionales, las organizaciones sindicales no son los únicos instrumentos para la lucha de masas de los trabajadores y trabajadoras contra la patronal, sus gobiernos y el sistema capitalista. En el devenir de la lucha de clases suelen generarse diversas formas de organización, algunas de ellas surgidas de forma espontánea y sin reconocimiento legal -pero con la legitimidad que les confieren las masas en lucha- y otras, nacidas bajo el amparo de instrumentos legales conquistados. También en tales organizaciones de masas de la clase obrera, está presente la confrontación entre tendencias clasistas y reformistas. 

3. Orientaciones generales y particulares del trabajo del PCV en el movimiento obrero y sindical

Contexto y condiciones en que actuamos entre la clase trabajadora

Para contextualizar, reproducimos textos de diversos párrafos de la Línea Política aprobada en el más reciente Congreso del PCVxiii .

“Un rasgo que caracteriza históricamente a la clase obrera venezolana, particularmente al segmento del proletariado industrial, es su debilidad numérica con respecto al conjunto de la población y en comparación con los segmentos de las y los asalariados que laboran en la administración pública y de los servicios, como consecuencia de la limitada actividad industrial que resulta del tradicional modelo económico dependiente y rentista, basado en el extractivismo petrolero, papel asignado a nuestro país en el marco de la división internacional del trabajo impuesta por las potencias imperialistas en las primeras décadas del siglo XX.”

“Al preservarse las relaciones capitalistas de producción y el modelo de acumulación propio del capitalismo dependiente, atrasado y rentista que caracteriza a nuestra sociedad (...) las y los trabajadores siguen siendo objeto de todas las formas de agresiones, desmejoras, vejaciones y maniobras fraudulentas que acostumbra la patronal privada y pública, que tiende a violentar las disposiciones legales por lo general con apoyo y facilitación de buena parte del funcionariado del ministerio con competencia en materia del trabajo y por las autoridades judiciales, casi sin excepción.”

“(...)se siguen registrando recurrentes episodios de represión policial y de criminalización de la lucha obrera(...). Tales hechos se suscitan con impunidad y golpean fuertemente a nuestra clase trabajadora, como consecuencia de la débil condición en la que se encuentra el movimiento obrero y sindical de clase en nuestro país.”

“En este contexto, juega un papel relevante la tendencia sindical reformista, construida y sostenida desde las instancias del poder gubernamental, y complacientemente aupadas, consentidas y protegidas por la patronal privada, principal interesada en promover la conciliación de clases y el sometimiento de la mayoría de nuestra clase trabajadora al dominio de la ideología burguesa...”

“Todo lo anterior genera un acelerado y creciente deterioro en las condiciones materiales de vida de la clase obrera y del pueblo trabajador. Se consolida la desvalorización de la fuerza de trabajo como resultado de la caída del salario real, a lo que se agrega, en los últimos tiempos, el creciente proceso de desalarización del ingreso de las y los trabajadores (...) Se tienden a imponer, por la vía de los hechos, mecanismos de flexibilización y desregulación laboral a centenares de miles de trabajadores y trabajadoras al servicio de entidades públicas y privadas. (…)Se avanza en el desmantelamiento y la progresiva reprivatización de empresas y fincas nacionalizadas y recuperadas por el gobierno del Presidente Chávez, produciendo despidos masivos y la intención de destruir organizaciones sindicales.”

“(...)la burguesía demanda la imposición de la “paz laboral”, mientras que el entreguismo reformista, que gestiona la crisis del capitalismo dependiente a favor del capital, actúa en consecuencia: anula, sofoca o desmonta las luchas laborales en general, para contribuir al sometimiento de la clase trabajadora a los designios del capital y del Estado, intentando por esta vía obligarla a que se limite en sus exigencias, decline en sus propósitos emancipadores y que pierda toda independencia. Se empeñan en debilitar o desaparecer a las expresiones del movimiento obrero y sindical clasista, lo que está en pleno desarrollo mediante prácticas que niegan la libertad sindical o que limitan e instrumentalizan a las y los delegados de prevención o que impiden la existencia de consejos de trabajadores y trabajadoras, a menos que se subordinen al control oficial y patronal.”

“Lo anterior se facilita por el hecho de que la actual Ley Orgánica del Trabajo, de los Trabajadores y Trabajadoras(...) en esencia es un instrumento para la colaboración de clases en el que, pese a contener avances en derechos individuales, debilitó los derechos colectivos a la libertad sindical y a la huelga (...)”

Conducta histórica y línea consecuente del PCV en el movimiento sindical

La historia del PCV, desde su fundación y hasta la actualidad, ha estado estrechamente ligada al movimiento obrero y sindical venezolano. Fue protagonista, en los años 30 del siglo pasado, en la constitución de los primeros sindicatos de clase, particularmente de los obreros petroleros que dieron memorables luchas contra las empresas transnacionales norteamericanas, inglesas y holandesas, así como contra las dictaduras y gobiernos seudo-democráticos que servían a los intereses de aquellas y condenaban a Venezuela al sometimiento imperialista, mientras sumían al país en una terrible desigualdad social. Tales fueron las huelgas petroleras de 1936 y de 1950; siendo la de 1936, una jornada inédita clasista, antimperialista y democrática, de férreo combate obrero y amplia solidaridad popular, totalmente dirigida por el novel PCV.

El PCV siempre se ha planteado la unidad sindical de los trabajadores y trabajadoras como una necesidad estratégica, confrontando a corrientes reformistas de diversos signos que cercenan la independencia de clase del movimiento. Algunas de esas corrientes se hicieron hegemónicas mediante los mecanismos coercitivos y manipuladores del poder estatal y contando con respaldo directo de la patronal privada y pública, favoreciendo condiciones para la división del movimiento sindical.

La histórica línea consecuente y coherente de los comunistas venezolanos en el movimiento sindical, los llevó a confrontar abiertamente a los agentes del imperialismo estadounidense y de la oligarquía criolla que, persistentemente, conspiraron contra la unidad sindical de la clase trabajadora venezolana, con el propósito de imponer el dominio único de las direcciones sindicales socialdemócratas pro-imperialistas, debilitar al extremo la influencia del clasismo entre las masas trabajadoras y sembrar el anticomunismo en lo profundo de la conciencia de las y los trabajadores.

El imperialismo, sus gobiernos lacayos y los gremios patronales, sabían que para imponer el total sometimiento de Venezuela a los intereses de las empresas transnacionales petroleras, necesitaban acabar con el prestigio y la influencia de los comunistas en las más importantes organizaciones sindicales. De tal manera, el partido Acción Democrática (AD), convertido en instrumento al servicio de los intereses imperialistas, aun no siendo gobierno, fraguó en 1941 la primera división en el movimiento sindical petrolero, logrando la ilegalización de los sindicatos dirigidos por los comunistas. Posteriormente, a inicios de los años 60, el mismo partido AD, pero desde el Gobierno, aplicando una violenta política de segregación anticomunista dictada por los EEUU, desarrolló un plan para dividir a la única central obrera de entonces, la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), expulsando de su seno a todos los sindicalistas comunistas y de otras corrientes de izquierda, forzando así el nacimiento de la Central Unitaria de Trabajadores de Venezuela (CUTV)xiv. Se inicia entonces la división orgánica del movimiento sindical venezolano, que aun persiste.

Cómo lo evaluó la XIII Conferencia Nacional de Organización y Masas del PCV (agosto, 2014): “Durante los gobiernos bipartidistas derivados del Pacto de Punto Fijo, la CTV fue instrumento sindical al servicio de la dominación imperialista y oligárquica en nuestro país. Como contraparte, desde las posiciones del sindicalismo clasista, la Central Unitaria de Trabajadores de Venezuela (CUTV), bajo dirección mayoritaria de militantes del PCV, fue un referente sindical consecuente en defensa de los genuinos intereses de la clase obrera y contra las políticas al servicio del capital desarrolladas por los gobiernos de AD y Copei, incorporándose luego a la base social del bloque de fuerzas participantes en los cambios progresistas iniciados en 1999.”xv

4. Por el triunfo del clasismo revolucionario en Venezuela

La Línea Política del PCV orienta que el objetivo general y fundamental de todo el trabajo político, ideológico, organizativo y de masas del PCV está dirigido a producir una acelerada acumulación de fuerzas del movimiento obrero y popular para forjar una nueva correlación de fuerzas que le sirvan a la clase obrera y al pueblo trabajador para concretar su misión históricaxvi.

A los fines de realizar tales objetivos, también la Línea Política trazó a los organismos del PCV una serie de tareas agrupadas en tres ejes principales que están indisolublemente concatenados: fortalecimiento del Partido en el seno de la clase obrera y de los trabajadores en general; fortalecimiento de la clase obrera en lo ideo-político y en lo organizativo; construcción de políticas e instrumentos para la unidad antiimperialista y para avanzar en la perspectiva de la conquista del socialismo. De tales lineamientos se desprende una orientación básica: el trabajo ideológico, político, organizativo y de masas de las y los comunistas hacia la clase obrera, es tarea obligatoria de todo el Partido y de su Juventud Comunista y no tan solo de las y los camaradas que se desempeñan directamente en las organizaciones de masas del movimiento obrero y sindicalxvii.

La Línea Política, en consecuencia, plantea resolver aspectos claves para que la clase obrera y el pueblo trabajador asuman un papel revolucionario: la cuestión de la conciencia de clase, la necesidad de una fuerte organización con independencia de clase y la unidad del movimiento obrero y popular. De tales premisas y de los principios leninistas acerca de la actuación de los comunistas en el movimiento obrero y sindical, se desprenden las orientaciones del Partido con relación a su desenvolvimiento y su quehacer en las filas del movimiento de masas de las y los trabajadoresxviii.

La necesidad de defender y fortalecer la autonomía e independencia del movimiento obrero y sindical frente a la patronal, el Estado y los partidos burgueses y pequeñoburgueses, se pone de relieve ante el hecho cierto de que está en desarrollo una generalizada tendencia a colocar bajo la subordinación del gobierno nacional y de otras instancias del poder estatal, a todas las organizaciones de la clase obrera y del pueblo trabajador en general.

Para los comunistas venezolanos, la lucha por avanzar hacia la unidad orgánica y programática del movimiento de las y los trabajadores, debe inscribirse en la lucha por transformar al sindicalismo venezolano, rearmándolo de los principios del clasismo; principios que guían la acción liberadora de nuestra clase, para que el movimiento sindical trascienda los objetivos exclusivamente económicos y sea un factor de transformación revolucionaria de la sociedad, escuela formadora de conciencia de clase de las masas trabajadorasxix.

Por lo tanto es indispensable avanzar en el fortalecimiento del sindicalismo clasista, combatiendo y derrotando a las tendencias reformistas y oportunistas que actúan en el movimiento obrero y sindical venezolano.

A partir de las orientaciones y decisiones emanadas de nuestros últimos congresos y de la XIII Conferencia Nacional de Organización y Masas, celebrada en el año 2014, nuestro Partido ha definido e implementado un conjunto de políticas, mecanismos e instrumentos para el abordaje y desarrollo integral de nuestra labor hacia la clase obrera y demás trabajadores y trabajadoras, particularmente:

1) atención a las luchas y procesos organizativos del movimiento obrero y sindical venezolano en su integralidad, en especial de los tres factores de masas que lo integran: organizaciones sindicales, delegados y delegadas de prevención (defensores de la salud y seguridad en el trabajo electos en los centros de trabajo) y consejos socialistas de trabajadores y trabajadoras;

2) conformación de frentes políticos de masas del PCV para el desarrollo de su labor en los centros de trabajo, en áreas específicas y al interior de organizaciones del movimiento obrero y sindical: la Corriente Clasista de Trabajadores y Trabajadoras “Cruz Villegas” (CCT-CV), el Colectivo Clasista por la Salud y la Seguridad en el Trabajo “Emigdio Cañizalez Guedez”, el Colectivo Clasista de Abogados Laboralistas “Pedro Ortega Díaz”, la Corriente Clasista de Trabajadores(as) Petroleros “Jesús Faría”, la Corriente Clasista de Trabajadores(as) de la Educación “Carmen Conzoño”;

3) constitución y fortalecimiento del Frente Nacional de Lucha de la Clase Trabajadora (FNLCT), con diversos y disimiles sectores de trabajadores y trabajadoras.

La Corriente Clasista de Trabajadores y Trabajadoras “Cruz Villegas” (CCT-CV), constituye una herramienta organizativa amplia -más allá de la militancia comunista- para luchar por el fortalecimiento de las posiciones clasistas en las organizaciones de masas de la clase trabajadora. Está concebida, junto al resto de los frentes políticos de masas arriba mencionados, para disputarle y ganarle al reformismo la dirección e influencia de las organizaciones del movimiento obrero y sindical.

Sobre el Frente Nacional de Lucha de la Clase Trabajadora

En el documento El Partido de la Revolución, aprobado en el XIII Congreso Extraordinario del PCV (marzo, 2007) se afirma: “…entre las tareas de mayor trascendencia del partido de la revolución, se encuentra el diseño de una política capaz de conquistar el movimiento sindical para adecentarlo, para erradicar los enormes vicios incubados como consecuencia de las tremendas perversiones del reformismo, de las practicas desarrolladas por los sindicatos patronales, y de los efectos del clientelismo, para romper definitivamente con su atomización, para convertirlo en una fuerza de primera línea en la construcción de una nueva sociedad.”xx

En coherencia con la anterior premisa y en correspondencia con la necesidad de contar con un escenario de encuentro, solidaridad, formación y combate unitario de las organizaciones de base del movimiento obrero y sindical, en perspectiva de construir un poderoso y amplio movimiento nacional de orientación clasista, se decidió constituir el Frente Nacional de Lucha de la Clase Trabajadora (FNLCT), como organización integradora y aglutinante de organizaciones laborales con independencia de clase.

El FNLCT está al servicio del proceso unitario de acumulación de fuerzas obreras, campesinas, comuneras y populares, eje central de la política del Partido en la lucha por el poder para la clase obrera y el pueblo trabajador de la ciudad y el campo.

Tal iniciativa está en franco desarrollo ante la necesidad de acumular fuerzas a favor del protagonismo revolucionario de nuestra clase trabajadora, en momentos en que se desarrolla la ofensiva de la extrema derecha direccionada por el imperialismo yanqui contra nuestro pueblo. El FNLCT tiene pertinencia, además, para enfrentar y derrotar a las corrientes sindicales de la derecha pro-imperialista. Este Frente es, por cierto, la única alternativa de combate clasista, por cuanto el reformismo sindical oficialista, que dirige a la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores (CBST), es incapaz de ponerse al frente de las luchas de las y los trabajadores al carecer de la independencia y autonomía necesarias.

El FNLCT asume la lucha contra la patronal privada y pública, en defensa de las reivindicaciones legítimas e inmediatas de orden económico, social y laboral, organizando movilizaciones por el derecho al trabajo y contra los despidos injustificados, por la defensa y fortalecimiento del salario, contra la tercerización y precarización laboral, por el respeto a la libertad sindical, en defensa del derecho a huelga, por la salud y seguridad laboral, contra la criminalización y judicialización de las luchas obreras, entre otras; pero, a la vez, denunciando al sistema capitalista y a su Estado, se propone que la clase obrera y el pueblo trabajador fortalezcan su conciencia y su organización para avanzar hacia la conquista del poder.

Otras orientaciones políticas y organizativas del PCV en el movimiento de las y los trabajadores

Un aspecto esencial y fundamental de nuestro trabajo en el seno de las organizaciones del movimiento obrero y sindical es la labor de formación ideológica, política, organizacional y técnico-jurídico, para dotar a los cuadros dirigentes del movimiento y a los trabajadores y trabajadoras en general, del arsenal teórico y metodológico para la lucha de clases, aprendiendo también de las experiencias nacionales e internacionales, con el objetivo de fortalecernos y hacernos eficaces en la dinámica de los combates generales y particulares. Para ello se trabaja en el desarrollo de planes permanentes y sistemáticos de formación y se prevé activar procesos de investigación y estudios, apoyándonos en instituciones especializadas del Partido y del movimiento comunista internacional.

Por su parte, es muy importante la labor que realiza la Juventud Comunista de Venezuela (JCV) entre las y los jóvenes trabajadores, con las particularidades respectivas, en correspondencia con las orientaciones generales dictadas por el Partido para el trabajo de las y los comunistas en el movimiento obrero y sindical. La JCV, desde su labor entre la juventud trabajadora, contribuye al fortalecimiento de los frentes políticos de masas del PCV.

Toda la actuación de las y los comunistas en el seno del movimiento obrero y sindical tiene, en definitiva, el propósito de fortalecer a nuestro Partido. Fortalecerlo orgánicamente con calidad de clase, constituyendo células obreras, sobre todo en los centros fabriles e industrias más importantes; fortalecerlo en cuanto a su influencia y liderazgo entre las más amplias masas trabajadoras, con el objetivo de ganarlas para la lucha por la nueva correlación de fuerzas que necesitamos para derrotar al enemigo de clase y para que la clase obrera, junto al resto del pueblo trabajador, conquiste el poder y se convierta en clase dirigente de la sociedad, garantía de avance hacia la edificación del socialismo y el comunismo.

Caracas, mayo del 2018